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Xena (Lucy Lawless)



Xena Princesa Guerrera, Destructora de Naciones, Xena de Corinto, Princesa Guerrera de Kalmae, la mano derecha de Ares, Xena de Amfípolis, la Amazona, la Guerrera patea traseros. Son muchos los nombres por los cuales se le conoce, pero ninguno de ellos es suficiente para definir a esta valiente guerrera enfundada en cuero capaz de derrotar tanto a mortales como a Dioses. Su historia está llena de un sinnúmero de acontecimientos, algunos amargos , otros dulces, experiencias que la han convertido en la Guerrera que vemos actualmente, una mujer fuerte, inteligente y que ha aprendido a desarrollar su lado sentimental.


Una aldeana llamada Xena

Se puede afirmar que la niñez de Xena fue un período de mucha felicidad, opacado sólo quizás por el hecho de no contar con una figura paterna. Sus años transcurrieron pacíficamente en su villa Amfípolis junto a la compañía de su madre Cyrene y de sus hermanos Toris y Lyceus. Toris era el mayor de los tres, por lo que pasó a ser la mano derecha de la madre de modo de ayudarla a mantener la familia. Mientras tanto, Xena y Lyceus pasaban sus días entre juegos y aventuras como no sólo los mejores hermanos del mundo, sino también como los mejores amigos. Solían pasar tardes enteras pescando, actividad que en realidad realizaban más por la insistencia de la pequeña Xena que por el entusiasmo de Lyceus. Así pasaron los años, tanto Xena como Lyceus se convirtieron en jóvenes amantes de su familia y además hábiles en las artes de las luchas, debido a las largas horas en las que pasaban ensayando sus aptitudes para la guerra, más que nada por entretención que por querer Guerreros.

Un día la paz a la que todos estaban acostumbrados fue repentinamente amenazada por un ambicioso mercenario llamado Cortese, quien pretendía ejercer su dominio sobre la villa de Xena. Los aldeanos que tenían poco o nada de conocimientos de combate pensaban que era mejor rendirse ante este hombre, sin embargo, las voces de Xena y Lyceus se elevaron entre la multitud acotando que no podían permitir algo así, ya que si se rendían ante este hombre aunque fuera un poco no habría vuelta atrás, y seguramente no sólo perderían sus bienes sino que también su libertad. La mayoría no estaba dispuesta a correr el riesgo de un enfrentamiento, pero como las palabras de Xena y Lyceus fueron más fuertes, al final lograron convencer a la mayoría, especialmente a jóvenes de su misma edad. El enfrentamiento fue devastador, muchos aldeanos perdieron la vida, pero al final los hombres de Cortese fueron derrotados y Amfípolis se irguió libre. Sin embargo, Xena no se sentía triunfadora, porque en la batalla perdió a su hermano más querido, a Lyceus. Esto la llenó de rabia y frustración y le valió además el desprecio de su madre y muchos otros aldeanos para quienes la libertad que habían logrado conservar no significaba nada si no tenían a sus hijos a su lado. Entonces Xena se encontraba sola, sin su hermano Lyceus, sin su hermano mayor Toris quien por temor al enfrentamiento huyó de la aldea antes de que llegaran los hombres de Cortese y con el desprecio de su madre, fue en ese momento cuando decidió abandonar su villa y comenzar a conquistar otras de modo de hacerse de las riquezas y poder suficiente para evitar que cualquier otro Guerrero, Mercenario o lo que fuera, destruyera su villa.


El nacimiento de Xena al mal

No pasó mucho tiempo para que Xena lograra hacerse un nombre entre sus coterráneos como una mercenaria pirata sedienta de riquezas y poder. A estas alturas ya tenía bajo su comando a un leal grupo de hombres que actuaba como un poderoso ejército. Sin embargo Xena tenía un código de honor cuando de asaltar villas se trataba; ninguno de sus hombres asesinaría a mujeres ni a niños. Una de las villas que cayó bajo su ataque fue Cirra, ocasión durante la cual debido a la imprudencia de algunos de sus hombres murió gente inocente, entre ellas, los padres de una inocente niña llamada Callisto, quien albergaría tal odio dentro de sí, que pasaría su vida entera buscando venganza por ello.

