Mañana se cumplirán 10 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyo análisis más importante es que tanto México -el socio más pobre- como Canadá debieron pagar el precio político y económico de la apertura para acceder al mercado de los Estados Unidos, debido al fracaso o desinterés de los negociadores por lograr que sus productos agrícolas e industriales quedaran excluidos de las leyes proteccionistas estadounidenses, muchas de ellas impuestas por el Ejecutivo o Legislativo de aquel país como medidas de represalia política, otras atendidas como antidumping contra una presunta competencia desleal, mientras que los distintos gobiernos del gigante del norte -aprovechando aquel error inicial- continúan con el subsidio para su producción local y de exportación, que sólo ha generado un gran costo en las exportaciones de sus socios.

Uno de los costos los dio a conocer hace algunas semanas el campesino mexicano Lucas Benítez, galardonado con el premio Robert F. Kennedy de derechos humanos que le fue entregado el pasado 20 de noviembre, quien expresó que el TLCAN obligó a la emigración de muchos campesinos. "Mi padre sobrevivió en México trabajando la tierra, como mi abuelo. Yo quise hacer lo mismo, pero la tierra ya no da para comer ni para competir con las grandes transnacionales y agroindustrias que reciben subsidios del gobierno de los Estados Unidos. Esto provocó que México haya pasado de ser un productor agrícola a productor de mano de obra barata para este país. Ese es el verdadero resultado del libre comercio", según la agencia IPS.

México es el campeón mundial en tratados de libre comercio, con 11 firmados y 14 más en negociación, pero a una década de la entrada en vigor del más importante, aún no puede corroborar que esa apertura garantizó el desarrollo como lo afirmaron sus negociadores.

Por el contrario, la problemática de México ha servido para que países como Costa Rica tomen las medidas providenciales que les eviten un conflicto como el mexicano. Como lo hizo con México, pretendió negociar "los temas más sensibles" en las dos últimas rondas y ahí pretendió una apertura total en el área de telecomunicaciones y seguros, donde existen monopolios estatales que los ticos no están dispuestos a desaparecer, lo que propició que las negociaciones se interrumpieran de manera sorpresiva.

Además, el país centroamericano calificó de "muy pobre" la oferta de los Estados Unidos en materia de textiles, que implicaba una apertura parcial y condicional. Hubo desacuerdo con el negociador Roberto Zoellick en lo correspondiente al comercio de papa y azúcar, además de las cuotas de exportación de pollo, lo que se tradujo en un respaldo de los productores locales a sus negociadores, ya que firmar el tratado en la forma en que estaba propuesto, consideraron, les traería más perjuicios que ventajas.

En cambio, México, hace 10 años, entregó todo. Así, sin una verdadera negociación que también acarreara ventajas reales a nuestro país.

La incapacidad para gobernar de Vicente Fox también se convirtió en irresponsabilidad. En lugar de meter a su gabinete a trabajar en la búsqueda de un plan B para amortiguar la problemática, se fue de vacaciones a su rancho... Lo que implica que ya no quiere saber nada de la administración del país y quiere que el sexenio termine lo más pronto posible... Lo que ya terminó es este 2003 con más saldos negativos que positivos, pero hago votos para que en el 2004 se cumplan los objetivos e ilusiones de todos...

Réplica y comentarios al autor: renatoconsuegra@yahoo.com.mx