Hace unos días tuve un sueño algo extraño y un poco inquietante dado que muy pocas veces concibo soñar. Resulta que durante ese sueño, me hallaba rodeado de mucha gente pobre, descalza, peleando por comida, un escenario tal y como lo narra José Saramago en su libro "Ensayo sobre la ceguera"; ciertamente me inquietó ver tal degradación y tal problemática en la sociedad en la que estaba, que me acerqué a uno de los hombres que husmeaba por los botes de basura y le pregunté el por qué de su situación. ¿Dónde estaba el México aquél del avance y la prosperidad? Muy sonrientemente me dijo: "Joven, el México que usted ve hoy es el mismo que ha sido desde hace muchos años".
Tal contestación me pasmó y entristeció de modo tal que aquellas palabras aún me siguen inquietando. Hoy, tras varios días de aquél sueño, inicié mis labores, y mientras me dirigía al trabajo, en la estación del metro encontré aquél hombre que días atrás estuviera en mi sueño.
Ciertamente me espanté al verlo y no porque fuera un mendigo del cual cuidarse, sino por el hecho de que me llamó y me dijo que aquél México del hambre, de la corrupción, de la inseguridad y de falta de educación aún tiene solución. ¿Cuál?, le pregunté. Simplemente me dijo: "El futuro de México está en sus jóvenes".
Tal sueño, amigo lector, me he permitido compartir contigo y del cual quiero comentarte lo siguiente. Comparto la idea de aquél hombre, pero si es así, entonces qué México van a construir las generaciones venideras si en estos momentos por ejemplo, nuestro país cuenta con una población de alrededor 40 millones de pobres. ¿Qué tipo de país tendremos con una educación que está por los suelos?
¿Qué podemos esperar de la educación que se imparte a nivel nacional, si recientemente el grupo Reforma hizo saber que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) realizó una evaluación en 1995 sobre conocimientos escolares a los primeros años de primaria y secundaria, y del cual nuestro país se ubicó en el penúltimo lugar de 32 países?
Es de esperar que tal situación se vea reflejada en el desempeño macroeconómico del país, es decir, ahora entiendo porque países como Japón, Inglaterra y Canadá gozan de una economía favorable, si en tales pruebas resultaron ser de los más altos en calificación.
Por citar un ejemplo, en el área de ciencias para 3º y 4º de primaria el promedio nacional fue de 362 y 424 aciertos, respectivamente, mientras que la media internacional fue de 470 y 523 aciertos, respectivamente. (ver Reforma 5/12/01)
Cabe señalar que si nuestro país desea ubicarse dentro los países con crecimiento económico, niveles aceptables de educación y bajas tasas de desempleo, se necesitan más recursos destinados a consolidar un sistema educativo nacional de calidad y políticas económicas tendientes a garantizar el beneficio social.
Lamentablemente esto aún va a tardar mucho tiempo más. En el aspecto educativo éste tendrá que esperar más allá del 2006 en donde el Secretario de Educación, Reyes Tamez espera alcanzar un rendimiento mayor.
Si consideramos los recursos que el gobierno federal destina a gastos de educación, éstos se han visto disminuidos en los últimos años y si consideramos lo que el actual gobierno envió en su Presupuesto de Ley de Ingresos para el 2002, es de esperarse que la tendencia permanezca igual.
Es decir, para el próximo ejercicio fiscal el gobierno federal considera un presupuesto austero y lleno de recortes en los principales fondos destinados a gasto social, educación, salud y combate a la pobreza.
Ante esta actitud, ¿entonces qué podemos esperar los mexicanos para el futuro con este tipo de medidas incongruentes con las metas presentadas por este "nuevo gobierno"? En fin, eso es arena de otro costal...
Tal vez ese sueño no esté fuera de la realidad amigo lector. Qué lastima no haber soñado con un México mejor...
Réplica y comentarios al autor: noepaz_cruz@hotmail.com
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