La llegada al poder de un grupo de exitosos empresarios con escasa vocación política podría desencadenar conflictos importantes, particularmente en el medio rural. Por ello, a los panistas que se encuentran ahora en el gobierno, y en consecuencia a cargo de diseñar algunas de las nuevas políticas públicas en el campo mexicano, les haría bien recordar las sabias palabras de Manuel Clouthier, quien apuntaba que el campo en nuestro país estaba cubierto de paja bañada en gasolina, y que había que evitar que un tarugo aventara un cerillo y lo incendiara.
Desafortunadamente, la decisión del presidente de dejar completamente en las manos de los secretarios de estado, no solamente la construcción de sus equipos de trabajo, sino el diseño de las estrategias de desarrollo y planes de trabajo de cada área, provocó una descoordinación que condujo en doce meses incluso a la desaparición de las coordinaciones que para tal efecto se crearon al inicio del nuevo gobierno.
Recuerdo como en aquellos días del año 2000 en que trabajé en la Mesa Agropecuaria del Equipo de Transición, el actual secretario de la Sagarpa nos decía, en relación a importantes diferencias estratégicas entre los que recibirían la ahora denominada Secretaría de Economía, la SHCP y la Sagarpa, que era una "pelea de gallos" en la que el entonces presidente electo decidiría al "vencedor". La descoordinación se dibujaba desde entonces.
El desconocimiento sobre los asuntos agrarios y jurídicos por parte de la secretaria de la Reforma Agraria y su grupo de asesores, le llevaron al extremo de forzar a que en menos de un año renunciaran dos Procuradores Agrarios, a quienes por ignorancia o soberbia demandó subordinación. Este solo antecedente, es indudablemente un foco rojo que el nuevo gobierno no debería soslayar más. Antes de que la situación en algunos lugares del país se torne difícil e inclusive violenta.
Conviene recordar que uno de los errores más comunes en las políticas públicas que se diseñaron en la era priísta para el ámbito rural fue que no tomaron en cuenta lo diverso de la problemática nacional. Estas viejas políticas no consideraron que cada región presenta problemas distintos, vocación agropecuaria distinta, y condiciones sociales diferentes. Estas políticas tuvieron su sustento en dar trato de iguales a quienes de entrada eran muy diferentes. En los hechos contribuyeron a ahondar las diferencias y a complicar la problemática de desarrollo rural.
La visión empresarial (excluyente por definición) de los nuevos funcionarios de la Sagarpa les ha llevado a inaugurar una nueva forma de paternalismo, el paternalismo empresarial. No sólo no consideran la problemática particular de cada región del país ni la opinión de los diversos grupos sociales en las distintas regiones del mismo. Hacen también a un lado la opinión de las organizaciones de productores y de las instituciones que pudieran ayudar a una transformación profunda del campo como son las universidades y escuelas técnicas agropecuarias, por su temor a que la "contaminación" con grupos estudiantiles politice el asunto y con ello se impida la urgente transformación del campo mexicano. Su objetivo es transformar el campo con base en una visión empresarial, lo que implica adueñarse de él. Es tiempo de alertar. Cuidado. El nuevo gobierno juega con fuego.
Réplica y comentarios al autor: drhectorcastillo@hotmail.com
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