Pasado... Presente... Futuro...
Lo que fue... Lo que hoy es... Lo que será...
No hay persona en la cadena humana desde el principio de los tiempos que no tenga o haya tenido ante sí estos 3 tiempos, valga la redundancia. Pantalla personal de tres canales, los usamos todo el tiempo mientras vivimos, aunque en diferente proporción.
Los hay que sólo ven el pasado, viven en él, atados a lo que fue, sin darse oportunidad de contemplar lo nuevo o tener sueños y metas por construir, apegados a lo viejo, detractores de lo nuevo, quienes sólo usan este canal pertenecen a la clase conservadora de la sociedad, raíz y anclaje de valores, cimiento de donde parte lo nuevo, mapa de lo conocido, respuestas de lo preguntado, producto terminado de lo que alguna vez inició. Son la memoria de la sociedad, de ellos no saldrán cosas nuevas, sólo saldrá la critica porque las cosas no se hacen como ellos quieren.
Los hay también que sólo viven el presente, lo que va saliendo, como va llegando, sin preocuparse por el mañana ni saber lo que hubo atrás, el que enriquece su vida de vivencias al precio que sea, son en su extrema expresión la parte de la sociedad que vive para vivir y deja vivir, no dejan más herencia a los que le siguen que la memoria de que hizo lo que quiso, hay un cierto sabor de frivolidad en sus vidas, en general son personas que hacen y el soñar no se vuelve su rey y no critican como los que pertenecen al pasado, son motores de cambio, pero no tienen fijado el rumbo, ni la meta, son la parte de la sociedad que cambia la dirección futura de la misma, aunque lo mismo da que sea para un lado que para otro, es la parte renovadora de la sociedad aunque no se sabe si para bien o para mal. Actúan sin gran sentido de la moralidad, de lo que es bueno o es malo, son prácticos y no se meten en reflexiones, lo que importa son ellos.
También están los que sólo viven en el futuro, son la parte creativa de la sociedad, pero están muertos porque no actúan, sólo en soñar se les va, creen en mejores escenarios, pero no los construyen, son imaginativos, construyen su vida en la imaginación, en sus diarios, en novelas, pero no en la realidad, prefiere creer que alguien es bueno en lugar de comprobarlo, no son realistas, prefiere creer que el hombre es bueno solamente en lugar de aceptar que hay de todo, estas personas sufren porque con frecuencia se ven desengañadas, son los inocentes de la vida, creen que todo ha de llegar a su tiempo en lugar de trabajar y luchar por él, sin embargo habrá que reconocer que aporta enfoques nuevos.
Finalmente está el que ve los tres canales, revisa y aprende del pasado, toma lo que es valioso y rechaza lo que no funciona, actúa en el presente de acuerdo a su gusto y a la experiencia propia y ajena y hay sentido de rumbo y dirección hacia el futuro, trabaja y lucha por mejores escenarios, es autoreflexivo, sabio en sus decisiones, sabe de dónde viene y a donde va, porque lo hace y porque es así, toma su destino en su propia mano, no deja que otros lo manejen, es libre pero tiene sentido social, puede vivir solo y también tiene sentido gregario. Respeta lo propio y lo ajeno. Hay moralidad en sus acciones, porque sabe que toda acción humana tiene una consecuencia y procura elegir lo que no lo daña a él ni a la sociedad en que vive, es previsor y actúa para evitar que la mala fortuna actúe sobre él y el grupo al que pertenece.
De la manera en que se den las proporciones de estos perfiles se determina el perfil de la sociedad en que viven. Determinar en qué perfil se quiere estar, es determinar en parte cuál es la sociedad que se quiere, determinar las dos anteriores es determinar el destino, determinar el destino es demostrar la trascendencia del HOMBRE.
H. Béjar
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