El Fonoscopio
La música es un universo que afortunadamente continúa expandiéndose. Pero, paradojas de los dichos y las frases hechas, el mundo es un pañuelo. Y encontrarnos en este pequeño espacio en donde podemos realizar un viaje musical a territorios no muy comunes dentro de lo que es difundido usualmente, es una experiencia altamente enriquecedora.
Hacer música es entre otras cosas, una equilibrada combinación de arte, técnica, disciplina, inspiración. De todos modos, hay algo que nos interesa dejar en claro: lo más importante es lo que hay en verdad en ella.
Es por eso que en El Fonoscopio queremos compartir experiencias, sensaciones, ese espacio en el que confluyen músicos, oyentes, compositores y, por sobre todas las cosas, la música, ese universo en constante expansión.
La música misma puede mejor que cualquier persona derribar muchos de los prejuicios que existen en el terreno musical. La música es algo que compartimos como el aire o el agua. Quizás los músicos puedan poner un poco de su personalidad en ella. Un toque, por un instante. Pero luego desaparece. Esto además se constituye en un medio perfectamente ecológico y seguro.
El deseo es encontrar una manera de expresar una perspectiva de la diversidad de la vida y de la música. Y encontrar la manera de expresar cosas a las que las palabras ni siquiera se aproximan, a las que sólo la música puede llegar.
Si alguien al escuchar una determinada obra musical piensa y, por sobre todo siente, que por eso al menos el mundo es algo que vale la pena, el oyente mismo se siente capaz de disfrutar más de la diversidad de la vida.
Durante el recorrido, el espectro emocional puede ir desde el más terrible, oscuro extremo hasta la mayor alegría y felicidad. Con eso cuentan los músicos y eso es lo que generosamente nos ofrecen con su arte.