El pasado 21 de octubre, como todos sabemos, se llevó a cabo el concierto de Elton John en el Castillo de Chapultepec con el propósito de reunir fondos para la fundación de la Sra. Sahagún, Vamos México. Con un viejo estilo de hacer política, por no decir al estilo Priista, reunió a un grupo de acaudaladas personas para pedirles dinero para los pobres; el costo por boleto era de $ 100,000 m.n. o por decirlo de otra manera, de $1'000,000 m.n. por mesa.
El concierto es uno de los tantos caprichos de la Sra. Fox. Su ambición por el poder ha ido en aumento notablemente. Un día se reúne con empresarios de la iniciativa privada, otro día hace declaraciones de asuntos públicos que lo único que logran es desestabilizar. Las ambiciones personales de poder y la necesidad de protagonismo de la Sra. Sahagún va en aumento.
En la visita oficial al Estado del Vaticano, la Sra. Fox no pudo atender a la audiencia que tendría Vicente Fox con Juan Pablo II, acatando así los protocolos de una visita de Estado. Pero Doña Martha no quedó ahí, presionó al máximo para lograr una audiencia privada con Su Santidad. Los valores del Estado laico quedaron minimizados. Ahora el favor político debería de ser pagado a los Legionarios de Cristo, quienes de alguna manera u otra, influyeron para que la audiencia con la Sra. Sahagún se llevase a cabo.
El peor ridículo vino cuando la Sra. Fox tuvo que esperar afuera de la Santa Sede, pero no desaprovechó la ocasión; le dijo a los medios de información que esperaría a su esposo y que sí, efectivamente, había tenido una pequeña reunión con el pontífice. La imagen del Estado mexicano se va ridiculizando cada día más y Marthita ha contribuido con ahínco en ello.
Pero regresando a la Fundación Vamos México, la Sra. Fox ha utilizado su poder político para el manejo de una institución de carácter totalmente privado. Las arbitrariedades que muchos mexicanos pensábamos que se acabarían con la entrada del nuevo gobierno, siguen en pie. Martha utiliza todo el poder del Estado para promover y llevar a cabo sus actividades privadas.
Las cosa no queda ahí. Martha Sahagún decidió ofrecer un porcentaje de las ganancias a todas aquellas instituciones privadas, que vendieran boletos para el concierto en el Alcázar del Castillo de Chapultepec. Me podrán preguntar, ¿pero esto qué tiene de malo? Lo malo es que una de las principales beneficiadas de este reparto de utilidades será nada más y nada menos que la hermana del Presidente Fox, ya que ella preside una casa de asistencia a los pobres; en fin, parece que las épocas de compadrazgos, que el entonces electo Presidente dijo que terminarían, siguen ahí. Las palabras se las lleva el viento.
Las actividades de la Sra. Fox no son un combate frontal a la pobreza ni la creación de una política social de estado, sino más bien, son actividades de caridad a pobres que son atendidos en instituciones de asistencia privada. Nada de las actividades de la Sra. Fox tienen que ver con las políticas públicas de combate a la pobreza, sino son meramente apoyo a la asistencia privada, pero con el detalle de la utilización del erario público.
Quien lea este artículo podrá decir que estoy en contra del combate de la pobreza, pero no es cierto. Estoy en contra de que la gente utilice ciertos medios para lograr ciertos fines; y perdónenme si me equivoco, pero creo yo que la Sra. Fox utiliza estos actos de ayuda para tomar un papel protagónico dentro de la vida del Estado Mexicano. Hay maneras de hacerlo, maneras políticamente sensibles e inteligentes. Definitivamente este gobierno no lo hace así. No sé qué esté pasando con los asesores de la Presidencia, pero deben de alertar al Presidente sobre los errores que se están cometiendo y sobretodo el alto costo político que está resultando.
Aprovecho esta columna para enviar mi más sincero pésame a la familia de Digna Ochoa. Es otro crimen más que debe de ser esclarecido cuanto antes, y el pueblo de México debe ser informado. La impunidad es el fantasma de un estado de derecho.
Réplica y comentarios al autor: luis_armando_esquivel@yahoo.com
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