Andrés Manuel López Obrador, Jefe del gobierno capitalino, ha sido sacudido nuevamente, ahora por el escandaloso sueldo que percibe su chofer. Ya sea que fue un trampa política de sus adversarios, tanto del mismo PRD como de otros partidos, o por zafiedad, lo que es una realidad es que la imagen de este indiscutible líder y muy posible candidato a la Presidencia de la República ha sido dañada, pero ¿qué tanto?.

Una encuesta aplicada por GEA e ISA a 404 personas vía telefónica el pasado miércoles 28, arroja que el 78% sigue apoyando de manera incondicional al Peje. Si la cifra de popularidad que bien se venía observando como en constante ascenso, hoy por hoy se encuentra igual que hace tres meses e inclusive igual que a mediados del año pasado.

Los números no quedan ahí y lo que es peor para el tabasqueño: el 56% de los entrevistados dijo no creer en absoluto la versión del Jefe del Ejecutivo local de que detrás de este escándalo se encontraba una mano o fuerza oscura.

75% de las personas que respondieron vía telefónica simplemente se sienten indignadas y están en contra de que el supuesto Jefe de Logística y chofer del jefe de la Ciudad de la Esperanza perciba un sueldo de unos 63 mil pesos mensuales.

Las cosas no quedan ahí. Tres de cada cuatro individuos piensan que el influyentismo es de gran peso dentro del gobierno de la Ciudad. No sé qué nos extraña. No sólo sucede en el gobierno del D.F., sino por todos lados tenemos el peso de los apellidos, si no pregúntenle a Santiago Creel. No es consuelo de muchos, sino lo que quiero decir es que desafortunadamente es una práctica común en nuestro sistema político que afecta severamente a nuestras instituciones.

No cabe la menor duda que esta jarana le ha pegado un gancho al hígado al perredista. Desde el mes de octubre del año 2002, la desaprobación por la forma de llevar las riendas por el Gobernador del D.F. ha alcanzado su porcentaje más alto (19%).

Según la información obtenida, si el día de hoy se realizaran las elecciones para la presidencia de la República, el 33% de los votantes no lo haría por él. Es un pésimo porcentaje si consideramos que hace tan solo por lo menos un par de meses el 25% no sufragaría el voto a favor de López Obrador.

La encuesta realizada a finales del mes de enero sin lugar a dudas no ha puesto en riesgo la candidatura, creo yo, del jefe del gobierno capitalino, pero eso sí, ha sido una grave llamada de atención. Ahorita, más que nunca, debe de demostrar su colmillo político para poder salir avante. Los resultados no son del todo buenos, aunque tampoco podríamos decir que son catastróficos, pero a final de cuentas son resultados a la baja.

En verdad espero que lo del escándalo de Nicolás (el jefe de logística y chofer) haya sido una artimaña de los opositores políticos de López Obrador. Si no fue así, me preocupa y mucho. Me hace dudar gravemente de la capacidad del jefe de la capital, ya que cómo es posible que maneje de tal manera la información que a la luz parece ser que el sueldo de la persona que conduce su auto es de 63 mil pesos, sin dejar, en un principio, más que claro las verdaderas actividades de su colaborador. O por qué no decir que es su secretario particular y tiene a otra persona que le conduzca el coche, ¡qué sé yo!

Si por el otro lado, el caso fuera que es resultado de una zancadilla de sus rivales políticos, no sé de que se extraña López Obrador. Es una práctica muy común de los políticos y él no sólo lo debe de saber, sino debe de contar con la capacidad de saber llevar la situación y no actuar, como lo hizo, como un niño que se robó un dulce. Andrés Manuel, no hagas cosas buenas que parezcan malas, ni malas que parezcan buenas.

Réplica y comentarios al autor: luis_armando_esquivel@yahoo.com