Sólo transcurrieron 48 horas para pasar de V a la VIII República. Caía Chávez, se montó Carmona con su visión "democrática", luego vino el vicepresidente que se juramentó como presidente y, finalmente, regresó de nuevo Chávez.
No es que sea algo folclórico de nuestra historia. No, pero la tentación de nuestro pensamiento a lo Gómez, viene desde la misma manera como nos criaron. La democracia para nosotros los venezolanos es algo así como mucho camisón pa' Petra. Algunos grupos más educados, y que sentimos la democracia como un canal para mantener la llama de la libertad, nos engañamos al creer que al 80% de la población venezolana le importa tres pitos si Chávez sigue en el poder o no... La democracia sirve muy bien para las agencias de publicidad, los políticos, los militares y todos aquellos que se benefician con el sistema. El resto, sigue viviendo igual y seguirá viviendo así, a menos que le demos un vuelco a la vaina... Es decir, una revolución... una revolución pacífica...
De la V a la VIII República. ¿Qué hemos aprendido? ¿A qué estamos dispuestos? ¿Pasó de verdad algo que nos haya movido el piso como individuos o como Nación? La oposición continúa incentivando marchas, solicitudes de renuncia al presidente y sus colaboradores, pero ¿y el problema de fondo, dónde lo vamos a dejar? ¿Estamos dispuestos a evolucionar? ¿Hacia dónde nos dirigimos?
Todo está intacto. Todos los mismos problemas con los que hemos vivido durante cuarenta años; desde chamitos los he estado escuchando. El mismo sistema que da un espléndido beneficio a un 5% de la población, es decir a 33 selectas familias venezolanas. Pero lo peor, es la clase política que escondiéndose como rameras en el concepto de estado, hacen cualquier cosa para que sus cuentas bancarias se parezcan a las de aquellos que revolotean en el pico de la pirámide social, mientras arrastran a todos esos ilusos que aspiramos sólo a ser buenos ciudadanos.
De la V a la VIII República. En ese breve lapso vimos lo peor de nuestro ser. Nos enlodamos de muertes, de mentiras, de traiciones. Pasará mucho tiempo para que sanen esas heridas. Sin embargo, aún cuando muchos ni entienden qué pasó ni por qué pasó, la mayoría seguimos luchando por obtener un país mejor.
Yo no sé si esto se resolverá con enmiendas constitucionales, con leyes, renuncias o sangre. Venezuela debe evolucionar. Debe florecer un país al que todos nos sintamos orgullosos de pertenecer, y sobre todo, al que estemos dispuestos a defender a capa y espada, o mejor dicho, como ingeniero que soy, con la mejor tecnología que podamos desarrollar. Debemos trabajar para que otro hombre con otro corazón en un futuro reine entre nosotros: el buen ciudadano. Tomará años, pero ese es el único camino que los venezolanos debemos seguir para que la ignorancia y la corrupción sean desterradas de nuestro territorio. Esa es la revolución que debemos realizar los de la oposición para que todos los venezolanos nos abramos paso. Hay gente muy capacitada y adiestrada tanto en ingeniería como en otras ciencias. A dar todo para que podamos ganar esta guerra. Tenemos todos los recursos naturales, energéticos y minerales, para hacer de nuestro país una nación ganadora.
Pero con esta marisquera de "quítate tú pa' ponerme yo", de estar cuadrándonos con locos, con marxistas-leninistas y seguir asumiendo una actitud de perdedores, sólo se seguirán beneficiando aquéllos que ya han perjudicado a Venezuela a lo largo de toda nuestra historia.
Es hora pues...
Réplica y comentarios al autor: ramongranados@cantv.net
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