THE CLIFF SCENE
Excerpt taken from Corazon Salvaje - Primera
Parte by Caridad Bravo Adams
Mónica se ha detenido, retrocediendo luego
un paso, sorprendida. Por el sendero estrecho,
abierto en roca viva, que es el camino de
la cercana playa, ha surgido la figura de
Juan, acaso más ruda y descuidada que nunca.
Este no ha perdido más que unos minutos para
llegar hasta su barco y ver desde lejos el
movimientos de los soldados que vuelven al
bote que los llevara. Apenas ha cruzado unas
palabras con su segundo, mandándole reunir
la dispersa tripulación, y ha torrido en
busca de aquella mujer que le obsesiona,
ha ido a buscarla, casi sorprendido del impulso
que lo mueve asi, pero se detiene y sonrie
- sonrIe enmascarando burlonamente su disgusto,
acaso divertido al ver que las mejillas de
la novicia se vuelven aun mas palidas, que
toda ella se estremece a un viento de emoción,
tensa y sensible bajo aquellos hábitos que
en vano quieren ser una barrera contra el
mundo y pregunta con sorna:
-Que le pasa, Santa Mónica? -Anda perdida
por aqui.
-Estoy buscando a mi hermana. Podria usted
darme una razón de ella? Sabe donde esta?
-Quiere decirme con eso que no esta en su
casa? -pregunta a su vez Juan.
-No quiero decir nada -contesta Monica, impaciente
-Estoy preguntando. . .
-y yo estoy respondiendo. No, no la he visto,
Santa Monica.
-Quiere no llamarme asi. A que viene esa
burla? Dejeme pasar!
-Dicen que es pecado tener mal genio, hermana.
Tiene libre el camino. Bastante malo para
tanta tela como usted usa -observa Juan,
haciendose a un lado.
-Ah,. Jesus!-exclama Monica, asustada.
-Ve usted? -sonrie burlon Juan, extendiendo
sus manos para sujetarla. Espantada, Monica
ha vuelto la cabeza para no mirar la profunda
grieta a donde ha estado a punto de caer,
al resbalar sobre el borde mismo del acantilado.
Luego se separa bruscamente, esquivando las
manos de Juan que, al impedirle caer, apretaron
sus brazos un instante mas de lo necesario,
y le reprocha :
-Cómo se atreve....?
-A impedir que se mate? La verdad es que
yo mismo no lo se. Hice mal en estirar la
mano. Siga su camino y estellese si ese es
su gusto.
- Es usted todo un patán !
-y usted tiene arrestos que no son de monja
precisamente. Pero adelante, Santa Monica.
-No soy santa, ni abadesa, ni siquiera hermana
todavia.Puede ahorrarse las burlas -protesta
Monica visiblemente molesta.
-No son burlas -responde Juan con ironia
-: Soy un ignorante, hablo por lo que salta
a la vista. Usted tiene aires de abadesa
mitrada. No es asi como se llaman? Conoci
una en un convento de Trinidad. Hubo un incendio
en el convento y las monjas escaparon por
la playa. Tenian tanto miedo, que se metieron
en mi barco. Cuando las gentes tienen miedo,
se les acaba todo : la soberbia, el empaque,
el aire de superioridad...y piden a gritos
que alguien las salve, aun cuando sea el
mismo diablo. Pero adelante....Siga su camino
...No la detengo mas.. Se ha quitado la gorra,
saludandola con una reverencia burlona, y
acaso espera verla de nuevo resbalar, pero
Monica recoge levemente sus largos hábitos
y cruza rapida y segura sobre las rocas resbaladizas,
mientras el sonrie a pesar suyo