Sin lugar a dudas este año ha sido uno de los más difíciles en las últimas décadas para muchos mexicanos; un año que se esperaba de cambio finalizó con un atorón.
Han sido 365 días de inseguridad: grupos de secuestradores, bandidos con uniformes policiacos, asaltos; de volatilidad financiera, fragmentación no sólo política sino social, de una política neoliberal que no se ha conformado por polarizar la riqueza del país sino que ha aumentado el número de pobres; una economía rural que ha sido golpeada en todo momento. A todo lo anterior no podemos dejar a un lado lo que sucedió con nuestro vecino del norte el 11 de septiembre; esto agudizó aún más la situación de nuestro país dejándonos en un clima de total incertidumbre.
Las iniciativas y propuestas presentadas por el gobierno federal simplemente no fueron cumplidas. Sólo por citar un ejemplo: el Acuerdo para la paz en Chiapas. Todo quedo, como en aquellos viejos regímenes priístias, en simples y llanos discursos demagógicos. Si bien fue un año de muchos acuerdos, al igual fue un año de muchas más decepciones.
El gobierno no ha sido capaz de hacer frente a los verdaderos problemas que aquejan a nuestro país. En lo que se refiere a la corrupción policiaca, yo no recuerdo ningún tipo de detención ni juicio en contra de servidor público alguno. No se ha visto ningún tipo de golpe en lo que respecta a corrupción financiera. Rogelio Montemayor es uno de lo tantos que se encuentran en una lista de ilícitos cometidos en contra de PEMEX. ¿Y la educación dónde queda? La Gran Reforma Hacendaria sólo quedo en una miscelánea fiscal. En suma, ha sido un año en que las promesas han quedado en el olvido y la palabra del Presidente cada día está más y más desacreditada.
El año nuevo, el 2002, será un año en el que más que propuestas se deberán de llevar a cabo acciones concretas y con resultados palpables. Por un lado, el Gobierno Federal deberá de trabajar arduamente en materia social y económica. El pilar del desarrollo del país debe de ser fomentado; no sólo es cuestión de construir más y más escuelas, sino de lo que se trata es de mejorar la calidad de la educación por medio de programas realistas; el Poder Legislativo deberá de concentarse en hacer su trabajo de forma responsable; los legisladores faltistas deberán de ser castigados con mayor severidad y los aguinaldos deberán de ser revisados por un Consejo ciudadano; las luchas partidistas deberán de ser dejadas a un lado. El Poder Judicial no sólo debe de actualizar sino eficientar las leyes y aplicarlas.
En suma, lo que se necesita de todos los que habitamos este país es comprometernos y ser responsables de cada una de nuestras acciones. No debemos de esperar a que hagan las cosas por nosotros; debemos de ser nosotros quienes tomemos la iniciativa. En lugar de pisar a los de nuestro alrededor, ayudémoslos a subir; así llegaremos cada día más alto. Nuestro país es muy grande; hagámoslo más grande todos juntos.
Por medio de estas entrelíneas, les deseo muy feliz año nuevo; que el próximo sea mucho mejor que éste y recuerden que no sólo basta con desearlo, sino que hay que luchar para lograrlo. Reciban un cordial abrazo.
Réplica y comentarios al autor: luis_armando_esquivel@yahoo.com
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