La pequeña Callisto, víctima inocente del asalto a su villa

Fue durante una de sus travesías marítimas durante la cual Xena se vería enfrentada a un hombre que cambiaría su vida y su destino para siempre, Julio César. El poderoso emperador Romano había sido tomado prisionero por sus hombres. Apenas lo vió Xena se sintió fuertemente atraída ante este altivo personaje. Decidió entonces enviar un comunicado a Roma solicitando una poderosa cantidad de denarios por la libertad de él , y ordenó además que el prisionero fuera llevado a su camarote en la noche. Sin lugar a dudas ambos personajes sentían una atracción muy fuerte lo que los llevó a disfrutar de una noche de pasión, luego de la cual Xena quedó convencida de que había conseguido un nuevo aliado, y seguramente de ahora en adelante ambos reinarían juntos y nadie se interpondría ante ellos. César fue puesto en libertad, por supuesto después de haber pagado lo acordado, y Xena se quedó en espera de su segundo encuentro.

Xena cae rendida ante los encantos de César

No pasó mucho tiempo para que el barco de César fuera divisado por Xena, todo estaba listo para darle una calurosa bienvenida, sin embargo, uno de los tripulantes a bordo no estaba muy de acuerdo al respecto, la tripulante era Milila. Milila era una esclava gala fugitiva que se infiltró en el barco de Xena, y a quien la Guerrera le perdonó la vida siempre y cuando le enseñara la técnica con la cual mató a uno de los hombres de Xena y con la cual también le inmovilizó la pierna derecha. La técnica era el Punto de Presión, y Xena cual rápida estudiante no tardó mucho en aprenderla y hacerla suya. Ahora, esta Milila no confiaba en César, pero Xena hizo oídos sordos a las palabras de la mujer y permitió que el Emperador y sus hombres abordaran su barco, dándose cuenta demasiado tarde que todo era una trampa y lo único que César tenía para ofrecerle era su venganza, y así lo hizo. Xena y sus hombres fueron tomados prisioneros y condenados a morir crucificados en gran parte para que sirvieran de ejemplo para cualquier otro Guerrero o Mercenario que quisiera tomar ventaja de Roma.

Xena practicando la técnica del Punto de Presión en Milila

Cayó la tarde y repentinamente de la oscuridad salió una sombra de un encapuchado que comenzó a golpear a cada uno de los soldados encargados de custodiar a Xena y sombres en la cruz. El encapuchado era nada más y nada menos que Milila, quien se había ocultado y no había caído en las manos de los Romanos. La joven fue hábil y una vez que había noqueado a cuanto soldado se le puso por delante liberó de sus ataduras a una débil Xena  con las piernas rotas al igual que su espíritu. De ahí la llevó hacia la montaña con su amigo Niklio, experto curandero quien poseía conocimientos médicos que ayudarían a recuperarse a Xena.

Xena es crucificada por órdenes de César

Niklio compuso cada uno de los huesos rotos de Xena y utilizó la acupuntura para acelerar el proceso de sanación, el cual fue de una rapidez asombrosa. Dentro de su debilidad Xena había logrado recuperar fuerzas, aunque aún no entendía muy bien porqué Milila la había salvado de morir en la cruz, porqué la estaba ayudando. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que los soldados de César siguieran sus huellas y los descubrieran. Entraron a la cabaña de Niklio sorpresivamente y uno de los soldados sacó su arco apuntando hacia Xena, a continuación una flecha cruzó rápidamente la habitación directamente hacia Xena, pero Milila fue más rápida y se interpuso salvando la vida de la Guerrera y cayendo muerta en los brazos de la misma. Xena estaba choqueada, no podía creer lo que acababa de suceder, esa mujer, una total desconocida había dado su vida por ella, sin pedirle nada a cambio.


