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Le Puy - Conques - Decazeville (Agosto 2001) - El camino de Santiago Francés

Día 1 - 18 agosto - LE PUY-MONTBONNET

Abro este diario un 18 de agosto de 2001, sentado al sol, cual lagartija veraniga, en un pueblecito de Francia llamado Montbonnet, en el camino de Le Puy que nos conduce a Santiago.

El viaje para llegar a mi ciudad de origen Le Puy, ha sido larguísimo, mejor olvidarlo. Cambio de tren en Cervere desde Barcelona, y cambio de tren en Lyon para llegar a Saint Etienne. Desde Sant Etienne, tren que nos llevara por todas las colinas hasta la bella localidad de Le Puy de Puy.

Tras llegar a Le Puy, me dirijo a la catedral. La había visto tantas veces en fotos, y por fin estaba alli. Es una pena que no hubiera dormido nada en el tren, porque la fatiga hizo que no pudiera disfrutar mucho, ni de la catedral ni de la ciudad.

Antes de salir rumbo hacia el camino, compré un poco de comida, cous-cous y otras delicadezas más, para comerlo en plena Rue des pelerins, como los cánones mandan. Una cosa que me ha llamado la atención es la antipatía de los dependientes franceses.

Al salir, vamos dejando Le Puy, con su catedral encaramada al monte, el pueblo a sus faldas, y la Virgen protegiendo el entorno. Y uno se pregunta que, dentro de 100 años, aquello permancerá igual, agluien como yo, observará la misma vista y pensará lo mismo, y nos daremos cuenta que somos nosotros los que cambiamos.

Llego a La Roche, un pueblo peculiar, casas viejas en hilera y sobre un pequeño precipicio. El paisaje aquí es bello, dejando a mi izquierda un tajo hecho por la fuerza de un río pasado.

Voy pisando rocas delava y es que es tierra de volcanes. Se observan promontorios por todas partes, de antiguos volcanes.

Pasando St Christophe sur Dolaizon, llegaremos a Montbonnet, donde me he albergado en una antigua escuela, que ahora es gite de etape. El camino es muy solitario por aquí. Se me cierran los ojos del sueño...

Día 2 - 19 de Agosto 2001 - Montbonnet- Saugues

Tras dormir en el gite de Montbonnet, desde las 7 de la tarde hasta las 7 de la mañana, partí rumbo a mi siguiente fin de etapa, que en aquellos momentos no sabía.

El camino hasta Lac de L´oeuf (el lago del huevo), se accede a través de un bosque de pinos, un paisaje muy bello, aunque al final no encontré el lago.

En Saint Privat D´Allier saqué de la mochila comida y comí observando desde un mirador el paisaje. Estaba esperando además que el cura acabase su misa para poder entrar en una iglesia, de las muchas que jalonan esta ruta, y claramente sobrecogen, no por su tamaño, sino por su tranquilidad.

Rochegude es la sorpresa del día. Un pueblo con una iglesia-ermita incrustada en una roca en lo alto de una peña. Y de nuevo, siento esa tranquilidad dentro de ella, aunque en eeste lugar es especialmente fuerte. Me embriaga el incienso que huelo.

Ante sorpresas así, vale caminar largo tiempo. Desde aquella atalaya, uno puede ver todo el paisaje de aquel lugar.

Bajando radicalmente el monte, llegamos a Monistrol D´Allier y por consiguiente la comarca de La Margaride. En estos lugares, las alusiones a los lobos son constantes. De Monistrol cabe destacar una ermita excavada en la roca, saliendo del pueblo, en lo alto.

El siguiente pueblo importante es Saugues. A él se llega por una colina, viendo la silueta del pueblo al final, y recordando la alegría con la que los antiguos peregrinos deberían llegar al ver el pueblo.

Aquí se puede ver una iglesia y una torre medieval, la Tour des Anglais. El gite de etape está al final del pueblo, en el camping. Al final del día ha llovido estrepitosamente.

En el albergue duermo con una pareja de holandeses que caminaran durante dos semanas, y un inglés que quiere llegar a Santiago.

