Dos años después de la derrota del PRI, el Lic. Vicente Fox no ha sabido aprovechar esta victoria para lograr el cambio que todos esperábamos; la nueva manera de hacer política, caracterizada por una pérdida de legitimidad, aunado a su errónea forma de llevar la economía, definitivamente ha dejado mucho qué desear.
La falta de liderazgo político y las pugnas tanto con partidos de oposición como con su mismo partido, son símbolos inequívocos de una escasa capacidad para gobernar por parte del Poder Ejecutivo. En primera instancia, nos debe quedar muy claro que el 2 de julio no ganó el PAN, sino que perdió el PRI. Creíamos que era el inicio de una nueva era de cambio político. En un principio lo fue, pero poco a poco el gobierno de Fox lo olvidó.
Los problemas que enfrentábamos en los regímenes priístas se han ido agudizando; las promesas de cambios que se realizarían en quince minutos simplemente fueron cuentos de hadas y de un populismo mal fundamentado.
La crisis económica se ha caracterizado por una falta de consenso entre los diferentes sectores (social, político y empresarial). Las declaraciones del Secretario de Hacienda, y posteriormente las del Presidente Fox, debilitaron nuestra moneda. A todo lo anterior faltan agregar las crisis económicas de nuestros hermanos latinoamericanos (Brasil, Argentina, Chile), sin olvidar la de nuestros queridos vecinos del norte. Sin un modelo económico definido y congruente con las necesidades del país, el crecimiento sostenible simplemente se ve muy lejano.
Políticamente hablando, la guerra entre los diferentes sectores y poderes, ha provocado que la capacidad de maniobra de Fox se haya visto disminuida; claro, sin olvidar su poca vocación y capacidad política. El Presidente no sólo tiene problemas con una mayoría de oposición en el Congreso, sino con su mismo partido. Al jefe del ejecutivo, le ha quedado muy grande la silla; al igual que a muchos jefes de estado, los cuales pelean entre sí como niños por un dulce.
Finalmente, y no por ello la menos importante, hago referencia a la crisis social. Con secretarios trabajando únicamente por sus intereses personales (Santiago Creel en plena campaña por su candidatura), el país ha perdido todo tipo de estabilidad. Los brotes de violencia y el aumento de la inseguridad son características permanentes del presente sexenio. La gente tiene una percepción negativa y decepcionante del Jefe del ejecutivo.
Lo único que podrá celebrar Fox este dos de julio será su aniversario de boda; en lo que se refiere al ámbito de su presidencia es mejor que guarde silencio. Lo que urgentemente debe comenzar a hacer es buscar un consenso entre los diferentes poderes, mantener la cordura y la sensatez en su proceder.
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