Milila se interpone ante la flecha destinada a Xena

La ira y el odio comenzaron a invadirla, un sentimiento más fuerte que nada que jamás haya sentido, no permitiría que los soldados se salieran con la suya. A pesar de que su condición era más bien precaria comenzó a combatir con cada uno de los soldados de una forma sangrienta, uno a uno acabando con la miserable vida de los hombres, saciando su sed de venganza. Ese fue el momento que definió a Xena, el momento en el cual pasó de ser una ambiciosa mercenaria a una oscura Guerrera, con sólo un propósito en la vida...la muerte.

Una nueva Xena ha nacido...



Una esperanza de luz, Lao Ma

Fue con ese propósito con el cual decidió viajar a Oriente, no para cobrar su venganza en contra de César, sino que en contra de toda la humanidad. Su sed de sangre y poder eran más grandes que cualquier otra cosa, necesitaba conquistar más y más reinos y disfrutaba de cada una de las batallas así como de cada una de las matanzas. En sus tantos viajes conoció a un guerrero llamado Borias con quien comenzó una relación pasional a la vez que tormentosa. Ambos eran personajes dominantes, ambiciosos, inteligentes y en busca de más y más poderío, entonces su unión era además en la calidad de aliados, barriendo con reinos a lo largo y ancho de Oriente.

Xena y Borias, una relación pasional

Sus viajes los llevaron al reino de Chin, lugar en el cual pretendían engañar a las dos casas más poderosas de ese reino, la de Lao y la de Ming, o hacer algún tipo de trato que los beneficiara. La primera en ser contactada fue Lao Ma, pero gracias a los celos de Xena en contra de ella y de Borias hicieron que no se contrataran las negociaciones. Fue entonces cuando en un arrebato Xena decidió obtener dinero fácil y rápido capturando al hijo del Emperador Ming Tsu, y su plan le dió resultado, sin embargo, su maltrato y abuso contra el menor marcaron para siempre al pequeño transformándolo en un ser amargo y despiadado que con el paso de los años se convertiría en el emperador más sanguinario del reino de Ming, y quien también desearía vengarse en contra de la Guerrera.

Ming Tien y Ming Tsu

Borias sin embargo, tenía un as bajo la manga, y al darse cuenta de que Xena estaba actuando por sí sola decidió hacer un trato con Ming, él le entregaría a Xena a cambio de riquezas, y así lo hizo. Una vez que se concretó la devolución del pequeño Ming Tien a su padre, Borias le hizo creer a Xena que todo estaba perdonado, se acercó a besarla y mientras lo hacían uno de sus hombres golpeó a Xena en la cabeza y luego él la finiquitó con un puñetazo en pleno rostro. Las cartas estaban tiradas, Xena era prisionera.

Ming Tsu no encontró nada mejorque cazar a Xena como a cualquier otro animal. Practicaría su deporte favorito, la caza, con la Guerrera. Para eso, se dirigió con Ming Tien y su escolta a los bosques, junto a una Xena enjaulada y a unos perros de caza. Poco antes de que comenzara la cacería encontraron a Lao Ma y su escolta, quien no hizo otra cosa que desearle una buena cacería. A continuación Xena fue liberada y la cacería comenzó. Xena corrió por su vida con todas sus fuerzas, carrera que se veía afectada por el hecho de que Xena nunca se recuperó por completo de la crucificción a manos de los Romanos, por lo que corría con dificultad apoyándose de un bastón. Los fieros perros de caza iban justo tras de ella, y no pasó mucho para que tropezara y cayera. Al levantar la mirada se encontró frente a ella con la figura de Lao Ma quien le ofreció su ayuda aunque Xena no entendía porque. Lao Ma le dijo que tenía la capacidad de ver en el alma de las personas, y que aún cuando todavía no lo sabía, era una mujer capaz de muchas grandezas. Xena entonces la acompañó.

