Es una de las diosas más importantes de la mitología griega. Su padre fue Zeus y nació de su frente sin necesidad de pasar por la infancia, es decir, siendo ya adulta, cuando Hefesto abrió el cráneo de su rey para aliviar sus fuertes dolores de cabeza. Además, siempre fue virgen. Sus atributos más habituales eran el escudo de Anfitrión.

Atenea fue la defensora más firme, entre los dioses, del bando griego en la guerra de Troya, pero sus habitantes le faltaron el respeto al dar cobijo en un altar secreto dedicado a Atenea a la profetisa troyana Casandra, y, como castigo, unas tormentas provocadas por Poseidón y solicitadas por esta diosa destruyeron gran parte de la flota de Grecia.

Atenea se caracterizó por ser muy celosa de todas aquellas personas que intentaban igualar sus grandes dotes y lanzaba toda su furia contra las personas que intentaban vencerla como Medusa, por sus atractivos, o Aracne, por su capacidad como tejedora. Era una de las diosas más aclamadas porque había entregado el olivo al pueblo griego.

La concesión del olivo es un capítulo especial de la vida de Atenea. Crecops acababa de construir una ciudad en África y tanto Atenea como Poseidón deseaban darle nombre. Los dioses del Olimpo decidieron entonces que otorgarían este honor a aquel que inventara lo más útil para la ciudad. Poseidón hizo nacer el caballo, símbolo de la guerra, golpeando el suelo con su tridente y Atenea creó el olivo, ganando el concurso. La ciudad entonces, se llamó Atenas.

Atenea también es denominada a veces Palas Atenea, denominación cuyo origen se remonta a la victoria de Atenea sobre el gigante Palas cuya piel arrancó y que quiere significar la presencia en todas las guerras y combates de Atenea.

Atenea apareció recién en la quinta temporada de la serie, liderando al resto de los Dioses en la lucha contra Xena y su hija Eva, quien como había sido profetizado, sería la responsable de lo que se conocería como el Ocaso de los Dioses. Atenea une fuerzas con Ares, pero aún así no puede en contra de Xena, y finalmente muere a manos de la Princesa Guerrera.

Atenea e Ilainus

Atenea le declara la guerra a la aldea de Xena, Amfípolis, en un intento de matar a Eva y detener así el Ocaso de los Dioses. Lamentablemente no cuenta con que su propio hermano, Ares, termina cayendo en el juego de Xena, ayudándola a escapar de la Diosa. Además, Atenear termina con su "amiga" muerta en manos de Xena.

Cuando Xena decide llevar a cabo un plan para engañar a las Parcas, simulando su muerte y la de Gabrielle, Atenea cae en la trampa y termina creyendo junto al resto de Dioses, Ares incluído, que tanto la guerrera como la bardo han muerto. Creyendo que sus vidas han dejado de estar en peligro, viven tranquilos por varios años, mientras Xena y Gabrielle quedan sepultadas bajo hielo, por Ares, quien las cree muertas.

Luego de haber estado enterradas bajo el hielo por 25 años, los Dioses descubren que Xena no está muerta, y por ende, su hija, debe también estar viva, por lo que nuevamente sus destinos están en peligro. Es entonces cuando Atenea utiliza su mejor carta para distraer a Xena, a un enamorado Ares, de modo de que Gabrielle enloquecida por las Furias sea la que le dé muerte a Eva. Gabrielle casi logra su objetivo, pero es detenida por Xena quien ahora gracias al bautizo de Eva tiene el poder de matar Dioses, el cual utiliza para terminar con la vida de Atenea.