“LOS LABRIEGOS DE NIGUA”
POR: ROBERTO MARCALLE ABREU.
PHD ROBERTO MARCALLE ABREU.
DEL NACIONAL DE AHORA AÑO 1981-PAGINA 12.
Hacienda Nigua.-Francisco Guillen aparenta 55,60 anos, es difícil decir cuántos. Y cuando le pregunto qué edad tiene , que cuando nació me dice: " yo no me acuerdo". Mejor es que no se recuerde porque cuando uno va aproximándose al medio siglo (alguien me dijo que francisco Guillen debía tener unos 45 años) y no se tienen esperanzas, entonces cualquiera se vuelve peligroso, ya no contra los demás, sino a veces contra sí mismo...
"Si, soy "nacio" y "criao aqui". Al frente de la hacienda Nigua, hoy bajo la administración y propiedad de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. Tiene los ojos marrones, y porta una camisa a la que ya no le caben los remiendos, las recosturas y que, de tan sucias y de tal lavada es imposible(si, imposible) determinar de qué color fue alguna vez o de qué color es ahora.
Oscuro , rala barba que ya se hace blanca sobre su mentón negro responde como un disparo cuando se le pregunta sobre la evidente situación de injusticia que vive y sufre el sector más olvidado de nuestra vida social: el campesinado. Y digo injusticia sin necesidad de hacer juicio de valor alguno porque, Como definir lo que uno ve , tras una larga visita a este lugar? Niños sin libros, lápices ni uniformes, gente sin comida, gente sin medicina, gente que anda por esa tierra caliente sin zapatos... puede ser esta una situación que se compadezca con lo que rimbombantemente se denomina "dignidad humana".
-Esa tierra era de nosotros (dice Francisco Guillen) , pero ahora los ricos la tienen.
-Pero (le digo, provocándolo) se dice que esa tierra no es apta para la agricultura. Que solo sirve para la ganadería.
Abre los ojos y en su rostro se dibuja un gesto que si se tradujera en palabras resultaría una interjección o una mala palabra. Se toma un respiro como diciéndose "déjame calmarme" y entonces responde:
-Yo soy un hombre viejo que le puede decir a usted que yo vi todo lo que se producía en esa tierra cuando era de nosotros. Se daba arroz en una ciénaga que esta para allá ( y señala hacia un punto distante que , al recorrer la finca después no me parece que esta tan lejos del mar). Ahí se daban plátanos, batatas , yucas, guandules. A nosotros nunca nos faltaba la comida, porque se daba mucha comida.
-Pero (lo provoco de nuevo) y como viven ustedes ahora?
-Ya usted ve (dice). Ya usted ve ( y su mirada se pierde a lo lejos). Vivimos echando días cuando aparece, donde podemos encontrarlo. Vivimos amargados (lo dice así, con todas sus palabras). Aquí no hay seguridad de techo, de vida. Póngase usted en mi lugar, un hombre que tiene 9 hijos y que no sabe si un día va o no a llevar algo de comer a su casa.
-Yo vi un carbón ahí afuera .( Y era cierto, Un carboncito feo, hecho como de ramitas).
-Si, a veces, cuando de cada ano un día se abre un camino aquí o allá y se cortan los arbustos, entonces nos pagan con eso, con darnos la maderita que de allí sale. Es con ella que hacemos carbón para poder vender los sacos y sacar algo.
Pero ya, ni hay caminos que estén haciendo y tampoco hay madera. La madera se está acabando, todo se está acabando...
Y seguimos andando, Aquí y allá. Un campesino me dice: "Cuando Balaguer , en el año 1973, nos prometieron darnos parte de esta tierra para nuestras familias. Leger vino aquí leger parecía estar interesado, parecía estar en esa intención. igual que el general Adriano Valdez Hilario. Se asentaron 20 familias , por ahí por el puente de Sainagua. Pero después sacaron al general del Instituto Agrario Dominicano porque parecía que el si deseaba que el asentamiento se hiciera".
Otro, que es alcalde en el lugar, nos dice que son muchos los intereses que se oponen a que sean entregadas las tierras a los campesinos."Nosotros solo pedimos que nos den una parte de esas tierras, 5 mil tareas. Pero tal parece que hay unos intereses muy grandes, muy fuertes, atrás. Los intereses de los ricos, que son los dueños de este país".
El de esta finca, es un oscuro historial cuyas estampas se recortan aquí y allá. En el 1937, Trujillo compra las tierras presionando a las familias campesinas que las usufructuaban a venderla por escasos pesos. Desde el 1961 hasta el 1965 los campesinos de la zona fueron objeto de una tremenda burla.
Uno de ellos me confesó que "le seguimos cuidando la finca a Trujillo hasta el 65".
-Y cómo es eso?
-Bueno, dos o tres "sabichosos" nos dijeron que el jefe estaba vivo, que el seguía vivo y que nosotros debíamos cuidarle todavía su finca, y más que nunca. Muchos de nosotros nos pasábamos las noches cuidándola, dizque para que nadie fuera hacerle un daño. En ese tiempo, un individuo(me dicen el nombre) se aprovechaba de nosotros y vivía sacando las reses, las mejores reses. Se quedaron con las mejores vacas, todo se lo llevaron y nosotros de tontos disque cuidándole las tierras a Trujillo...
En el 1963, durante el gobierno del Triunvirato, se formalizo la propiedad de la tierra en beneficio del estado. Pero en el 1970, el gobierno del DR. Balaguer traspaso la finca completa a la UNPHU, al igual que el antiguo hospital Antituberculoso y una porción de terrenos donde estaba ubicada la antigua artillería. La cesión fue acogida por el Congreso el 22 de Julio de ese ano, en favor de la Fundación Universitaria Dominicana.
Nada se hizo en el gobierno del hacendado Antonio Guzman Fernandez. Y al principio del actual gobierno dos comisiones visitaron a los campesinos: una de legisladores y otra del superior gobierno.
Nuevas Esperanzas, que agrupa a los agricultores de la zona, "estaba integrada por el ingeniero José Osvaldo Leger, por el licenciado Miguel Ángel Velázquez Mainardi, por Luis Arseno Rodríguez y por Eligio Jaquez. Ellos nos dijeron que las tierras serian declaradas por el congreso como de utilidad publica serian repartidas entre los campesinos. Nada se logro".
Posteriormente una comisión gubernamental visito los campesinos. Hace un ano. Estaba integrada por el licenciado Rafael Ángeles Suarez, secretario de Agricultura, por el licenciado Emmanuel Esquea, consultor jurídico del poder Ejecutivo, el ingeniero José Michelen, director del Instituto Nacional de estabilización de Precios y el ingeniero Diomedes Castellanos, entonces director del Instituto Agrario Dominicano.
"Ellos nos dijeron que en poco tiempo estaríamos asentados". No volveremos a este lugar hasta que el problema este resuelto", fueron las palabras que usaron. Quizás por eso no han vuelto, todavía. Porque el problema no se ha resuelto".
Francisco Guillen me mira con sus ojos marrones y su rostro de desesperación y me dice: " No estamos llegando a la desesperación. Ya estamos desesperados. No podemos con nuestra hambre, con nuestra miseria. El que aquí se enferma, se muere. Y eso no es vida, señor, eso no es vida.
"Hambre, miseria, desesperación". Tres buenas palabras para definir una realidad. La de tres mil personas que en Najayo, Nigua, miran con nostalgia la tierra que les perteneció una vez y que ahora se encuentra cercada y a la que ellos, simple y llanamente, no tienen acceso...
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