Xena, ven conmigo si quieres tu libertad

Lao Ma ocultó muy bien a Xena de las garras de Ming Tsu, y durante su estadía en el castillo de la emperadora aprendió a asimilar las enseñanzas de su mentora, enseñanzas basadas en el amor, la paz, el auto-sacrificio y el no desear. Con algo de retiscencia en el principio, pero con resignación al final, Xena comenzó a acatar las enseñanzas de Lao Ma, y gracias a ella comenzó a pensar en la idea de cambiar su estilo de vida, de ser una persona de bien. Lao Ma poseía conocimientos de técnicas antiquísimas con las cuales sanó por completo las piernas de Xena. Además fue Lao Ma quien le otorgó el título de Princesa Guerrera a Xena cuando le propuso que se quedara junto a ella en su reino y que gobernaran mano a mano. Esta noble mujer le estaba otorgando mucho a Xena, pero lamentablemente ella no lo supo valorar.


Xena y Lao Ma

Xena quería ser libre, por lo que se planeó una jugada de dados entre Xena, Borias, Lao Ma y Ming Tsu. Si Xena ganaba sería libre, de lo contrario el ganador se la llevaría a ella como premio. Sin embargo Ming Tsu no estaba muy convencido, entonces para hacer las cosas un poco más interesantes Xena propuso que el ganador se la llevaría a ella más una parte del cuerpo de los perdedores. A pesar de que la idea no les pareció de lo mejor a todos igual siguieron adelante con la apuesta, lanzaron los dados y la ganadora fue Xena, quien inmediatamente reclamó tener una parte de Ming Tsu. El emperador se levanta rápidamente, pero Xena es más ágil, y tomando una espada se la clava directamente en el vientre del hombre ante el horror de Lao Ma y el pequeño Ming Tien que acababa de entrar en escena. Ese fue el momento de prueba de Xena, y fracasó. Perfectamente podría haber partido libre hacia su futuro, pero como su sed de venganza en contra del hombre que la había perseguido como a un animal era más grande optó por satisfacerla. Luego, intentó ir en contra de Ming Tien, el hijo del emperador, sin tener la más mínima consideración por Lao Ma sabiendo que esta mujer era la madre del pequeño. Entonces Lao Ma, al ver las intenciones de Xena en contra de su hijo Ming Tien no tuvo más que frenar a la Princesa Guerrera, entonces a Xena no le quedo más alternativa que abandonar el reino de Chin junto a Borias en busca de otras tierras para conquistar.


Alti y las Amazonas

En su búsqueda de nuevas conquistas Xena y Borias llegaron a la tierra de las Amazonas de Siberia. Este grupo de valientes mujeres estaban lideradas por la Reina Cyane, guerrera de gran coraje y habilidades para la batalla. Era común en esta época que la alianza de Xena y Borias se nutriera mayormente de la conquista de reinos e imperios, las Amazonas parecían un buen partido. La relación con Borias continuaba igual de fuerte dentro de lo posible, amantes ardientes y compañeros de conquistas, sin embargo, algo cambió cuando Xena conoció a una misteriosa mujer llamada Alti. Alti antiguamente había sido una amazona y ocupaba un rol muy importante dentro de su sociedad, el de la Chamán, especie de sacerdotisa de grandes facultades mentales. Sin embargo, la fascinación por parte de Alti por el lado oscuro del alma hizo que fuera expulsada de la tribu y obligada a vivir sola y aislada. Fue durante su paso por tierra Amazona que Xena se encontró con Alti. La misteriosa Chamán se hacía acompañar de una joven Amazona llamada Anokin, con quien Xena inmediatamente estableció un fuerte vínculo que incluso más tarde hizo que la siguiera hasta la mismísima tierra Amazona de los Muertos, tal como con Gabrielle.


