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SENTIDO DEL DÍA – Jueves Santo (Liturgia)

En este día nos reunimos para estar con Jesús en esta hora de su “pasar”, y para comenzar con Él nuestro Triduo Pascual.

En este día, muchachos la iglesia repite los mismos gestos de su maestro: el lavatorio de los pies y la cena familiar solemne, para actualizar entre nosotros el Espíritu que animó a Cristo aquel atardecer: Espíritu de amor, de fraternidad y de servicio.

El Jueves Santo: día de introducción a este triduo. Y en este día recordamos tres acontecimientos para nuestra fe cristiana.

El mandato del amor: Dios es amor y el amor se ha manifestado en Jesús. Él nos ha amado tanto que incluso ha dado la vida por nosotros. Este amor ha de reinar en el mundo, creando la fraternidad.

Este acontecimiento está significado en el “lavatorio de los pies” gesto simbólico que Jesús realizó con los apóstoles y que refleja la actitud de amor y servicio hacia los demás.

La “Institución de la Eucaristía”:

En una noche como la que vamos a vivir al rato, Jesús entregó su Cuerpo y su Sangre por nosotros.

Y como signo permanente de su presencia nos dejó la Eucaristía. Hoy recordamos la institución de este regalo de Dios hacia los hombres.

La “Institución del sacerdocio”:

En una noche como la que vamos a vivir al rato, Jesús instituyó el sacramento del Sacerdocio. Eligió un grupo para manifestar al mundo la buena noticia, para partir el PAN y darnos el PERDÓN.

El denominador común de estos tres acontecimientos es el amor de Dios a los hombres en Jesús de Nazareth que lava los pies, instituye un signo del encuentro con Él, a través del PAN y del VINO y elige a aquellos que deben seguir presidiendo la Eucaristía e impartir el PERDÓN.

Por eso muchachos que este año tengamos en aumento la devoción y el amor a Jesús Eucaristía que se ha querido quedar contigo por la simple razón de que te ama mucho y hoy lo vamos a meditar y a vivir.

 


Tema: Eucaristía: Institución del amor

Objetivo: Que el joven profundice cómo a través del sacerdocio se continúa perpetuando la santa cena y con esto se materializa el amor fraterno.

 

I. Oración inicial: Puede ser espontánea, enviar a algún joven a hacerla o leer una referente al sentido del día.

II. Organización de grupos: ¿Qué tanto sabes?

            A. Amor fraterno – demostrado por Jesús en el lavatorio de los pies.

1)      ¿Qué entiendes por amor fraterno?

2)      ¿Por qué crees que Jesús le lavó los pies a sus discípulos? ¿Qué nos quiso enseñar con este gesto? ¿Tú lo harías con tus amigos?

 

B. Eucaristía

1) ¿Qué es la Eucaristía?

2) ¿Qué celebramos en la Eucaristía?

3) ¿Por qué le tenemos que dar importancia a la eucaristía?      

 

C. Sacerdocio

1) ¿Quién instituyó el sacerdocio? ¿Con qué propósito lo hizo? ¿Cuándo lo instituyó?

 

III. Dialogo con los jóvenes

¿Qué es el Jueves Santo?

Una breve introducción para comprender mejor el sentido de este día en la Semana Mayor: Con la misa vespertina del Jueves Santo da inicio el triduo pascual, que es la preparación a la pascua y el comienzo de su celebración.

Este día nos recuerda la Última Cena del Señor con sus discípulos para celebrar la Pascua, que para los judíos representaba la conmemoración de la liberación de Egipto. Siguiendo la costumbre, Pedro y Juan siguieron las disposiciones de Jesús y cuidaron que todo estuviera correctamente dispuesto para la cena.

 

La preparación que nosotros debemos realizar es de carácter espiritual, Jesús nos invita al banquete pascual y desea que, al igual que los apóstoles, estemos debidamente dispuestos para participar intensamente en el sacrificio de la Misa, acudir al sacramento de la penitencia y recibir la Sagrada comunión, pues nosotros también somos discípulos. 

La celebración Crismal se concentra en el sacerdocio ministerial. De los sacerdotes depende en gran parte la vida sobrenatural de los fieles, solamente ellos pueden hacer presente a Jesucristo sobre el altar convirtiendo el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo y perdonar los pecados. Aunque éstas son las dos funciones principales del ministerio sacerdotal, su misión no se agota ahí: administra también los otros sacramentos, predica la palabra divina, dirige espiritualmente, etc.

También se hace alusión a sacerdocio común de todos los fieles, ya que participan de alguna manera del sacerdocio de Cristo y de la misión única de la Iglesia; todos están llamados a la santidad; todos deben buscar la gloria de Dios y trabajar en el apostolado, dando con su vida testimonio de la fe que profesan.
Después del evangelio y la homilía, el obispo invita a sus sacerdotes a renovar su compromiso ministerial, prometiendo unión y fidelidad a Cristo, celebrar el santo sacrifico en Su nombre y enseñar a los fieles el camino de la salvación.
Propiamente, el triduo pascual comienza con la misa vespertina de la cena del Señor, donde se conmemora la institución de la Eucaristía. A diferencia de la misa crismal, esta celebración se realiza en las parroquias y en las casas religiosas.

El lavatorio de los pies forma parte de la ceremonia, el Maestro asume la condición de siervo, para eso, para servir, dejando muy en claro a sus discípulos que la humildad es indispensable para ejercer plenamente el ministerio recibido de sus manos. Servir antes que desear ser servido, no es una condición exclusiva para los sacerdotes, es la doctrina que todos los fieles deben llevar a la práctica.

