Después de la sabia decisión de cancelar el proyecto Texcoco, la ciudad de México parecía volver a respirar con armonía. Sin embargo, el sindicalismo corporativo habría de provocarle al Gobierno del Distrito Federal un verdadero dolor de cabeza, suspendiendo el servicio de las líneas 9 y B del Metro, el pasado 8 de agosto, además de amenazar con parar todo el sistema, esto es, 11 líneas que transportan 5 millones de pasajeros diariamente.
La dirigencia sindical del Metro pretendió tomar como rehenes a quienes tienen en ese modo de transporte una opción económica y eficiente. Al respecto, el Sistema de Transporte Colectivo (Metro) es uno de los más importantes del mundo y requiere de grandes cantidades de recursos para su mantenimiento. El gigantismo administrativo provoca ineficiencias y pérdida de control sobre los procesos sustantivos del servicio, además de dar pauta para engordar un sindicato que ha mostrado una actitud contraria a los intereses de la ciudadanía.
Debido a lo anterior, los liberales proponemos a las autoridades del D.F. lo siguiente:
a) Disminuir el número de líneas administradas por el STC a nueve, creando un nuevo organismo que administre las líneas A y B, ya que éstas penetran al Estado de México, y desarrollar un nuevo sindicato que no tenga vínculos con el Sr. Espino.
b) En lugar de invertir cuantiosos recursos en el crecimiento del Metro, dirigirlos a otros modos de transporte como el tren ligero, una red de trenes suburbanos o empresas de transporte urbano regional que sustituyan al transporte concesionado.
c) Revocar los títulos de concesión a la mayoría de los microbuseros, quienes se han convertido en un cáncer que corrompe a la Secretaría de Transporte y Vialidad, además de que, en muchos casos, son cómplices de la delincuencia.
d) Retirar todos los taxis piratas, contribuyendo a disminuir los secuestros express, y la cantidad de taxis en circulación hasta en un 30%.
e) Reestructurar el Sistema de Transportes Eléctricos para hacerlo funcionar correctamente y frenar el subsidio a la Unión de Tranviarios.
f) Liberar a la Red de Transporte de Pasajeros del D.F. de las garras de los extrabajadores de Ruta 100 y que formaron parte del dañino SUTAUR.
El proyecto social del Gobierno del D.F. se podría complementar con un programa de transporte público masivo y seguro que aliente modos de transporte distintos al Metro. Así tendríamos la posibilidad de aprovechar la infraestructura ferroviaria existente para desarrollar un tren rápido entre Buenavista y Tizayuca. Esta opción alentaría al Gobierno del D.F. a ampliar las vialidades de Buenavista a Indios Verdes; también ayudaría a terminar con el cáncer de corrupción en el Centro de Transferencia de Indios Verdes.
Para los liberales el diálogo es instrumento básico para el entendimiento. La Ciudad de todos los mexicanos necesita urgentemente darse la oportunidad de escuchar las voces que reclaman seguridad y dignidad en el transporte público.
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