Los números no mienten, y menos la opinión de la gente. El 17% de los mexicanos opinan que no están en lo más mínimo satisfechos con el funcionamiento de la democracia en nuestro país. Según la última encuesta de Latinobarómetro (organización sin fines de lucro creada en 1995 con sede en Chile), 54 de cada 100 mexicanos dicen que México necesita mayor firmeza y dureza por parte del gobierno (llámese federal, estatal o local). Se confirma una cifra que había mencionado en intervenciones anteriores: 67% de la población estaría de acuerdo en pagar el precio de un gobierno no democrático, con tal y que los problemas económicos fueran resueltos.
No cabe la menor duda: la cantidad de gente que se encuentra satisfecha con la democracia ha disminuido; en 1997 (el entonces presidente era Ernesto Zedillo Ponce de León) 4.5 de cada 10 personas en el país estaban orgullosos con la democracia; lo anterior se traduce en una disminución del 28%. Esto puede sustentarse en las siguientes estadísticas: 84% de los nacionales consideran que en el aspecto económico vamos por mal camino, lo que demuestra que Vicente Fox vive en otra realidad. No creo en verdad que un poco más de 84 millones de ciudadanos estén mal, ¿o no es así Sr. Fox? En el tema de empleos, del que tanto presume la actual administración, 84% de los entrevistados tiene miedo de perder su trabajo. Hay algo que no me "cuadra": en un país donde hay un incremento en el empleo (por supuesto, cifras manipuladas del gobierno federal) y donde la economía marcha "viento en popa" (nuevamente, argumentos fuera de lugar del jefe del Ejecutivo), ¿cómo es posible que la gente no confíe en su estabilidad laboral?
Para darnos una idea y para mostrarle al presidente Fox que su manera de hacer democracia no es la ideal, basta con echar un vistazo a otras regiones: en toda América Latina, el 29% de la población está satisfecha con la manera de llevar a cabo la democracia, 12% más que en la República Mexicana. Ni se diga en la Unión Europea, donde el número llega hasta un 53%.
Las anteriores percepciones en cuanto a la democracia en México pueden explicarse tanto en el ámbito económico como en el político. Un ejemplo: 1997 (el año cuando la economía mejor se encontraba) fue el período cuando el número de mexicanos satisfechos con la democracia fue el mayor. Lo anterior, además, coincide con que salíamos de la grave crisis que provocó el "error de diciembre". En 1997 las expectativas eran sumamente positivas: 35% de los nacionales esperaban que el siguiente año, 1998, fuera un mejor año y sólo el 18% pensaba que el país se encontraba en decadencia. Hoy por hoy, año 2004, el 84% de la población considera que vamos en decadencia. No cabe duda que Vicente Fox no conoce de matemáticas y mucho menos de estadística. Eso sería como "pedirle peras al olmo".
Fox cree que con anuncios en la televisión sobre sus "logros", la gente va a creer que vamos mejor. En el 2002, 47% de los encuestados aprobaba el gobierno de Fox contra el 39% al día de hoy. En ese entonces el 34% estaba satisfecho con la economía. Hoy esta cifra disminuyó drásticamente hasta caer a niveles de un 20%. Si el jefe del Ejecutivo cree, en su diminuto cerebro, que esto es estar mejor, déjeme le informo Sr. Presidente que una de dos: o vive en otro México, el cual más del 70% de la población no conocemos o simplemente es usted ignorante.
En este año, 2004, sólo 3 de cada 10 personas creen que Fox le está ganando a la delincuencia (han de ser las personas que cuentan con un séquito de hombres que les cuidan las espaldas). Ya no se diga en el terreno de la corrupción. El 34% de la gente que fue cuestionada opina que la plaga de la corrupción jamás será eliminada, si no pregúntenle a Martita. 65% piensa que se puede sobornar a un policía, 58% a un juez (no es cierto), y 56% a un Secretario de Estado (¿cómo, si son hombres tan rectos?).
Después de estas cifras (seguramente para este momento el Cuarto desInforme de Gobierno ya fue presentado) qué le queda decir a Fox. El prometer, no cabe la menor duda y menos en los labios de Fox, no empobrece. Estamos hartos de palabras y de la gran parálisis que es síntoma común del gobierno foxista. Se necesita un acuerdo político nacional con el único objetivo de hacer de este país un lugar mejor y más digno en donde vivir. Una vez más, la ilusión de estar mejor se ha traducido en un gran chasco.
Réplica y comentarios al autor: luis_armando_esquivel@yahoo.com
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