¿Qué diría usted si se enterara de lo siguiente? Hay un lugar que ocupa la cuarta parte del territorio mexicano con importantes y variados recursos, en el cual su gasto gubernamental es de un 50 por ciento del PIB (en México es del 16%) que cuenta con sólo nueve millones de habitantes (en México hay once veces más) que tienen un ingreso por persona siete veces superior al nuestro y que uno de cada dos personas tienen auto. Ahí priva la más baja desigualdad, no existe el analfabetismo ni la pobreza, acceden a los más elevados niveles en educación y salud; a los desempleados los mantiene el gobierno; más del 90 por ciento paga sus impuestos (en México lo hace "a fuerza" el 60%); prácticamente no hay corrupción; no existen niveles de contaminación ambiental preocupante, y además creen en sus gobernantes. En concreto, transitan por este mundo con un nivel de vida envidiable y preocupándose si acaso en qué harán dentro de veinte años cuando sea más vieja su población; me refiero a Suecia que se encuentra en el norte de la Europa occidental en la península escandinava de donde provienen los autotransportes Volvo, medicamentos de SKF, partes eléctricas de Electrolux, telefonía de Erickson, entre otras.
¿Qué hay en Suecia?
Para llegar a Suecia desde México debe uno volar primero a Frankfurt, Alemania, para después dirigirse a alguno de los tres aeropuertos de Suecia, que en mi caso fue el de Arlanda. Su capital, Estocolmo, se encuentra entre ríos y está a media hora en camión o a veinte minutos en un tren rápido. Las gentes más pudientes pasean en lancha por la tarde. Hay luz después de las once de la noche y amanece antes de las 5 de la mañana. Otra ciudad importante de corte universitaria es Uppsala que se localiza a cuarenta minutos en camión de Arlanda; en esta ciudad hay más bicicletas que automóviles y más del setenta por ciento de su población son estudiantes. Estuve por diez días y pude constatar lo que aquí aparece.
Gran parte de los sectores internacionalmente competitivos de Suecia tiene su origen en la dotación de sus recursos naturales. Posee unos extensos bosques (casi 250 mil km2), unas grandes reservas de mineral de hierro con bajo contenido en fósforo, innumerables ríos de donde obtiene cerca del treinta por ciento de su energía de forma barata por vía de centrales hidroeléctricas, otro 40% proviene de la energía nuclear. Los recursos de Suecia están localizados principalmente en las regiones más remotas del norte del país en donde priva el clima más frío. Esta "desventaja geográfica" hizo que desarrollaran un sistema de comunicación especial y ejemplar: creando carreteras, trailers, camiones, perforadoras de roca (las rocas de Suecia son las más duras del planeta), etc., en fin, todo lo necesario para poder acceder a sus recursos más importantes. Los principales centros urbanos son Estocolmo y Goteborg que se localizan al sur del país y en donde se instala la industria especializada, los servicios, así como la agricultura.
A pesar de una pérdida de ventaja competitiva en factores naturales desde hace una década, todavía su sector primario le puede garantizar casi la totalidad del abasto interno. Las empresas suecas se han desplazado hacia sectores más avanzados y a segmentos de sectores como el de los aceros especiales y el de los papeles finos, así como a sectores proveedores y conexos. Suecia tiene una extraña estructura salarial, en donde las diferencias salariales entre los niveles de preparación y entre los distintos sectores están entre las más bajas del mundo. En general, los sueldos altos con grandes prestaciones fomentaron la automatización en niveles de menor capacitación, pero también son elevados los niveles en los impuestos con alrededor del 75% en el ingreso. La diferencia con nuestro país es que allá sí reciben los servicios del gobierno adecuadamente y cuando hay automatización aparecen los despidos masivos.
Suecia ha tenido desde hace mucho tiempo un elevado nivel de educación general. Esto, en combinación con un idioma común (el sueco), una religión común y una currícula escolar idéntica en todo el país (y en su mayoría pública), da como resultado una masa trabajadora bien preparada y con capacidad para trabajar en equipos cohesionados. Los suecos tienen una gran capacidad para los idiomas extranjeros, la mayoría habla inglés y muchos alemán, debido a que gran parte de su actividad comercial la llevan a cabo con los alemanes. Hace diez años, la parte destinada a investigación y desarrollo era la más alta de todos los países. La mayor parte de esta investigación se realiza y se aplica en las grandes empresas suecas, casi siempre con algún tipo de colaboración con las universidades. Por si fuera poco, también han aprendido a captar la tecnología que se desarrolla en otras partes del mundo mediante licencias de las patentes.
Los largos inviernos y el clima frío (Suecia se encuentra en la misma latitud que Alaska) han conducido al desarrollo de una avanzada tecnología en la conservación de la energía y productos afines. Las empresas suecas son unas de las más mundiales del planeta, con amplias redes de filiales establecidas rápidamente. Las ventas en el extranjero ascienden a más del 90 por ciento del total de ventas en muchos sectores suecos, esto también debido a la pequeña demanda interna por su baja población. Los suecos son personas exigentes y que conocen acerca de los productos industriales a nivel mundial. Los altos niveles de automatización tanto en la fabricación como en el manejo de materiales ha llevado a una fuerte posición en robótica, carretillas elevadoras, vehículos guiados automáticamente.
Hay un buen número de otros aspectos de las actitudes y de la cultura sueca que también desempeñan un papel importante en la capacidad de las empresas suecas para mantener una ventaja competitiva de orden superior en muchos sectores. Suecia es una nación con un nivel extraordinario de preocupación por la seguridad, la calidad del ambiente y el bienestar público. Estos valores están integrados en la legislación sueca así como en la forma de pensar de los directivos y los sindicalistas suecos. También se reflejan en el gran tamaño del sector público. Por ejemplo, los conductores suecos en todo momento llevan las luces prendidas y fue uno de los primeros en hacer obligatorio el uso del cinturón de seguridad tanto en el asiento delantero como en el trasero de los autos. En asistencia a la salud, fabrican aparatos especiales para personas minusválidas. Para un poblador sueco el acceso a los servicios está incluido en lo que paga de impuestos, pero si cualquiera acude a una consulta de simple revisión, ésta no baja de 400 dólares (me tocó constatarlo).
El gobierno desempeña un papel importante en la economía sueca, al dar trabajo a más del 30 por ciento de la masa laboral, al ofrecer muchos servicios públicos. Mantiene además, relaciones de gran apoyo con la industria, especialmente con las grandes transnacionales suecas. Los tipos efectivos del impuesto de sociedades son bajos y oscilan entre el 20 y el 30 por ciento, en contraste con los impuestos personales. El gobierno fomenta la adquisición de automóviles por vía de bajos impuestos, mientras que los precios de la energía eléctrica se mantienen reducidos. Un último aspecto es que su neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial hizo que las empresas suecas pudieran atender la demanda de productos industriales durante la posguerra.
Suecia debe poner acento en que sigue siendo muy sensible a los costos de los factores (recursos naturales y mano de obra). Hay poca motivación personal y escasos deseos de asumir riesgos, por lo que ha disminuido la innovación y el dinamismo en la industria sueca. Si algún día van a este país no dejen de visitar las ciudades aquí nombradas haciendo un recorrido por barco al castillo de los Reyes de Suecia, al museo "Vasa" en donde está el barco que se hundió en 1628.
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