La verdad no peca pero incomoda.
A la edad de 63 años tuve la oportunidad de hacer un viaje de placer al viejo mundo, que además de la alegría, el asombro, el conocimiento y la experiencia, me causó tristeza y amargura, al constatar con mis propios ojos, que el verdadero viejo mundo no es aquel, sino el nuestro. Posiblemente muchas personas podrán relatar hasta con algo de vanidad los lugares visitados; por mi parte, además de eso, me quedó un desconsuelo.
Los países visitados han logrado un avance y desarrollo en todos los aspectos, que quizá en muchas décadas, nuestro país no alcance, debido todo esto a la manera de forma y de fondo, en que abordamos y visualizamos nuestros problemas.
Mi opinión es que los gobernantes y los servidores públicos de aquellos países, primero pensaron en su responsabilidad, en su función de servir a la comunidad, en la visión de futuro que querían, en sus carencias y necesidades, y mucho después pensaron en prerrogativas y privilegios. En nuestro caso fue muy diferente, primero se pensó en los privilegios de funcionarios públicos y de burócratas, y después...
Afortunadamente son "MUCHOS" los servidores públicos que ya tienen "PLENO" conocimiento de esos privilegios, que se acumulan y multiplican y que en muy poco tiempo nos agobiarán.
Mi sentir pesimista pero sincero, es que empezamos mal, seguimos mal y así continuaremos por muchos años.
En nuestro México ha habido demasiada "TOLERANCIA" a la corrupción, al abuso, al desorden, a la deshonestidad, a la falta de capacidad para desempeñar un cargo público, etc.; y aunque estoy consciente que el país lo integramos y lo hacemos todos, es el gobierno el que establece las normas, las prioridades, y el que tiene la autoridad para hacerlas cumplir y ejecutarlas.
Es tanta la diferencia entre aquellos países y el nuestro, y créanme que no me refiero únicamente a lo económico y a lo material, por lo que me pregunto: ¿De qué sirvió y sirve el ejercicio de tanto gasto público, la infinita cantidad de viajes al extranjero por parte de los funcionarios, las concesiones de privilegio a los representantes públicos, a los partidos políticos, al IFE, a PEMEX, a...? Cuando pienso, por ejemplo en Francia, en que muchas de sus ciudades quedaron destruidas a consecuencia de la segunda guerra mundial, que pagaba un tributo diario a los alemanes durante su ocupación, por el equivalente a un millón de francos a valores actuales, es cuando me cuestiono:
¿Y tú "MÉXICO", qué hiciste, en dónde estabas?
Y todo esto ocurre cuando sabemos que México tiene petróleo, tiene minerales, tiene litorales, tiene diversidad de climas, etc.
Sólo un gran consuelo me dejó mi viaje:
LOS RICOS DE AQUEL MUNDO, NO VIVEN TAN BIEN COMO NUESTROS RICOS.
Réplica y comentarios al autor: delgadoangel3901@aol.com
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