Sin la pretensión de haber recorrido todos y cada uno de los innumerables periódicos de Suecia, intentaremos dar una imagen, a partir de los medios más importantes, de la repercusión que ha tenido en la prensa de este país escandinavo la ola represiva desatada en Cuba entre los días 18 y 22 del mes de mazo del 2003; una auténtica cacería de brujas que para sorpresa de muchos hizo girar la tuerca en sentido inverso a la tendencia postotalitaria que se observaba en Cuba.
Una nota de la agencia TT aparecía el día 19 en algunos diarios del país escandinavo, entre ellos el socialdemócrata Aftonbladet; ella traía por título la confusa y un tanto sensacionalista rúbrica de "Kuba grep USA-konspiratörer", algo que podría traducirse como "Cuba arrestó conspiradores de USA". En el parte informativo se citaba como fuente al gobierno de la isla y se comunicaba que "Cuba" había arrestado decenas de personas, acusadas de participar en una conspiración dirigida por el representante de Estados Unidos en La Habana, James Cason -cuya libertad de movimiento habría sido restringida a partir de ese momento por las autoridades-. Asimismo, se informaba al lector que los arrestados serían conducidos a los tribunales.
En momentos en que una ola del furibundo antinorteamericanismo recorre el mundo, un cable de este "tono", en el que se desconoce cualquier fuente alternativa a la del Poder, y no se le agrega la menor aclaración, habría significado un magnífico servicio por parte de TT a la estrategia propagandista del régimen de La Habana. Afortunadamente la agencia sueca pronto se enmendó la plana a sí misma. Un periodismo de mejor calidad fue realizado cuando el matutino Dagens Nyheter publicó el día 21 otra nota de TT titulada "Fler grippna i Kubas demokratirörelse" (Varios arrestados dentro del movimiento democrático). En esta ocasión se daba cuenta de la detención de cerca de setenta cubanos en los últimos días. Los arrestos habrían comenzado el noche del miércoles, extendiéndose hasta el viernes. Entre los detenidos se incluían periodistas, sindicalistas y lideres partidistas. Asimismo, en DN exponían las pretensiones gubernamentales de vincular los arrestos con las "provocaciones" y "actividades subversivas" de James Cason. En este caso ya se buscaba el balance de fuentes, citándose al experto en el movimiento democrático cubano Erik Jennische, Secretario General del Centro Internacional Liberal Sueco (SILC), organización que respalda activamente el proceso democratizador en la isla de Cuba. Jennische interpretaba los acontecimientos isleños como un intento del régimen de Castro de descabezar, a la sombra de la Guerra en Irak, las crecientes fuerzas democráticas. Al mismo tiempo, el activista sueco ponía en duda, dada la grandeza que ya había alcanzado el movimiento democrático, la capacidad de la dictadura para alcanzar sus objetivos.
El autor de este artículo, citando al SILC entre otras fuentes, informaba a sus lectores que los arrestos habían tenido lugar por las noches; todo el material utilizado por los disidentes para su trabajo, o sea, computadoras, faxes y archivos eran decomisados. Asimismo, se mencionaba la información difundida por Reuters acerca del encarcelamiento, el jueves, de figuras democráticas tan destacadas como la economista Martha Beatriz Roque y el periodista Raúl Rivero. También informaba que 44 parlamentarios, representantes de todos los partidos del Parlamento Sueco, habían enviado una carta de protesta a la embajada cubana exigiendo la inmediata liberación de los arrestados. Casi al final del reporte se mencionaba el rechazo de los arrestos por parte del Departamento de Exteriores de Estados Unidos; también se comentaba la manera en que los órganos gubernamentales cubanos habían tratado de equiparar a los activistas encarcelados con los cubanos que participaron en la invasión a Bahía Cochinos. Por último, se hacía referencia a la ley por "delito de colaboración con el enemigo", según la cual los disidentes podrían ser condenados hasta un máximo de 20 años.
Por su parte, el periódico de tendencia conservadora Svenska Dagbladet insertaba una nota el día 21, también de TT, titulada "Fler gripna i Kubas demokratirörelse" (Varios arrestos en el movimiento democrático cubano). Aquí se volvía a tratar parte de lo publicado en DN agregándose que Jan O Karlsson, Ministro Sueco de Ayuda para el Desarrollo, había criticado los sucesos y proponía un mayor respaldo al movimiento democrático en Cuba. El funcionario gubernamental llamaba a prestar más atención al aplastamiento de los derechos humanos y a que se protestara para que tales actos no vuelvan a repetirse.