Alti, la malvada chamán

Alti era hábil, y le propuso a Xena un plan difícil de rechazar, ella le otorgaría poder más allá de lo imaginable, la convertiría en la DESTRUCTORA DE NACIONES siempre y cuando Xena la ayudara a ella a terminar con la vida de las Amazonas para de ese modo conseguir el poder espiritual que tanto había buscado. Entonces Xena aceptó, y a continuación entabló relación con las Amazonas hipócritamente haciéndose pasar por una amiga. Fue durante este período durante el cual Xena aprendió mucho acerca de la cultura Amazona, y si hubiera querido hubiera podido convertirse en una de ellas, ya que constantemente la reina Cyane le decía que ella tenía todas las cualidades para ser una de sus hermanas, eso sí, debían convivir en paz y siempre trabajando por el bien de todas, no por el individual, esto por supuesto no estaba dentro de los cánones de Xena, por lo que obviamente no  lo iba a aceptar.


Xena y Cyane

Fue durante uno de sus encuentros con las Amazonas cuando llevó a cabo su matanza. Xena era hábil, y en un par de minutos acabó con la vida de cada una de las Amazonas, empalándolas en los árboles de los bosques. Cyane fue la última en morir, y de sus labios apenas se escuchó decir : ¿Por qué?. Xena fría como un bloque de hielo no sintió ningún remordimiento al respecto, al contrario estaba feliz pues ahora la promesa de Alti se volvería realidad, ahora se convertiría en la Destructora de Naciones.

Cyane muere empalada a manos de Xena



Los Centauros

Xena quedó embarazada de Borias. Como era de suponerse la noticia no la entusiasmaba demasiado. Un hijo vendría a ser más que nada un impedimento en su intento por conquistar reinos, pero lo que más le molestaba era el hecho de que Borias quería ser parte del acontencimiento. A estas alturas Borias había aceptado que Xena era más que sólo un entretenimiento pasajero, él la amaba, y sinceramente deseaba criar a esa criatura que Xena llevaba en el vientre como una familia. Sin embargo, Xena abiertamente le dijo que ella no pretendía darle derechos como padre, situación que no le cayó para nada de bien a Borias, quien había llegado a un punto en el cual quería establecerse y abandonar la búsqueda de más y más poder. Xena no podía creerlo, ¿cómo Borias iba a estar "ablandándose" de esa manera?, quizás lo mejor sería simplemente abandonarlo.

Xena y Borias discutían acerca de combatir a los Centauros para obtener la Piedra Ixión. Xena comandando a Dagnine se encargó de tomar prisioneros a algunos Centauros, hecho que volvió a enfrentar a Xena y Borias pues Borias quería hacer un trato y resolverlo todo de una manera pacífica. Fue entonces cuando decidió liberar a los Centauros prisioneros y unírseles. Desde ese momento Borias pasó a ser el enemigo de Xena.

Borias convencido aún de que podía hacer las paces con Xena decidió ir de vuelta al campamento, esta visita coincidió con el momento de dar a luz a la criatura que Xena llevaba en su vientre. Al llegar al campamento Borias fue confrontado por Satrina quien veía en el Guerrero una amenaza a su plan, el cual era continuar al lado de Xena aprendiendo más y más, de modo de que llegara el día en el que ella fuera tanto o más poderosa que la mismísima Xena. Entonces, mientras Xena comenzaba sus dolores de parto ella se dirigió a detener a Borias, mientras Xena gritaba con angustia en un estado de semiconsciencia, debido a que Satrina se había encargado de prepararle una poción de dudosa calidad. Satrina acuchilló a Borias y en seguido llamó a Dagnine para que lo finiquitara,  mientras ella se iba a atender el parto de Xena. Borias y Dagnine pelearon con todas sus fuerzas, pero el hecho de que Borias ya estuviera debilitado por la herida que le había inflingido Satrina fue decisivo y cayó rendido ante Dagnine.


Satrina enfrentándose con Borias

Xena dió a luz a un fuerte varoncito en medio de los gritos de la batalla que estaba tomando lugar fuera de su tienda. Eran los gritos de sus hombres y el contigente de Centauros que habían venido a apoyar a Borias. Entonces, apenas hubo nacido el pequeño Satrina tomó a Xena y al bebé y los preparó a abandonar el campamento. La última visión que tuvo Xena mientras abandonaba la escena de la batalla era la de un agonizante Borias con una espada clavada en la espalda y arrastrándose tratando de alcanzarla a ella y a su hijo.

