POEMAS

POEMAS

No digáis que agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira;

podrá no haber poetas; pero siempre

habrá poesía.

Mientras las ondas de luz al beso

palpiten encendidas,

mientras el sol las desgarradas nubes

de fuego y oro vista,

mientras el aire en su regazo lleve

perfumes y armonías,

mientras haya en el mundo primavera,

¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

las fuentes de la vida,

y en el mar o en el cielo haya un abismo

que al cálculo resista,

mientras la humanidad, siempre avanzando,

no sepa a dó camina,

mientras haya un misterio para el hombre,

¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,

sin que los labios rían;

mientras se llore, sin que el llanto acuda

a nublar la pupila;

mientras el corazón y la cabeza

batallando prosigan,

mientras haya esperanzas y recuerdos,

¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen

los ojos que los miran,

mientras responda el labio suspirando

al labio que suspira,

mientras sentirse puedan en un beso

dos almas confundidas,

mientras exista una mujer hermosa,

¡habrá poesía!

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Los invisibles átomos del aire

en derredor palpitan y se inflaman,

el cielo se deshace en rayos de oro,

la tierra se estremece alborozada.

Oigo flotando en olas de armonías

rumor de besos y batir de alas;

mis parpados se cierran...¿Qué sucede?

¡Es el amor que pasa!

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Tu pupila es azul y cuando ríes

su claridad suave me recuerda

el trémulo fulgor de la mañana

que en el mar se refleja.

Tu pupila es azul y cuando lloras

las transparentes lágrimas en ella

se me figuran gotas de rocío

sobre una violeta.

Tu pupila es azul y si en su fondo

como un punto de luz radia una idea,

me parece en el cielo de la tarde

una perdida estrella.

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Sabe, si alguna vez tus labios rojos

quema invisible atmósfera abrasada,

que el alma que puede hablar con los ojos

también puede besar con la mirada.

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Mi vida es un erïal,

Flor que toco se deshoja;

Que en mi camino fatal

Alguien va sembrando el mal

Para que yo lo recoja.

Gustavo Adolfo Bécquer

 

Desnuda soledad sin gesto ni palabra,

transparente en el huerto y untuosa por el monte;

soledad sileciosa sin olor ni veleta

que pesa en los remansos, siempre dormida y sola.

Soledad de lo alto, toda frente y luceros,

como una gran cabeza cortada y palidísima;

redonda soledad que nos deja en las manos

unos lirios suaves de pensativa escarcha.

Federico García Lorca

 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Parece que los ojos se te hubieran volado

y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma

emerges de las cosas, llena del alma mía.

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,

y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.

Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:

Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio

claro como una lámpara, simple como un anillo.

Eres como la noche, callada y constelada.

Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.

Distante y dolorosa como si hubieras muerto.

Una palabra entonces, una sonrisa bastan.

Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda

 

Sed de ti me acosa en las noches hambrientas.

Trémula mano roja que hasta su vida se alza.

Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.

Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas...

...Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.

Cómo poder no amarte si he de amarte por eso.

Si ésa es la amarra cómo poder cortarla, cómo.

Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos.

Sed de ti, sed de ti, guirnalda atroz y dulce.

Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.

Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos.

La boca tiene sed, para qué están tus besos.

El alma está incendiada de estas brasas que te aman.

El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.

De sed. Sed infinita. Sed que busca tu sed.

Y en ella se aniquila como el agua en el fuego.

Pablo Neruda

 

Dos cuerpos frente a frente

son a veces dos olas

y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente

son a veces dos piedras

y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente

son a veces raíces

en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente

son a veces navajas

y la noche es relámpago.

Dos cuerpos frente a frente

son dos astros que caen

en un cielo vacío.

Octavio Paz

 

Alta columna de latidos

sobre el eje inmóvil del tiempo

el sol te viste y te desnuda.

El día se desprende de tu cuerpo

y se pierde en tu noche.

La noche se desprende de tu día

y se pierde en tu cuerpo.

Nunca eres la misma

acabas siempre de llegar

estás aquí desde el principio.

Octavio Paz

 

Lleva el placer al dolor

y el dolor lleva al placer;

¡vivir no es más que correr

eternamente alrededor

de la esfinge del amor!

Esfinge de forma rara

que no se deja ver la cara...;

mas yo la he visto en secreto,

y es la esfinge un esqueleto

y el amor en muerte para.

Ángel Ganivet

 

A ti, por quién moriría,

me gusta verte llorar.

En el dolor eres mía,

en el placer te me vas (melancolía)

Eduardo Marquina

 

Es el hielo abrasador, es fuego helado,

es herida que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,

un cobarde con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,

que dura hasta el postrero parasismo,

enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es su abismo:

mirad cuál amistad tendrá con nada

el que en todo es contrario de sí mismo.

Francisco de Quevedo

 

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,

y más la piedra dura porque ésa ya no siente,

pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,

y el temor de haber sido y un futuro terror...

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

y sufrir por la vida y por la sombra y por

lo que no conocemos y apenas sospechamos,

y la carne que tienta con sus frescos racimos,

y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

¡y no saber adónde vamos,

ni de dónde venimos!...

Rubén Darío

 

Esta tarde llueve, y llueve pura

tu imagen. En mi recuerdo el día se abre. Entraste.

No oigo. La memoria me da tu imagen sólo.

Sólo tu beso o lluvia cae en recuerdo.

Llueve tu voz, y llueve el beso triste,

el beso hondo,

beso mojado en lluvia. El labio es húmedo.

Húmedo de recuerdo el beso llora

desde unos cielos grises

delicados.

Llueve tu amor mojando mi memoria,

y cae y cae. El beso

al hondo cae. Y gris aún cae

la lluvia.

Vicente Aleixandre

 

Perdonadme: he dormido.

Y dormir no es vivir. Paz a los hombres.

Vivir no es suspirar o presentir palabras que aún nos vivan.

¿Vivir en ellas? Las palabras mueren.

Bellas son al sonar, mas nunca duran.

Así esta noche clara. Ayer cuando la aurora,

o cuando el día cumplido estira el rayo

final, y da en tu rostro acaso.

Con un pincel de luz cierra tus ojos.

Duerme.

La noche es larga, pero ya ha pasado.

Vicente Aleixandre

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