La comunicación, vista muy románticamente, es un regalo que la naturaleza le ha dado a algunos animales, y de todos ellos, el más privilegiado con ese don es el hombre. Sin embargo, y como todo en la vida, tiene su parte positiva muy humana, y su parte negativa que es sucia y manipuladora. El lenguaje es realmente una de las armas más poderosas que el hombre posee.
Hoy lo que está de moda y genera utilidades es medir la opinión pública a través de los medios de comunicación, y emitir juicios con base a los resultados obtenidos por parte de los casi siempre auto nombrados líderes de opinión. Esto, además de ser una falacia es una manera de manipular a la sociedad inculta que cree que el pensamiento de la mayoría de la gente sí está reflejado en los números que presenta la tele o la radio.
¡Qué fácil resulta expresar un juicio y decir: "Esto es la voz de la opinión pública"! Resulta cómodo para salvaguardar intereses de tipo comercial y gubernamental el actuar así. Pero, ¿qué clase de comunicador se puede vanagloriar de su trabajo al hacer esto? Sin lugar a dudas, es cooperar para la involución de la sociedad y su disminución cultural.
México es un país con una sensibilidad casi enfermiza, que se deja llevar por sus sentimientos y cae en los juegos de palabras de algunos comunicadores irresponsables. Argumento ejemplificando el caso de Paco Stanley: gran parte de la población había seguido su trayectoria artística y por tanto, cuando es asesinado se levanta una ola de desprecio y rechazo hacia el gobierno capitalino encabezada por TV Azteca.
Tiempo después se descubre que el señor era cocainómano, y entonces todo el teatro del "hombre ejemplar" que TV Azteca y sus comunicadores habían elaborado se cae. Es cuando muchos nos preguntamos: ¿no se vanagloriaban ufanamente de su campaña en contra de las adicciones llamada: "Vive sin Drogas"?. No obstante, la opinión pública transmitida a través de dicha televisora seguía manifestando un total y absoluto repudio al PRD capitalino. Lo raro en todo esto, es que dicho partido volvió a ganar la capital el 2 de julio. Entonces, ¿qué clase de veracidad difunde TV Azteca en sus noticiarios y en sus encuestas de opinión pública?
A pesar del ambiente de ignorancia en el que vivimos, es posible hacer algo para terminar con el poderío que los medios de comunicación, en conjunción con el gobierno caído, han establecido sobre millones de mentes. La palabra es educación. No me refiero a la que se imparte en las escuelas, que además de deficiente, trae la consigna de educar para callar, para aceptar y para no cuestionar. Hablo de la que cada individuo pueda obtener a través de su propio deseo de saber y conocer la realidad. Es ese afán de no quedarse con lo que otros nos dicen, sino el buscar opiniones, olvidar modelos y dejar de ser por un momento sentimentales y subjetivos, para alcanzar la verdad y así lograr cambios.
Estoy consciente de lo difícil que esto sería para las clases bajas, y mucho más para las privilegiadas, pero estoy seguro que la clase media puede lograr transformar y darle un giro al rumbo de nuestro país. Hemos visto como ese grupo social ha logrado cambios en épocas pasadas en Inglaterra, en Francia y, ¿por qué no? ahora en México.
Mauricio Ortega
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