Sin embargo, más tarde Xena se dió cuenta de que el continuar con su hijo a cuestas sería demasidao arriesgado. Con todos los enemigos con lo que contaba, el pobre niño no sería más que el blanco de las venganzas de éstos, estaba acorralada...no tenía más alternativa que entregar a su hijo para que fuera criado por alguien más, lejos de su ajetreada vida. Con el dolor de su corazón decidió encargar esta tarea a Kaleipus, líder de los Centauros, quien a pesar de no tener el más mínimo de respeto por la figura de Xena, sabía que el hijo era de Borias, y en nombre de su amistad con el Guerrero accedió a la petición de una llorosa madre. Xena sabía que era la mejor decisión, pero su alma se partió en mil pedazos por lo mismo. Años más tarde Xena se enteraría de que la culpable de esto había sido Alti, quien cuando vió que Xena no quería ayudarla más la maldijo. Alti entró a la tienda de Xena y Borias mientras dormían en forma de espíritu y maldijo al bebé diciendo que ni Xena ni Borias le darían un nombre, y que ninguno de los dos compartiría sus vidas con él.

Xena decide entregarle su hijo a Kaleipus



Hercules, el objetivo final

Pasaron muchos inviernos desde que Xena le entregara su hijo a los Centauros, luego de lo cual continuó en su búsqueda de más y más poder. La Destructora de Naciones ya era toda una legenda, su nombre era temido y odiado alrededor de toda Grecia. Era conocida como la mujer más cruel y sanguinaria que jamás haya pisado esas tierras, y ciertamente nadie estaba dispuesto a enfrentársele debido al gran temor que su solo nombre producían. Xena era inteligente y prácticamente había conquistado cada reino e imperio con el que se había cruzado, sin embargo sabía que si quería ser indestructible tenía que terminar con la existencia de un personaje que luchaba por el bien y con el cual tarde o temprano tendría que enfrentarse, este personaje era Hercules. Xena sabía de su fama y además sabía que el librarse de él no sería una tarea para nada de fácil, aún así decidió llevar a cabo su ingenioso plan, el cual consistía en engatusar a Iolaus, el mejor amigo de Hercules de modo de que fuera él mismo el que terminara con la vida de su enemigo. Para esto, utilizó todos sus encantos femeninos con Iolaus quien cayó rendido a sus pies totalmente enamorado de la guerrera. Usando sus dotes histriónicos logró convencer a Iolaus de que Hercules no era tan buena persona como el quería, y que incluso quiso aprovecharse de ella. Iolaus entró en furia y cuando Hercules llegó al campamento de Xena se produjo el enfrentamiento.


Xena y Iolaus

Mano a mano, Hercules y Iolaus lucharon por lo que creían, Iolaus en Xena y Hercules en su amistad. Iolaus estaba tan cegado por su pasión que no le daba nada de razón a Hercules, mientras tanto, Xena disfrutaba con deleite de la batalla entre los dos mejores amigos. Sin embargo, Hercules no estaba dispuesto a terminar con la vida de Iolaus, y así se lo hizo entender. Costó, pero al final Iolaus entendió todo, que no era más que una trampa e hizo las paces con su amigo mientras Xena tomaba su caballo y huía de la escena rápidamente prometiendo que ya se volverían a encontrar.

