Posicionamiento para los próximos comicios electorales federales
Una vez más, la discusión por la aprobación del presupuesto de egresos de la federación está sometida a diversos factores políticos internos y externos. En el ámbito nacional, las próximas elecciones federales ya muestran su peso específico en el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo. Es una realidad que la reactivación económica sigue siendo un propósito incumplido por el Gobierno Federal. La dependencia excesiva del mercado norteamericano prevalece como la piedra en el zapato de nuestra distante vecindad. El Presidente Fox recientemente reconoció la importancia del mercado interno, aunque hasta el momento, no se han perfilado en forma concreta los mecanismos para estimularlo.
En el ámbito internacional, la resolución unánime de las Naciones Unidas condenando a Irak, representa un triunfo de la diplomacia coercitiva de la administración Bush; adicionalmente, el triunfo republicano en las elecciones intermedias de aquel país representa un factor de presión agregado para la relación bilateral. Esperamos que la madurez política de Washington, después de su proceso electoral intermedio, permita, entre otras cosas, la reactivación del acuerdo migratorio entre nuestros países, y que la venta del melón mexicano hacia Estados Unidos se libere del enfado norteamericano por nuestra decisión de apoyar una solución pacífica en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU.
El reciente rechazo de la CONAGO a los recortes presupuestales instrumentados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, es otro factor a considerar de cara a los comicios electorales del próximo año. El federalismo mexicano tiene un gran adeudo en lo que se refiere a la administración de los recursos federales. La SHCP recurre al expediente simplista de transferir el costo político de una mayor recaudación fiscal a los Gobiernos Estatales, pensando que todo el país aceptaría su criterio medieval y autoritario.
Los liberales mexicanos proponemos que los recursos destinados al IPAB en este presupuesto, se destinen al estímulo del mercado interno, la educación, la salud, y la creación de nueva infraestructura, vía mejores salarios y de nuevas fuentes de empleo productivo para la sociedad. Los ciudadanos reclaman y exigen soluciones a sus problemas cotidianos. El gobierno debe estar ocupado en pensar y crear nueva riqueza, ser un facilitador que contribuya a que los mexicanos deseen tener un modo honesto de vida. Para lograr esto, es indispensable que la Reforma del Estado no sea postergada ante la necesidad de resolver lo urgente, para olvidarnos de lo importante.
Los senderos políticos del presupuesto de egresos y su vínculo con el proceso electoral federal del 2003, tienen una amplia y diversa posibilidad de discusión entre los actores de la sociedad mexicana. Los liberales alentaremos las opciones inteligentes e institucionales que beneficien a la República.
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