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El relato gótico en la época victoriana

Amelia Edwards: La diligencia fantasma

Enrique García Díaz

Velarde

      La novela gótica creada en 1764 por Horace Walpole con su obra "El castillo de Otranto", perdió vigencia durante la época victoriana. Es a partir de 1840 cuando dicho género deja de cultivarse a pesar de que tuvo un amplio y posterior desarrollo en la literatura de la época. Los relatos de fantasmas y espíritus malignos creados por Edgard Allan Poe desataron una especie de locura entre el público lector. Dicha influencia es notable en Charles Dickens con su "Cuento de Navidad" el cual, leído y analizado en profundidad, representa un claro ejemplo de literatura gótica: el personaje del fantasma esencial en este relato es sin duda el principal exponente

     Entre los muchos escritores que cultivaron el relato gótico bajo la influencia de Poe, queremos destacar a Amelia Edwards (egiptóloga y escritora). Entre sus trabajos literarios destacan las novelas "Debenham’s Vow! (1870) y "Lord Brackenbury"(1880). Contribuyó con varias revistas literarias de la época entre las cuales destaca "All the Year Round" fundada por Charles Dickens y cuya publicación se extendió entre los años 1859 al 1895. Fue en ésta donde apareció el relato que nos ocupa. En el año 1864 aparece "The Phantom Coach", también conocida como "The North Mail" o "Another Past Lodger relates his Own Ghost Story". En castellano ha sido traducida como "La diligencia fantasma" o "El carruaje fantasma". El motivo de la elección de este relato no es otro que hacer pensar al lector si el protagonista imagina lo que narra o realmente lo ha vivido. El tema de la imaginación o del poder de la mente para crear ilusiones aparece reflejado en los relatos "The Adventure of the German Student" de Washington Irving; o "Little Place far off Edgware Road"de Graham Green (trabajo publicado en esta misma revista). En ambos casos el personaje cree encontrarse con un fantasma, pero tras un exhaustivo análisis del relato podemos llegar a la conclusión que todo ha sucedido en su imaginación, y que tal fantasma jamás existió."

      La diligencia fantasma contiene todos los elementos propios de relato gótico macabro, al estilo de Edgard Allan Poe. En un principio puede parecer un relato simple en el que destaca por encima de todo la atmósfera en la cual se enmarca, por otro lado típica de la literatura gótica (un páramo desolado, una noche oscura donde amenaza nieve, plomiza, penosa, con un frío intenso).

     El protagonista solitario, perdido, en mitad de este escenario en un intento de causar tensión en el lector de la época. Con la idea de la muerte rondando su cabeza, ya que piensa en sus posibilidades de salir con vida de aquel páramo. Se ve así mismo caído sobre la nieve; muerto; y hallado a la mañana siguiente. Y a la vez piensa en su esposa aguardándolo en su casa. Esa idea le infunde valor para seguir caminando en busca de algún lugar en el que pasar la noche. La ayuda o compañía que encuentra no parece en un principio muy adecuada. Jacob, un hombre que aparece en el camino le informa que su amo no es muy receptivo a las visitas; y así queda demostrado cuando lo ve por primera vez. No obstante James Murray, nombre del protagonista, insiste en quedarse y pasar la noche.

     Surge entre ambos una conversación acerca de la evolución de la sociedad, del mundo. James Murray escucha por boca de su anfitrión que lleva más de veinte años recluido en su casa sin saber nada del exterior. Queremos llamar la atención sobre la conversación que James Murray mantiene con su anfitrión ya que puede explicar los acontecimientos posteriores. La idea principal de esa tertulia es que la sociedad rechaza como falso todo aquello que no se puede demostrar en un laboratorio o en una mesa de disección. La sociedad es escéptica y se burla de los crédulos. Todos estos temas serán vitales a la hora de analizar y comprender el relato. Ya que una vez que abandona la casa para proseguir su camino en compañía de Jacob, volvemos a encontramos con este tema de conversación.

      Es cuando Jacob le menciona que en aquel camino tuvo lugar un accidente y que representa la parte central del relato. Para ello destacaremos tres aspectos: Primer punto a tener en cuenta: Jacob aconseja a James Murray mantenerse pegado a la derecha para no perder el equilibrio y caerse por el precipicio. Segundo punto: El accidente del carruaje en el que murieron sus cuatro ocupantes más los dos conductores. Tercer punto: James Murray comienza a sumar grandes cantidades en su mente con el firme propósito de no pensar en todo lo que había escuchado acerca del accidente de la diligencia; o las teorías filosóficas de su anfitrión. Estos tres puntos son importantes a partir de ahora junto con la descripción que hace de la climatología (noche cerrada, oscuridad,…) Ve llegar dos luces que al momento identifica con las del carruaje. Cuando éste se detiene percibe que los viajeros del pescante no le saludan, ni siquiera ninguno de los pasajeros que hay en interior.