La redención

Darfus, el subteniente de Xena está comenzando a cansarse de las reglas de Xena ante el ataque de una villa, las cuales incluyen nunca matar a mujeres ni a niños y dejar ir en paz a los aldeanos que se rindan sin hacer mayores escándalos y quienes les hayan entregado todas sus posesiones. Darfus decide atacar una villa sin el consetimiento de Xena, por supuesto las cosas se salen de control y los hombre terminan aniquilando a prácticamente toda la aldea, incluídos mujeres y niños. AL llegar al lugar del hecho Xena se enfada muchísimo al darse cuenta de que sus órdenes fueron desobedecidas. El lugar está hecho cenizas, nada parece haber sobrevivido, hasta que repentinamente escucha el llanto de un bebé que yace entre los escombros sano y salvo. Darfus por supuesto quiere terminar de una vez por todas con el mocoso, pero Xena se lo impide, haciéndole ver que todavía es ella la que está a cargo. Darfus la deja ir, pero el verse controlado por Xena es una situación que para él ya está llegando a su límite.


Xena impide que Darfus mate al bebé

Pasan los días y Xena sigue empecinada en no dejar que nada le pase a la criatura, para ello a comisionado a una mujer recomendada por Salmoneus, uno de sus sirvientes. Llega un momento en que Darfus simplemente no lo soporta más y considerando que la actitud de Xena podría perfectamente derivarse en una posible traición decide enjuiciarla, de una singular manera. Deberá caminar entre dos filas de hombres quienes le propinarán un castigo físico. Si logra llegar al final se le otorgará su libertad, sin embargo, se sabe que nunca nadie ha sobrevivido a esta tortura. Xena enfrenta su destino con valor, comienza su caminata y aguanta como puede todos y cada uno de los golpes que le son dados, sin embargo llegado un momento, justo casi al llegar al final, cae. Darfus y el resto de los hombres creen que ya todo ha terminado, Xena murió. Grande es su asombro cuando lentamente Xena se levanta, lo ha conseguido, ha pasado la prueba. Darfus la deja partir, y Xena promete que lo buscará para vengarse.

Ya me las pagarás Darfus...

Ahora Xena está sola. Su mayor preocupación es vengarse de quien la había traicionado. Se dirige al lugar en el que el bebé estaba seguro junto a la mujer y a Salmoneus. Xena se recupera de sus heridas y decide enfrentarse a Darfus, mientras tanto Hercules quien se ha enterado de la gran masacre que Xena ha causado en la villa decide en en su búsqueda, sin embargo, es Salmoneus quien le señala que en realidad no fue Xena la culpable de ello, sino su subordinado, y le sugiere a Hercules el que una fuerzas con Xena para ir en busca de Darfus. La idea no convencía mucho a Hercules, y menos aún a Xena, pero al final luego de algunos encuentros deciden que es lo mejor. Ambos van en busca de Darfus, acompañados de Salmoneus y compañía. Al final vencen, siendo Xena quien mata a Darfus, su venganza ya estaba completa. Xena se entera de que el bebé que había sobrevivido a la matanza era precisamente de uno de los hombres que acompañaban a Hercules, así que decide entregárselo, ante la felicidad del angustiado padre.

Pero no todo salió como se había planeado. Ares, quien tenía en muy buena consideración a Darfus, decidió darle una segunda oportunidad, por lo que le devolvió la vida, obligando a que Xena y compañía se tuvieran que enfrentar nuevamente a él.

Xena

Xena y Hercules comenzaron a pasar más y más tiempo juntos mientras planeaban como enfrentarían a Darfus. Fue durante este tiempo cuando en su camino encontraron a Iolaus, quien no podía creer que su propio amigo estuviera compartiendo con la mujer que los había manipulado a ambos. Costó un poco hacer entender a Ioulaus que Xena ya no era la misma mujer. La verdad era que tampoco Xena era un santa, pero estaba en camino de enmendar su vida al estar dispuesta a ayudar a Hercules a enfrentarse a Darfus quien sólo estaba atemorizando y asesinando a gente por doquier.