El sábado 22, Erik Jennische volvió a la carga, insertando una nota de su autoría en la página 2 de la sección de Cultura del DN. La nota se tituló "Kuba slår till mot demokratin" (Cuba golpea a la democracia). El activista sueco recordaba a los lectores que el 2 de julio del pasado año, Adolfo Fernández Saínz había publicado una crónica en ese mismo periódico y sección. En dicho artículo el periodista cubano hablaba de la necesidad que tenía Fidel Castro de controlar a la gente. Ponía de ejemplo los 8 millones de ciudadanos obligados a subscribir un llamado a que el socialismo en Cuba fuese eterno. En su nota, Jennische denunciaba que el jueves en la mañana (hora sueca, madrugada en Cuba) Saínz había sido arrestado por escribir crónicas precisamente como la aparecida un año atrás en DN. Ocho policías registraron su apartamento durante seis horas, y todo fue revisado: cartas, artículos, material de trabajo. La hija acababa de relatarle a Jennische que la policía se negó a decir por cuánto tiempo se llevarían a Fernández Saínz. El autor sueco denunció las amenazas del periódico del Partido Comunista de Cuba sobre largas condenas a los arrestados, subrayando como la incalculable necesidad de control que tiene Fidel Castro se evidenciaba en el caso del periodista alternativo cubano.
Ese mismo día, el vespertino liberal "Expressen" había publicado una nota en su página editorial, firmada por Eric Erfors; en ella se volvía a mencionar el caso de Fernández Saínz, denunciándose con nombres y apellidos al capitán de la seguridad Luis Perdomo Lamarke, quien acompañado de ocho subordinados, había irrumpido el jueves en el hogar del periodista independiente. Erfors emplazaba a la Ministra del Exterior de su país, Anna Lindh, y sus colegas de la Unión Europea a que protestaran contra los maltratos sufridos por los disidentes en Cuba.
El domingo 23 de marzo aparecía en DN el artículo "Kuba jagar oppositionella" (Cuba caza opositores), firmado por un destacado periodista y ensayista hebreo-sueco: Nathan Shachar -quien en otros momentos ha escrito muy acertadamente sobre la isla-. En su nota el periodista informaba de la continuidad de los arrestos a pesar de las protestas en todo el mundo contra ellos. La cifra de los encarcelados ya alcanzaba los ochenta. Para ellos se preveían las condenas más severas por parte de los medios de comunicación controlados por el Estado. El periodista citaba a Elizardo Sánchez Santacruz, de la organización defensora de los derechos humanos CCDH, quien declaraba que Fidel Castro había esperado la oportunidad para pasarle la cuenta al movimiento democrático cubano. Según Sánchez la focalización de los medios de comunicación en Irak creaba la cortina de humo que Castro necesita. Shachar también citaba a Amnesty International, organización internacional que estaba haciendo un llamado al mundo para que escribieran una carta de protesta al mandatario de Cuba.
El articulista de Danges Nyheter opinaba que las detenciones están enlazadas con el empeoramiento de las relaciones cubano-norteamericanas, recordando cómo los arrestados son estampados por el régimen de la isla como participantes en las "actividades conspirativas" del representante estadounidense en Cuba, al tiempo que se anuncia una posible ruptura de los contactos establecidos en 1977.
De acuerdo al periodista, el régimen cubano se halla psicológicamente influido por la forma decidida con que el gobierno norteamericano ha actuado contra otro régimen de su lista de estados terroristas. Shachar afirma que si Saddam Hussein y quizás Kim Jong son echados al basurero de la historia, entonces le llegará el turno a Cuba. El publicista considera que después de un año de expansión de las relaciones comerciales Cuba-USA y de discreta colaboración con relación a los presos de Al Qaeda en Guantánamo, lo que está ocurriendo en la isla es realmente sorprendente. Por otro lado, el analista muestra su extrañeza ante la posibilidad de que James Cason haya tomado por sí mismo la iniciativa de inmiscuirse en la política interna cubana, sin haber recibido una clara señal de la Casa Blanca. Todos los diplomáticos en La Habana tienen relaciones con los opositores, pero raramente se inmiscuyen en las cosas. En este sentido, Cason se ha apartado de las normas y hábitos vigentes, escribe el comunicador.
Con estos ejemplos del tratamiento dado a los últimos acontecimientos en Cuba por destacados medios de la prensa en Suecia, podríamos concluir que, al menos para la conciencia social en la nación nórdica, la represión del movimiento democrático cubano no quedó impune ni tergiversada. Esperemos que lo mismo ocurra en otros países. Si no fuese así, buena parte de la responsabilidad la tendrán, por descuido o intención, los cubanos que allí residan.
Réplica y comentarios al autor: estefaniaulet@hotmail.com
En Tiempos de Reflexión sólo se ha transcrito un fragmento del artículo de Carlos Estefanía. Para consultar el documento completo visite la revista Cuba Nuestra.
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