Día 3 - Saugues-Des Estrets

Me alejo de este pueblo con el que he compartido mis últimas horas, y despues de haber comprado unas cosas en el supermercado y haber comido en la calle taboulé.

La primera sorpresa del día fue Falzet, un pueblo minúsculo en el campo pero con una torre fortificada encima de una roca de granito, que parece romper la ley de la gravedad.

Mi ritmo por aquí es bueno, me encuentro muy bien. Caminamos por entre estos bosques, ya saliendo del Alto Loira. De camino empieza a llover y ya no parará hasta 5 horas despues.

Hoy he pasado por multitud de pueblos. Por la mayoría de ellos, no recuerdo ni su nombre, aunque sí se que guardan su personalidad y que se mantienen fieles a sus espíritu. El tiempo se ha parado.

He comido en la capilla de Saint Roche, que es algo así como Santiago, lo que ocurre es que dependiendo de las necesidades del pueblo, bien fuera peste o tiempos de paz, se le cambiaba el nombre. En Saint Roche estoy protegido de la lluvia, bajo el techado de la iglesia. Más abajo hay un albergue improvisado para peregrinos.

Sigue lloviendo... mi poncho me ha salvado. Siguiendo por bosques de pinos, llegamos a St Alban, donde encontraremos otroa iglesia interesante. Allí me decido a ir al siguiente pueblo, haciendome unos 35 kms en el día de hoy. Y aquí estoy en Des Estrets, un pequeño pueblo. Me encuentro en un Gite de France, he estado hablando con una chica francesa, Alexa, muy simpatica, y que marchara a Santiago.

Día 4. Des Estrets-Nasbinals

El día entero ha sido muy largo. El paisaje muy cambiante, pasando de los bosques hasta las planicies verdes pedregosas del Aumont Aubrac. Infinita soledad por aquí.

En Aumont Aubrac he comido en en la plaza. He hablado con un francés y una española y que se quedarán allí a dormir. Yo decido salir a la ruta, es demasiado pronto para descansar. El problema es que me he enterado que en los próximos 27 kilómetros es un paisaje sin agua, sin árboles, sin pueblos y con mucho sol. Esta zona se llama el Aubrac. Mañana fijo que se me cae la piel a tiras.

Tras Aumont Aubrac, el siguiente y último pueblo para afrontar esos 27 kms es La Cheze, con una iglesia interesante.... y despues las praderas. Estas praderas son diferentes, cercadas y llenas de piedras enormes.

Etapa dura, descanso y sigo camino hasta este bello pueblo final del día, Nasbinals, con una iglesia muy parecida a la de Fromista. Además guarda parecido en los alrededores.

Día 5: Nasbinals-Abadía de Saint Come D´Olt.

He tenido que esperar hasta las 9 de la mañana para comprar crema protectora y una gorra, porque ayer me quemé en aquellos prados solitarios del Aubrac.

La primera parte del recorrido nos llevará por unos pastizales inmensos con sus casas aisladas y típicas de la regíon (llamados burones), con grandes tejados de pizarra para evitar la fuerza del aire. Uno camina por espacios amplios y se da cuetna que es imposible hacer una foto, pues el paisaje es demasiado amplio. No hay plano capaz de mostrar aquello.

Caminando por alturas de 1200 metros, llegamos a Aubrac. Me ha recordado a Roncesvalles, pues de una altura considerable, que parecen tierras de nadie, se llega a un monasterio del qeu quda la iglesia, que se asemeja al entorno, amplio y de espacios libres.

En Aubrac, comí algo al lado de la fuente. Allí me encuentro a Hans, el holandes errante del albergue anterior. Este es un poco como yo, ya se ha hecho el camino y se viene ha hacer nuevos tramos por Francia porque se siente feliz. Además tiene mi mismo lema, improvisar en el camino porque el camino provee (o Santiago). No sabremos donde dormiremos hoy, pero sabemos los suficiente, que sea lo que sea, será bueno.