      Queremos destacar la descripción que James hace del interior del carruaje: señala que la sensación de frío y humedad es si quiera mayor que en el exterior. Pero también acerca del extraño olor. Después pasa a describir a los pasajeros, los cuales se encuentran situados en las tres esquinas, ocultos por la oscuridad del interior del carruaje; y de los cuales no puede distinguir ningún rasgo. Y aunque intenta entablar una conversación con ellos, ninguno le responde.

      Todos estos datos son importantes a la hora de sacar conclusiones. Pero lo más interesante surge cuando pregunta al pasajero que está junto a él si puede abrir la ventana. Es en este momento cuando se da cuenta del deplorable estado en el que se encuentra el carruaje. Se produce una situación curiosa cuando él mismo, James, le pregunta al pasajero que este carruaje es sólo provisional, dado el estado en el que está, y que se debe a que el coche regular está reparándose. ¿Qué quiere decir esta pregunta, o más bien este intento de convencerse así mismo de lo que no quiere creer? ¿Tal vez cree estar en la diligencia que tuvo el accidente?

      Es entonces cuando el pasajero sentado a su lado se gira para mirarlo. Y la descripción que de él hace James no deja dudas: según sus propias palabras no se trata de un hombre vivo como él, sino rodeados por una luz, la de la putrefacción. Describe sus ropas como rotas y manchadas por el barro de las tumbas; sus manos se asemejan a las de los muertos, que llevan enterrados largo tiempo. Y tan solo sus ojos son los de alguien vivo. Y cuando intenta abrir la puerta para escapar no puede hacerlo, pero es curioso que cuando se asoma por la ventana ve la señal en la que tuvo lugar el accidente del carruaje, y lo último que recuerda es perder el equilibrio y oscuridad. Lo siguiente que recuerda es a su esposa junto a él contándole que se había caído por un precipicio y que se había salvado gracias a la cantidad de nieve acumulada en su borde. Llama la atención el estado en el que lo encontró el médico: en un estado de delirio, con un fuerte golpe en la cabeza y un brazo roto.

       El propio James declara que se cayó justo en el lugar del accidente de la diligencia. Y que él era el cuarto pasajero de la diligencia. La pregunta que obligatoriamente tenemos que hacernos es la siguiente: ¿realmente vivió James Murray la experiencia o todo fue fruto de su imaginación? Para responder a esta cuestión me he permitido señalar los puntos en lo que podemos basarnos. En un primer momento podemos pensar que James Murray es una persona propicia para creer en espectros, fantasmas y apariciones. Y tras su conversación con el anfitrión de la casa, así nos parece. Si a ello le añadimos el relato de Jacob acerca de la diligencia y su accidente, podemos pensar que realmente lo imaginó.

     Debemos recordar el aviso que Jacob le hizo acerca de caminar junto a la carretera y que tuviera cuidado al respecto de caerse. El hecho de que iba sumando para no pensar en el relato de Jacob sobre la diligencia. Si añadimos a estos dos elementos le añadimos la oscuridad de la noche y las condiciones climatológicas adversas, llegamos a una posible conclusión: James Murray se distrajo y se cayó por el precipicio. Ésta sería la justificación más creíble. Una vez inconsciente el relato de la diligencia vino a su mente y él pensó que en realidad se había precipitado junto con ésta. Pero llama la atención, que sólo lo encontraran a él, y que no hubiera restos del carruaje ni de los dos demás pasajeros, o conductores.

      Así mismo baste señalar que Jacob le indicó que murieron los cuatro pasajeros y los dos conductores; de aquí podemos extraer la conclusión que James Murray, nunca fue el cuarto pasajero de la diligencia, ya que sigue vivo. Es normal que no pudiera ver el rostro de los pasajeros, ni que ninguno de ellos le dirigiera la palabra puesto que nunca existieron, salvo en su imaginación. Y a lo máximo que llega es a formularse una teoría de muertos vivientes y de un carruaje decrépito, pero por las historias que ha escuchado.

      Podríamos pensar que lo sucedido en el interior de la diligencia sucedió única y exclusivamente en la imaginación de James Murray. Y que fue propiciado por las historias que tanto Jacob como su señor le habían contado. Todas las teorías que señalan lo escéptico, y lo no creíble por la sociedad. Este relato es muy similar al de Graham Greene "A Little Place Far Off Edgware Road" antes mencionado donde el protagonista cree reconocer al autor de un asesinato a través de las noticias que ha escuchado; y cuando cree haberlo encontrado le comunican que es el cadáver a quien no encuentran.

      O también en "The Adventure of the German Student de Washington Irving, donde el protagonista está tan obsesionado con las corrientes filosóficas de la época y lo sobrenatural que llega al punto de creer en la resurrección de los muertos. Como conclusión cabe señalar que cualquiera de estos tres relatos góticos citados tenía como misión provocar el miedo en el lector. Hoy en día no pasan por ser tres ejemplos más de la literatura gótica.

Referencias

Edwards, Amelia B., “La diligencia fantasma” en Javier Pérez Andújar," Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos, Círculo de lectores,  2005.

 

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Escritor español


Doctor en Filología inglesa. Autor de contenido para proyectos de IBM. Colaborador literario.
 

 

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En el 2012 se publicó La guardiana del Manuscrito en la Editorial Mundos Épicos



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