El hígado constituye una excelente fuente de hierro, proteinas, cobre, vitamina D y varias vitaminas del complejo B (12)(13)(14). Pero el hígado no es nutricionalmente completo ya que presenta una deficiencia de calcio y es excesivamente rico en vitamina A. Éstos dos desequilibrios nutricionales pueden ocasionar transtornos óseos. Se ha demostrado que la toxicidad de la vitamina A se desarrolla lentamente a lo largo de los años en los gatos a los que se les ha alimentado regularmente con hígado fresco como principal fuente de proteinas.
Las deformidades óseas ocasionadas por la vitamina A se van formando paulatinamente y pueden pasar inadvertidas durante varios años. Pueden producirse una invalidez grave e irreversible y el diagnóstico suele ser demasiado tarde para revertir la situación (15)(16).