Segura de lo que ha sido, de lo que es y
de la historia que ha hecho como actriz, Helena Rojo no tiene
“empacho” en reconocerse como una primera actriz.
Título al que muy bien avala el desarrollo que ha tenido a lo largo
de su trayectoria, en la que lo mismo ha interpretado a la heroína
de las telenovelas que a la esposa engañada y a la mujer viuda o
abandonada.
Actualmente, la actriz presta su cuerpo y viste con su capacidad
histriónica a “Augusta”, la terrible mujer que, preocupada por
el qué dirán, por mantener el buen nombre de la familia y la
situación económica es capaz de todo, hasta de vender a su hija,
como se ve en la historia de la telenovela “Amor real”.
“Sí, Augusta es un personaje con salidas muy especiales, con una
maqui-nación mental impresionante, pero todo lo hace por mantener
la posición económica y el estatus al que pertenecen”, comenta
la actriz.
Ataviada con un elegante vestido color arena, combinado con
accesorios (mantilla, aretes, paraguas y bolsa negra) clásicos del
siglo XIX; Helena Rojo se desprende un poco de la maldad de Augusta
y mientras espera su llamado para seguir con sus escenas en el
pueblo La Trinidad, continúa la entrevista con “¡Hey!”.
Y antes que surja otra pregunta, la actriz comenta su satisfacción
porque el personaje empieza a dar resultados.
“Es que ya estamos contando con la aceptación del público, lo
cual era la meta principal con esta telenovela; pues es el indicador
de que la historia está gustando. En lo personal, puedo decir que
he recibido muy buenos comentarios. Ya me odian y eso es muy bueno,
sobre todo cuando haces un personaje tan rígido, tan convenenciero;
el hecho de que la gente muestre desagrado por él es un buen
indicador”.
Antes de “Amor real”, Helena Rojo había participado en
“Ramona”, otra telenovela de época, por lo que la actriz ya
tiene experiencia en los elementos que distinguen en cuanto a
vestuario, lenguaje y comportamiento a las personas de esos tiempos;
no obstante, reconoce que para proyectar realidad en el personaje
hay que cuidar muchos los detalles.
“Es que el comportamiento es diferente, el vestuario te hace
sentir diferente, no puedes caminar igual que lo haces cuando usas
pantalón, pero es cosa de adaptación, de acostumbrarte a usar la
cinturilla y permanecer erguida todo el tiempo. Eso dentro del
aspecto físico, pero también hay elementos dentro del lenguaje que
debes cuidar. Obviamente no vas a decir ‘buey’, ni todo lo que
se dice ahora, pero eso tampoco es difícil, porque finalmente para
eso eres actor, para vestir cada personaje con las características
necesarias, de acuerdo a su personalidad y a la época en la que se
presenta”.
Al dar vida Augusta ha despertado el odio del público, pero es una
de las pocas actrices que también ha provocado el cariño, a través
de sus heroínas ¿no?
“Bueno, toda va con la edad, cuando uno es joven, es la chica
asediada y amada, y no por uno, sino por varios. Después, te
conviertes en la mujer engañada, y más tarde en la viuda o en la
mujer abandonada, porque el personaje que te van dando va cambiando,
como es natural con el paso de los años. Por eso ahora estoy en la
etapa de la viuda, y más adelante, pues vendrán las abuelitas para
mí o no sé qué tipo de personajes”
¿Ha
sido difícil aceptar esos cambios?
“No, porque envejecemos poco a poco, si fuera de un día para otro
sería difícil adaptarnos, pero la vida nos va dando una arruguita
día a día, entonces nos vamos adaptando a eso”.
Además, con los años viene el
reconocimiento, ¿ha llegado al punto de considerarse una primera
actriz?
“¡Ah!, bueno, por lo regular te dan ese título de primera actriz
cuando ya tienes una edad respetable, cuando ya tiene bastantes años
dentro de esta carrera”.
¿Usted se
considera una primera actriz?
“Sí”, responde de inmediato y con gran seguridad, para luego
hacer un poco de memoria y responder a la interrogante sobre los
personajes que le han dejado algo especial.
“Obviamente los trabajos que tienen mucha popularidad, porque son
los que de alguna manera te brindan un reconocimiento, como en mi
caso sucedió con el que hice en ‘El privilegio de amar’ o las
gemelas que interpreté en ‘Abrázame muy fuerte’”.
Aunque a decir de la actriz, dentro de su profesión “hay
satisfacciones muy diversas con las caracterizaciones que realizas,
porque muchas veces aunque no son tan exitosas con el público te
brindan la satisfacción de hacer algo que habías deseado, como
sucedió con ‘Ramona’, que aquí en México no tuvo mucho éxito,
pero en el extranjero sí lo ha tenido; o bien se convierten en
retos que te fijas y que logras superar”.
De ahí que para Helena Rojo, “lo ideal desde mi punto de vista es
saber aprovechar todos los personajes que tienes a la mano,
disfrutarlos y encontrar en ellos barreras que derribar, en relación
a sus capacidades o incapacidades; porque todos, de una manera u
otra, siempre te van a brindar una satisfacción”.