BREVE
DISERTACIÓN
DE LA
CULTURA NÁHUATL
(EL LEGADO DE QUETZALCÓATL)
INTRODUCCIÓN:
Al término de la conquista (¿) la cultura de nuestros antepasados debió aparecer muerta para siempre: un pueblo proclamado inferior quemado en su rostro con la marca infamante de la esclavitud; una religión rebajada al nivel de brujería; creencias calumniadas, perseguidas; un pensamiento convencionalmente desvirtuado; los libros (códices) de las bibliotecas quemados en las plazas públicas, como "obras del demonio". Los viejos guardianes de la tradición asesinados brutalmente; las obras de arte destrozadas, fundidas o ahogadas en los lagos.
Los invasores en su enajenación comenzaron a edificar sobre los escombros de las ciudades aniquiladas, tratando de borrar todo vestigio para prevenir todo rescate. Estas acciones las transformaron en una arma para justificar sus actos como manifestaciones de "justicia ultraterrena".
Tres siglos de esclavitud, de saqueo y de ignominia; la enfermiza tarea de borrar todo el pasado: su cultura, religión, lengua, costumbres. La destrucción alcanzó dimensiones descomunales; a pesar de ello, se lograron salvar algunos códices, esculturas, pinturas y obras de arquitectura únicas en el mundo. Lo que no lograron, no ¡podían! borrar su grandiosa historia. Los centros urbanos levantados con su original diseño y belleza conservaron gran parte de su magnificencia guardando celosamente su simbolismo y mensaje. ¡Ahí quedaron! ¡Ahí están! Silentes, pero siempre vivas. ¡Siempre vigentes!
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