La Eucaristía es el centro de nuestra vida espiritual, sabemos que Jesús está real y verdaderamente presente con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad bajo las especies del pan y del vino. Así lo dijo a los apóstoles con las palabras de consagración que ahora repiten los sacerdotes en la Santa Misa, este es mi cuerpo..., esta es mi sangre..., hagan esto en memoria mía.

Por eso, nosotros sabemos que al visitar el sagrario nos disponemos al encuentro personal, frente a frente con el mismo Cristo, que siempre nos espera dispuesto a escuchar nuestras alegrías, penas, planes, propósitos, todo.
Nuestro propósito de este día y para siempre, puede ser el de prepararnos cada día para recibir mejor la Sagrada Eucaristía, asistir con mayor disposición a la Santa Misa para aprender las enseñanzas de Cristo, o tal vez, visitar con más frecuencia el sagrario aunque sea un minuto. Son muchas las devociones eucarísticas, vivirlas y fomentarlas, es la mejor manera de tratar al Señor, de hacer crecer nuestro amor por Él y de llevar a otros hasta su presencia.

 

 

IV. Talkshow o drama

 

Se desarrollará un talkshow o drama con los siguientes personajes:

1)      Sacerdote – este personaje debe explicar a través de su dialogo: el sacerdocio en Cristo (sacerdocio por el bautismo) vs. sacerdocio ministerial (sacramento del orden sacerdotal)

2)      Apóstol Pedro – debe dialogar sobre la humildad y el amor de Jesús al lavarle los pies en la Ultima Cena a los apóstoles. Desarrollar lo que Jesús dijo: “Yo no vine a ser servido, sino a servir”. 

3)      Pastor protestante convertido – Este personaje debe hablar sobre el misterio eucarístico y lo importante que es en nuestras vidas la eucaristía.  También debe hablar de lo dichosos que somos como católicos de tener el cuerpo y la sangre de Cristo presente en la Eucaristía y poderlo recibir.

4)      Incrédulo – esta persona será la nota discordante que preguntará todo y al final se convertirá.

 

Lectura Explicada: 1 Carta a Los Corintios 11, 23-30

1.       (versículo 23-24) “ Yo he recibido del Señor lo que a mi vez le he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan y después de dar gracias lo partió diciendo: “Este es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.”

                  Pablo nos dice que ha recibido y lo transmite a nosotros. Se puede apreciar que viene de un legado de antes, esto lo podemos ver desde el momento que Jesús envía a los apóstoles a evangelizar y a materializar sus enseñanzas y su legado. De ésta misma forma nuestros sacerdotes continúan perpetuando el mandato de “hagan esto en memoria mía”.

                  A su vez, en los versos 24 y 25 podemos nuevamente confirmar la presencia eucarística de Cristo en el pan y la sangre. Cada vez se hace más fuerte la presencia de Cristo como pan de vida.

2.      (ver. 25) “ De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía”.

                   Más allá de Jesús decir: “hagan esto en memoria mía”, vemos como sella la Nueva Alianza con su sangre. Cristo nos quiere decir que el pan y el vino dejan de ser esto, para convertirse en el cuerpo y la sangre de Cristo a través de la transubstanciación.

                  ¿No le parece qué un día de estos el sacerdote deje de celebrar la Misa, para irnos de picnic o hacer alguna dinámica? Esto no se puede hacer, por que cuando celebramos la Eucaristía celebramos la Nueva Alianza, y no hay fiesta que la pueda sustituir, lo que Cristo a instituido el ser humano no lo puede cambiar. Muchas veces al no entender la Eucaristía no le encontramos sentido a nuestra Iglesia, pero en el momento que estudiamos y entendemos que la presencia de Cristo habita en la eucaristía podemos apreciar el tesoro que tenemos.

3.      (ver. 26) “ Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que venga.”

                  Aquí Pablo nos dice, que en cada Misa proclamamos la segunda venida de Cristo. Y debemos entender como cristianos que esta segunda venida de Cristo no es un mal acontecimiento. ¿Nosotros deseamos reunirnos en la casa de nuestro Padre Dios?

                  Si deseamos unirnos a Dios debemos  prepararnos y alimentarnos con el verdadero alimento que nos fortalece, y que es dejado como una gran herencia de nuestro hermano Jesús. Es por esto que cada vez que contestes en la Santa Eucaristía “Ven Señor Jesús” , ten la conciencia de que estas proclamando la segunda venida de Cristo.

4.      (ver. 27-30) “ Por tanto, el que come el pan o bebe de la copa del Señor indignamente peca contra el cuerpo y la sangre del Señor. Cada uno, pues, examine su conciencia y luego podrá comer el pan y beber de la copa”.

            “El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo. Y por esta razón varios de ustedes están enfermos y débiles y algunos han muerto.”

                  La Misa no es un juego, la Eucaristía no es un símbolo. Es por esto que cada vez que pasamos a recibir el cuerpo y la sangre de Cristo debemos ir preparados espiritualmente. Tenemos que tener en cuenta que es la presencia real de Jesús. De lo contrario, nos vamos a sentir vacíos cuando vamos a una Misa, esto porque no prestamos atención; Cristo se hace presente en frente de nosotros, y nosotros muy ciegos no lo vemos.

                  Para estar preparados a la hora de recibir a Cristo, tenemos que hacer un buen examen de conciencia y luego confesarnos. La confesión no es un capricho del Papa, ni de tu párroco; esto fue instituido por Cristo en Juan 20, 21-23. Aquí la confesión es instituida como sacramento por el mismo Jesús. No puede haber una verdadera comunión, sin arrepentimiento y sin una confesión; es por esto que el que lo recibe indignamente se come su condenación.

 

Oración final:

Esta oración va a ser reflexiva, se busca que el joven pueda reconocer a Cristo en la Eucaristía.  Lo más ideal es que se pueda hacer frente al Santísimo, va a ser importante el silencio y alguna canción eucarística.