Desde Aubrac, todo bajada hasta Belvezet donde observo más ruinas en lo alto de un peñasco (son los vestigios del castillo de los señores de Belvezet) y este peregrion se pregunta como tendría que ser aquello en el pasado y el respeto que infundiría en los peregrinos a su paso por allí.

Por esta zona hay mucho bosque y me doy cuenta de la gran cantiad de árboles que hay, y con ello, de colores diferentes, y allí están sin moverse. Y pensar que muchos no lo verán...

Llegó a la hora de comer a Saint Chely d´Aubrac y es donde decido por primera vez que voy a comer como un señor en un restaurante. Es la 1:30 de la tarde y me encuentro todos los restaurantes cerrados!!! asi que me quedo sin comer. Intento en otro bar, pero una señora con bigote me dice algo así com oque no tiene menu del día pero que tiene otras cosas como ensaladas. Vamos, que con ensalada no me hago ni 2 kilometros. Así que me voy, y encuentro a Hans en un bar. Nos tomamos una cola y me voy al puente de peregrinos, un puente medieval a la salida del pueblo, donde como lo poco que me queda, un poco de fuet, chocolate y leche condensada. El puente de peregrinos es medieval y tiene una cruz de piedra en el centro, con una figura de un peregrino del siglo XII.

Me dirijo a Saint Come D´Olt. Esta parte es por bosque, a veces se va cerrando y no deja pasar la luz. Se paarecen las corredoiras de Galicia.

Tras mucho caminar y haberme encontrado con una americana que me dijo que en un desvío habia un monasterio que me acojerian, llegué a este lugar; el monasterio de Saint Come, donde me han dado una celda y comida. Que diferencia con los monjes del monasterio de Yuso que tan mal me trataron.

Día 6: Monasterio de Saint Come - Estaign.

Por la mañana, desayune en el monasterio y, acompañado por una pareja de franceses y Yves, un frances deunos 70 años, nos dirigimos hcia el pueblo de Saint Come D´Olt.

Éste es un pueblecito medieval con puertas de entrada amuralladas y un estilo medieval genuino. Tiene una iglesia con un campanario y dicho campanario esta doblado en espiral.

A continuación caminé fuera del pueblo y el sendero te lleva hacia arriba. Sólo se verá el entrañable pueblo de St Come en un sólo lugar, un descampado que permite ver por última vez el monasterio.

Hacia arriba se sube por tupidos bosques y tan prontoo como se sube, se vuelve a abajar poara encaminarnos a Espalion. Antes de entrar a este pueblo, encontré una de las iglesias románicas más bellas nunca vistas por este peregrino. Tení tal riqueda de esculturas en su portada que no pude más que entusiamarme. Se llamaba Saint Pierre.

Llegada a a Espalion, y de nuevo nos encontramos con otro bello pueblo medieval de Francia y ya van tantos que he perdido la cuenta. Lo baña el río Lot, y un gran puente do atraviesa. Después de comer con Yves cerca del río, en la hierba, obsrevo una panorámica inmejorable.

Se va llaneando por la orilla del Lot. En un momento determinado la carretera que voy siguiendo se adentra para los montes, y allí me encuentro otra bella iglesia románica. Ésta era fabulosa, sobre todo porque en la torre hay una capilla románica rica en capiteles y esculturas.

De aquí, el viaje es largo, hasta Estaign. Subida muy fuerte y dura, y luego bajada para acabar llaneando por un valle hasta llegar a Estaign.

Éste, otro bello pueblo medieval, con fortaleza, palacio y puente. Aquí estoy albergado en un lugar hospitalario para peregrions. Acabo ya porque todos duermen y aquí estoy con la linterna que no veo nada.

Día 7: Estaign- Conques

Aquí estoy, delante de la catedral de Conques, escribiendo cuando empieza a caer la tarde y todo parece estar más silencioso. Que panorama. Y uno piensa que esta edificación es mágica. Uno mira para arriba y se asombra. Como es posible que esté aquí. Observo el famoso tímpano de la catedral de Conques, consagrado a Sainte Foi. Me llama la atención su conjunto, especialmente la armonía que guarda.

