Hoy por hoy y después de 34 años, el 63% de los mexicanos no olvida aquel 2 de octubre en donde cientos de jóvenes estudiantes fueron masacrados por el Ejército mexicano.
Una gran cantidad de la población ha emitido su juicio, ya que en su gran mayoría opinan que los hechos fueron realizados por las autoridades. Pero la situación, en este momento, va más allá. Es por ello, que creo que uno de los pocos ¿aciertos? de Fox fue el promover la investigación sobre los acontecimientos sucedidos en aquellos años.
Desde mi personal punto de vista, no se ha hecho justicia con el sólo acto de señalar, como posible culpable, al Sr. Luis Echeverría Álvarez. La justicia no debe quedar ahí. Antes que nada, se debe de exculpar a todos los estudiantes a los que les fueron impuestas resoluciones condenatorias, ya que lo que hizo el gobierno fue imputarle delitos a los mismos estudiantes que fueron víctimas.
En segundo lugar, lo que muchos deseamos es no sólo ver señalamientos, sino lo que necesitamos, es ver a gente castigada por la vía penal; pero nos encontramos con un absurdo de la justicia mexicana: entre más tiempo pase, los delitos por los que se está acusando a Echeverría pueden prescribir, lo que se traduciría en que los verdaderos culpables jamás serían castigados judicialmente.
Es aquí donde entran las recientes declaraciones del abogado Salvador del Toro Rosales; en su testimonio ante la Fiscalía Especial que investiga los sucesos, revela cómo la Secretaría de Gobernación promovió la provocación, para no sólo crear una "mala" imagen del movimiento estudiantil, sino para finalmente acabar con él.
El licenciado del Toro confirma la tesis de que la DFS (Dirección Federal de Investigación) infiltró a provocadores, cuyo último fin era hacer estallar la agresión hacia los estudiantes. Así mismo, Del Toro declara que desde sus inicios, el CNH (Consejo Nacional de Huelga) estuvo infiltrado por policías u "orejas" de la Secretaría de Gobernación. Es por ello que se sabía perfectamente bien como estaba conformado dicho organismo.
Cabe destacar, que durante el mitin del 27, los infiltrados de la Dirección Federal de Seguridad tomaron la palabra (literalmente tomaron uno de los micrófonos), incitaron a los asistentes a la agresión e inclusive insultaron al Presidente Ordaz. Una perfecta "obra de teatro" montada por un gobierno simple y sencillamente repugnante.
Esto es únicamente, desde mi perspectiva, el detonante para llegar al fondo de los sucesos de aquel trágico 2 de octubre. Ojalá el Sr. Presidente cumpla con lo prometido y veamos muy pronto los resultados de la ardua investigación que se está realizando. El pueblo de México se lo agradecerá.
Aprovecho estas líneas para solidarizarme con nuestros hermanos que en recientes días sufrieron los estragos de los huracanes que golpearon territorio nacional.
Réplica y comentarios al autor: luis_armando_esquivel@yahoo.com
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