Dos años después de ocupar la silla presidencial, la administración de Vicente Fox no ha tenido la capacidad de definir un proyecto de nación y mucho menos ha emprendido acción alguna. Aunado a lo anterior, las pugnas dentro del gabinete (Castañeda vs. Creel, entre otras tantas) y los rumores desatados por el propio Jefe del Ejecutivo en relación a la sucesión presidencial, ha logrado que esta nave, llamada México, continúe a la deriva.

El gobierno de Fox ha sido un gobierno que se ha caracterizado por sus enfrentamientos contra el Congreso, los gobernadores, los partidos opositores, pero peor aún, por el distanciamiento creciente con ¿su partido?: el PAN.

Aquellas falsas esperanzas del cambio, hace dos años, cada día se ven más y más lejanas. Los únicos resultados concretos son una creciente inseguridad, disminución del crecimiento económico, aumento del desempleo, entre otros tantos. Asimismo, el creciente clima de desconfianza, llámese de inversionistas, ciudadanos y la manera ineficiente de manejar la política en el país, ha sido clara causa de la ingobernabilidad que prevalece en el territorio nacional.

Al muy viejo estilo priísta, con la única diferencia de que éstos últimos sí sabían hablar en público, el Presidente de la República da discursos y declaraciones ante la prensa nacional e internacional (imagínese, amigo lector, qué imagen podemos tener ante el exterior) llenos de promesas, pero ninguno de ellos se traduce en acciones positivas.

Creyendo estar en la Presidencia de un refresquera, el presidente Fox delega labores, pero de una manera totalmente incorrecta: Sin tener un plan "maestro", reglas del "juego", ni mucho menos, ser un verdadero líder. Cada quién rema a donde quiere, dando como resultado que nuestro "barco" -México- quede inmóvil, sin rumbo a donde ir.

Pero, aún queda más. En recientes fechas, el tema de la sucesión presidencial ha tomado cada vez mayor fuerza. Cada quien empieza a tomar sus posiciones estratégicas y a mover las "fichas del tablero" Esto ha sido causa de una mayor parálisis (¡difícil creerlo!) en los diferentes ámbitos de los gobiernos, tanto federales como estatales.

En fin, es triste decirlo: Vicente Fox no ha logrado ningún tipo de acuerdo político con los diferentes partidos de oposición, lo que ha dado como resultado que diferentes proyectos no puedan ser ejecutados.

Qué triste que de las pocas cosas que nos podamos acordar del gobierno de Fox han sido el escándalo del toallagate (¿recuerda la compra de las toallas con un valor de $4,000 cada una?), su papel ridículo como un niño adolescente besando a su novia en el Vaticano, las declaraciones encontradas entre él y Elizondo, el vocero de la presidencia; y lo peor de todo, ¡cuando declara que el año en que se fundó la Real Academia fue 1992! Qué pena me da tener un Presidente de esta calidad; prometer no empobrece, ¿verdad Vicente? Ya si no va a hacer nada, Sr. Fox, mejor absténgase de hacer declaraciones absurdas y luego no tener los "pantalones" suficientes para aceptar lo que dice; recuerde que el país está harto y cuando es así, las cosas se pueden poner mucho más violentas de lo que ya están ahora. Ojalá que cumpla cada uno de sus propósitos de año nuevo, y espero que uno de ellos sea el de no mentir, porque yo ya no aguanto más escuchar a un mentiroso. Créame que en verdad le deseo lo mejor y que cada una de las decisiones que tome de ahora en adelante sean las mejores para el país, el cual tanto le ha dado.

Aprovecho esta columna para desearles a todos y cada uno de ustedes, una Navidad llena de paz, salud y alegría en compañía de los suyos. Asimismo, les deseo un muy buen año nuevo y que cada uno de nuestros sueños se conviertan en realidad. Gracias por acompañarnos a lo largo de este año y por sus comentarios tan valiosos. ¡Enhorabuena!

Réplica y comentarios al autor: luis_armando_esquivel@yahoo.com