El día ha sido largo. Hemos desayunado en el albergue de Estaign. Lo lleva una comunidad cristiana qu ahora no recuerdo el nombre. Resulta que el cura que lo lleva se fue a Jerusalem desde Francia a pie, y sin dinero. La verdad que me hubiera gustado más hablar con él y con toda la gente que se congregó allí a cenar, pero el francés es demasiado complicado y apenas podía meterme en la conversacion. Allí había gente variopinta, hasta un luterano de Alemania que tenía una mujer de alguna isla del caribe. Bastante psicodelico.

Salgo pronto, el día se presenta largo. Al principio, un poco de llaneo siguiendo el río Lot y luego se sube vertiginosamente hasta lo más alto, para no perder las costumbre.. y uno se da cuenta que los peregrinos no podían recorrer los caminos por los que pasamos nosotros, porque no se aprovecha la ruta directa. El camino hasta Golinhac tampoco es tan bello como las etapas de antes. Así llego a Golinhac donde me encuentro con Yves y comemos tirados en el suelo, al lado de la iglesia, bajo su sombra. Compartimos comida y descansamos. Me pregunto cuantos peregrinos se han echado en aquel mismo lugar a comer. Yves sigue su camino y yo, más tarde, dirección a Espeyrac y luego a Senergues. Aquí me encuentro a 2 peregrinos que deberían haber llegado a Conques pero nos les he visto.

La llegada a Conques es imprevisible, porque no se ve el pueblo a lo lejos, sino que aparece de repente tras salir del sendero. Y lo más impresionate es que la catedral te la encuentras de la misma manera, y ves este enorme edificio entre casas tan pequeñas. De hecho parece que nos mira, que observa todo lo que pasa, que es el guardian del pueblo.

Me he quedado a dormir en la Abadia. Nos han dado de comer y muy bien además. Estoy encontrando mucha hospitalidad por aquí, aunque tras una semana caminando, estoy un poco agotado y no se que voy a hacer a continuación.

Por inercia he entrado a la catedral. Eran las 9 de la noche y en aquel momento se presenciaba una misa. Era la bendición de los peregrinos, así que allí estaba yo, soñando.

Nos dijeron que los peregrinos que estabamos allá, nos acercaramos y fuimos saliendo cada uno de un sitio diferente de la catedral de Sainte Foy. Y nos dieron la bendición, nos entregron un pan a cada uno, y cantamo el Ultreia y Suseia en latin de los peregrinos y el Salve Regina, ésta última obserando en una pared iluminada del transepto, unos relieves de la Viergen María. Fue algo muy bonito. Después de pasear un poco por las calles de Conques, me fui a dormir a la Abadía.

Día 8: Conques-Decazeville.

Me levanté el último, a pesar de el albergue estaba lleno. Por la mañana vi el tesoro de la Abadía, un lugar con muchas reliquias que atesora la importancia de Conques en tiempos medievales.

Después de despedirme del militar francés cuyo nombre no me acuerdo, partí rumbo a Figeac, aunque psicologicamente estaba tocado. Durante los úlitmos 5 dias el sol no ha hecho mas qeu quemar, ni una nube en el horizonte. Además parece que todo el mundo ha terminado en Conques. Las 2 ultimas etapas han sido un poco aburridas en sus recorridos y las vacaciones se me van agotando poco a poco.

El resultado es que he desistido de llegar a Moissac y he llegado hasta Decazeville. han sido unos 250 kms de sendas y este peregrino esta cansado y un poco deshidratado.

De Conques, subida hasta la Chapelle de SAinte Foy. Allí es el único sitio que se verá Conques desde lejos, enmarañada por los matorrales. De allí, mas subida para legar a la carretera. El resto es historia, hasta llegar a Decazeville, salvo por una vez que me he perdido. Ojo con el GR 65 a su paso por una granja llamada Brunel (en el mapa). Se supone que el GR pasa por debajo de esta granja.

Y este es el fin de la historia. El camino es duro si se hacen etapas largas, pero muy bello por el recorrido y por los destinos. Ultreia.

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