Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!
Inicio

 
www.tiemposdereflexion.com Anúnciate con nosotros
   Ocho pecados mortales de la humanidad
Quiero compartir una lectura con ustedes que hace algunos años tuvo mucha influencia sobre mí. Se trata de "Los ocho pecados mortales de la humanidad civilizada" de Konrad Lorenz. Para quienes no lo conocen, Lorenz, muerto hace pocos años, fue un etólogo que empezó su carrera observando el comportamiento de los cisnes en algún lago de Austria o Alemania, pasando días sentado en un banco y tomando notas. Este libro lo escribió en 1973, a los 70 años y en plena guerra fría, por eso su estilo tiene algo de apocalíptico; he aquí los 8 ocho pecados mortales:

1. Sobrepoblación
2. Destrucción de la tradición
3. Competición de la humanidad consigo misma
4. Desaparición de las emociones y afectos fuertes
5. Decadencia genética
6. Conversión del ambiente natural en un desierto
7. Aumento de la indoctrinación de la gente
8. Proliferación de las armas

Como ven, algunos de estos temas, como la sobrepoblación y la conversión del medio ambiente en un desierto, ya son algo común, pero no lo eran en 1973. En el curso de su libro, Lorenz expresa unas ideas muy interesantes. Su idea fundamental es que el planeta, o precisamente la biosfera, está en un equilibrio delicadísimo sin que nos demos cuenta de ello. En este equilibrio influyen incontables factores, cuya existencia sólo se nota cuando por alguna razón se pierde el equilibrio. Al alcanzar el punto donde la humanidad deja de ser sólo uno de estos factores, subordinada al gran equilibrio de la naturaleza, y se convierte en una influencia mayor, también tiene que asumir la responsabilidad de cuidar el equilibrio, que sin su participación activa ya no es posible mantener. Lorenz en 1973 no pudo prever las manifestaciones concretas, pero a finales del milenio ya sabemos: la vertiginosa desaparición de los bosques salvajes, la destrucción de la capa de ozono, el efecto de invernadero son los resultados más alarmantes de nuestra actividad.

El aumento de la indoctrinación de la gente es una de sus observaciones más o menos apocalípticas. Sucedió que hizo un viaje en Alemania del Este, y se asustó al ver la cantidad de la propaganda en todos los lugares: banderas rojas, frases sobre la construcción del socialismo y el nuevo hombre comunista etc. Pero el mayor susto llegó cuando al regresar cayó en cuenta de que Alemania del Oeste no era nada mejor: sólo que en vez de la propaganda comunista, lo que se veía en todas partes eran los anuncios.

Sus observaciones acaso más filosóficas tienen que ver con la destrucción de la tradición. Repito, Lorenz es un etólogo, y se acerca al asunto desde el punto de vista de uno. En muchos animales que viven en grupos se observa un comportamiento altruista que es difícil de explicar con la evolución. Un animal que no sacrifica sus intereses para el grupo mientras los demás lo hacen, tiene más posibilidad de sobrevivir. En los animales, este tipo de comportamiento es genéticamente determinado (no lo aprenden durante su vida; no tienen opción, porque sus instintos dictan este tipo de comportamiento). Esta es la ética de los animales. En el hombre, sin embargo, la ética no es genéticamente determinada, el buen comportamiento lo aprendemos, y como es evidente, cada sociedad tiene su propio sistema de valores, diferente de los demás. (Para los mayas, sacrificar a un cautivo y beberse su sangre no fue nada despreciable, al contrario, una actividad necesaria para mantener el orden cósmico.) Y para asegurar que no surjan individuos que abusen a los otros, tenemos un número de sanciones sociales, desde el desprecio hasta la cárcel o la pena de muerte. Bueno, pero si las reglas aparentemente no están escritas en piedra (y sé que hay muchos en esta lista que dirán que las reglas sí están escritas en piedra, manifestadas por el creador, pero mi razón no me permite aceptar esto. ¿Por cuyo Dios? pregunto yo), bueno, si las reglas no están escritas en piedra, ¿cuál es la garantía que la gente siga siguiéndolas? Hasta el siglo XVIII esto no era un problema, porque cada hombre aceptaba que las leyes, por ejemplo la de no matar al próximo, provenían de una autoridad transcendente, como los mayas creían que arrancarles el corazón a los cautivos era una orden superior. Con la Ilustración y especialmente la filosofía crítica y relativista del siglo XIX, por primera vez en la historia de la humanidad, la cultura occidental perdió su fe en la transcendencia de sus leyes y se dio cuenta de lo arbitrarias que eran las reglas que gobernaban la convivencia social. Ya no sé cuánto de esto dice Lorenz y cuánto es mío, pero lo cierto es que a esta relatividad de las leyes humanas a la que se refiere cuando habla de la destrucción de la tradición, y no da una respuesta que me tranquilice.

¿Es esto un pecado mortal de nosotros? O ¿es acaso una imperfección del hombre como 'especie'? ¿Un regalo? Yo estoy inclinado a creer que es el último. Sé que me conforta saber que existen sociedades modernas donde la convivencia no está basada en lo que a la gente se hace creer que son leyes divinas sino en un contrato social, pero me alarma ver cómo la base común de valores y tradiciones está en el proceso de perderse en exactamente estas sociedades. Y yo querría creer que aunque - gracias a Dios - falta una ética genéticamente determinada, hay en cada uno de nosotros un sentimiento de justicia, lo que es uno de los regalos más divinos, y lo que vemos actuar cuando se hace justicia al fin de los cuentos para los niños.

Sinceramente,

Gábor Ugray

El autor es de origen húngaro y vive actualmente en el estado de Texas.




*
Anúnciate con nosotros

Recibe nuestro boletín mensual
*
* Tu email:
*
*
*
*
*

Noticias
*

Archivo
*
* Consulta los boletines de ediciones pasadas. *
*

Panel de Opiniones
*
* Opina sobre este tema o sobre cualquier otro que tú consideres importante. ¡Déjanos tus comentarios! *
*

Escribe
*
* Envía tus ensayos y artículos. *
*
___
Logos de Tiempos de Reflexión cortesía de Matthew Nelson y Chago Design. Edición, diseño y actualización por Morgan y MASS Media
Resolución mínima de 800x600 ©Copyright pend. Acuerdo de uso, políticas de protección de información