...de muchas expectativas, pocos resultados.

Los liberales del Frente Liberal Mexicano seguimos pensando que el Presidente Fox es un hombre bien intencionado, sólo que aún no aprende a gobernar a su pueblo, que prácticamente le quedan cuatro años de gobierno efectivo porque el último se diluye con la inercia de la sucesión presidencial, que si un valor tuvo su comparecencia ante el Congreso de la Unión para rendir su primer informe de gobierno, es de que esta experiencia le enseñó, insistimos, -es un hombre de bien- que no podría -de ninguna manera- volver a presentarse con las manos vacías ante un Congreso demandante y vigilante que día a día fortalece y dignifica la muchas veces diferida tarea liberal de una real y efectiva división de poderes.

Aún estamos a tiempo; se trata de realizar un profundo e intenso ejercicio de evaluación íntima y personalísima, de reconocer -tal vez- que si bien el objetivo supremo que lo inspiró y animó a él y a su equipo por más de tres años de campaña, era el de sacar al PRI de los Pinos y que en ese sentido se descuidó la tarea del qué hacer si lo lograban, bueno, el sólo hecho de reconocerlo ya sería de enorme beneficio, porque entonces todo aquel talento y esfuerzo aplicado en una campaña electoral, ahora se podría redireccionar para el diseño de un extraordinario Programa de Trabajo de alta visión, que le diga al ciudadano común, a usted y a mí, qué medidas concretas y específicas piensa realizar para lograr su proyecto de gobierno, es importante; el propio Presidente Fox al reiterar una y otra vez en su Informe que sí hay proyecto es porque obviamente ha detectado la sensación de que si lo hay, todavía no se conoce.

Aún es tiempo, la conquista de aquel objetivo supremo sólo tendría relevancia en la medida que se transforme en una tarea más transcendental que la primera: Realizar de tal manera su trabajo como Presidente, que la gente, los partidos políticos -incluyendo al PAN- lo empiecen a percibir como Estadista. No es fácil, en realidad han sido pocos, muy pocos los que lo han logrado, Juárez y Cárdenas son ejemplos de ello.

Ojalá realmente, se quiera trascender y ser recordado no solamente como el "hombre que sacó al PRI de los Pinos", o como el "bien intencionado" o como el "Gerente que nunca aprendió a ser Presidente" o "el presidente que no sabía decir no" o el "presidente que más oportunidades desperdició de permanecer callado" o "el presidente que no supo o no pudo controlar a su gabinete" o como me comentaba un corresponsal extranjero: el "presidente de una nación subdesarrollada con mas de 40 millones de habitantes en la extrema pobreza; que despilfarra más de mil 500 millones de dólares en el área de difusión".

Sí, yo no voté por Fox, pero como ciudadano y como mexicano quiero creer en él, quiero, -como muchos- tener la confianza de saberme gobernado por un hombre no solamente bueno, sino diligente, un presidente que ya no prometa, nunca mas, lo que no esté seguro de poder cumplir y que siempre hable con la verdad a su pueblo, sin artilugios ni subterfugios, aún estando en el extranjero. Sin artilugios ni subterfugios.

Sí. Primer Informe, nueve meses de Gobierno, buen tiempo de revisar actitudes y conductas, enmendar rumbos y corregir desvíos, de evitar excesos, frivolidades, intemperancias, sí, tiempo de aterrizar programas y especialmente, de rescatar promesas, valorarlas y cumplirlas y si no se pueden cumplir, hablarlo con el pueblo, explicárselo, a lo derecho. El pueblo comprende, el pueblo no es tonto, lo que el pueblo exige es que se le hable con la verdad, que ya no se le engañe. Ya está harto de mentiras y falsas promesas.

Sí, hoy me niego a referirme al pueblo como sociedad, o como dirían los que saben o los que han estudiado a Gramsci o a Weber, la sociedad civil. Sí, es todo eso y más; pero es el Pueblo, con mayúscula. Con todas sus miserias y sus angustias, sus frustraciones y sus problemas, sus alegrías y sus conquistas.

Sí, tiempo de evaluar al gabinete, su desempeño y sus resultados. Ningún apoyo a la campaña electoral, por cuantioso o importante que haya sido, compensaría el fracaso de su gobierno. Mucho menos compensaría, la pérdida de la esperanza de millones de mexicanos que sí creyeron, -quizá por última vez-, en el sueño de una persona y no estoy hablando de un Partido, estoy hablando de Vicente Fox Quezada.

Sí, el Primer Informe puede llegar a ser conocido como la oportunidad que aprovechó el Presidente Fox para empezar a aplicarse a fondo en las tareas que lo transformen en el Estadista que México necesita; por otro parte, como participantes en el esfuerzo de constituir un Partido Liberal en México, durante el informe nos reconfortó aquella parte en la que el Presidente Fox decía que "...Nunca como ahora están vigentes las experiencias de nuestra tradicional política liberal; Los próceres que crearon nuestra estructura constitucional y lucharon por la división de y el entendimiento entre los Poderes de la Unión. Nosotros, en los albores del siglo XXI, debemos estar a la altura de este legado... ".

Los que tienen ojos para ver que vean y los que tengan oídos para oír... que oigan.

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