No pasó mucho tiempo para que Xena y Hercules comenzaran a atraerse mutuamente, la oscura Guerrera y el noble semi-dios cedieron ante sus deseos olvidando las antiguas rencillas, y por primera vez en muchos años Xena se entregaba en cuerpo y alma ante un hombre, no por sólo una pasión ni por conseguir algo, simplemente por amor. Fue Hercules quien en sólo unos días cambió por completo su vida. Lo que varios otros habían tratado en mucho más tiempo Hercules lo estaba consiguiendo con una rapidez asombrosa para la misma Guerrera. Gracias a él , Xena finalmente entendió lo que debía hacer en la vida, finalmente aclaró sus dudas y le dió un giro a su vida. Ambos pelearon con valor ante Darfus, y una vez terminada la batalla Xena emprendió la marcha en busca de su futuro. La despedida fue agridulce, Hercules gentilmente la dejó marcharse sabiendo que era lo mejor por hacer en ese momento, y Xena se lo agradeció.

Xena y Hercules, verdadero amor

El adiós...



Su única amiga

Una vez decidida a abandonar su vida de Guerrera, Xena partió rumbo a su villa materna, Amfípolis, en busca del perdón de su madre. En su camino decidió que lo mejor sería deshacerse de cada una de sus armas, espada, chakram y armadura cayeron al suelo y fueron cubiertos de tierra. En eso estaba cuando repentinamente un grupo de aldeanos conducidos por un lote de soldados se cruzó por su camino. La gente estaba siendo llevada prisionera ante un Guerrero llamado Draco, con quien Xena tenía una historia en común. Entre los aldeanos una joven rubia se enfrentaba ante el líder de los soldados quien trataba de llevarse a otra de las jóvenes. Al ver que la joven estaba decidida, saco su látigo dispuesto a ponerla en su lugar, fue en ese momento cuando una mano detuvo la suya, y al ver hacia atrás pensó que era una más de las mujeres de la villa, pero estaba equivocado, ya que era Xena. Inmediatamente comenzó a darle una paliza al hombre y al resto de los soldados. Los aldeanos aprovechándose de las circunstancias comenzaron a dar golpes y patadas también, y finalmente lograron imponerse sobre los soldados. Ese fue el primer acto no egoísta que Xena realizaba en muchos años, el salvar a un grupo de aldeanos con el cual ella no tenía ninguna relación.

La joven Gabrielle y su familia en peligro

Xena se enfrenta a los hombres de Draco

La joven rubia que se había enfrentado al líder de los soldados era Gabrielle, quien asombrada por las habilidades de la mujer Guerrera decidiría abandonar su villa y seguirla, aunque la Princesa Guerrera era la menos entusiasmada al respecto. ¿De qué le serviría tener a una mocosa indefensa siguiéndola por todos lados?. No fue nada sencillo el que convecer a Xena, pero finalmente aceptó, el resto es historia...


El comienzo de los viajes y aventuras

Poco a poco comenzó a surgir una amistad entre tan disímiles mujeres, y con el paso de los años hemos podido ser testigos de este bello crecimiento tanto de su amistad, como de los personajes. Han luchado muchas batallas, han sufrido, han reído, pero por sobre todo han sabido respetar sus diferencias y han logrado continuar siendo las mejores amigas del mundo. Si Hercules fue el responsable de que Xena diera el primer paso en la búsqueda de su redención, Gabrielle ha sido la encargada de no permitir que Xena flaquee, año tras año, día tras día. Y para Xena, Gabrielle se convirtió en la persona más importante de su vida, su amiga, su compañera su alma gemela.


La redención de una guerrera

Luego de seis años de aventuras, de risas, de llantos... Xena finalmente encuentra la "paz" que tanto buscó desde el día que comenzó su batalla por enmendar sus pecados del pasado... Es en Japón, bajo las manos de un vil samurai, que Xena pierde la vida, eso sí, sin perder la batalla que la había llevado a tan lejanas tierras, la batalla por la liberación de las 40.000 almas que habían perecido indirectamente por su culpa. Es de esperar que efectivamente Xena esté en calma... y que desde el más allá, siga cuidando de la mujer que hoy día toma su lugar como defensora de los más débiles, Gabrielle, la bardo guerrera...




La despedida de una guerrera...





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