La pregunta. Mary Cavazos.

La pregunta

Mary Cavazos

Pus sí, señor padrecito, pero ya estuvo bueno, no hay derecho, no es justo. Mire a la mamá de Chayito, le cayó el cáncer en la panza después de que batalló tanto para sacar adelante a sus hijas. Usted todavía no estaba aquí pero doña Rosa se quedó viuda con tres hijas chiquitas y otra en la barriga, y cuando nació la niña y se sintió buena otra vez, fue a pedir el trabajo de su señor que era vendedor de puerta en puerta.

De eso ya ha más de treinta años y ora cuando ya estaba acabando de pagar su casita y sus hijas ya habían estudiado y dos ya se le habían casado bien, ¡agárrese!, que le empiezan los dolores en el lado derecho y la pobre decía que era un mal aire que le había pegado, ¿usted cree?

Y qué me dice de la nieta de doña Paulita, tan bonita ella, modosita, buena hija y estudió para maestra con tantos sacrificios de sus padres que tenían siete bocas más que alimentar. Pos no le dieron trabajo allá en el ejido y una vez que andaban pintando y moviendo los pupitres se pegó en la rodilla y ése fue el pretexto para que le saliera un tumor. Se lo operaron, pero nunca quedó buena porque siempre le dolía y el doctor siempre le tenía drogada, hasta que la pobre no pudo más con el dolor y se dejó morir.

Y qué del hijo de los Martínez, tan joven y lleno de vida y bien que le entendía a eso de las computadoras y ya le faltaba un año para terminar su carrera allá en el Tec y ganar su buen dinerito picándole a esas máquinas. Pos no le dio al huerco de irse de vacaciones de Semana Santa,

¡Semana Santa! No cualquier día y pos no se va ahogando en un río allá en el pueblo de su abuela y ni siquiera es un río ancho y cristalino que llene de orgullo a los del pueblo; no, es una vergüenza de río, angosto y fangoso, y por fue ahí en el zoquete del fondo que se atoró y se ahogó. Dicen que sólo alcanzaba a sacar las puntitas de los dedos y que sus amigos creyeron que estaba jugando, ¡vaya usted a creer!

Y qué me dice del hermano de la Panchita que tanto le estuvo terqueando a pasarse al otro lado y ya ve que lo agarraron muchas veces y lo regresaron pero él terqueó hasta que por fin encontró un buen trabajito, pero su desgracia fue que conoció a la pocha con que se casó, que es retecelosa, y como es “amerrican” al primer pleito que lo manda a la cárcel. Y ya ve que la pobre de Panchita tuvo que andar empeñando sus cositas y pedirle prestado hasta a usted para sacar la tarjeta local para ir a verlo y eso que a ella no le gusta “el otro lado” porque dice que no le entiende a eso de los dineros.

Y yo creo que ya sabe de mi vecina. La señora bonita que vive sola con su hijo. Ella es bien buena con todos los niños de aquí, siempre les anda limpiando las chatas y les compra suetercitos y abriguitos en la segunda, pero siempre anda con sus ojitos tristes y, ¿sabe por qué?, de seguro que sí pero ahí como la ven tan elegante y bonita nunca tuvo suerte con los pelados, porque les creía todo y es que como es huérfana siempre tuvo ganas de que alguien la quisiera bien, pero cuando salió con su domingo siete el pelado se echó pa’tras y a ella le dio miedo y fue a que se lo sacaran allá en Jarlenllen, pero por desgracia no aprendió la lección y le creyó a otro y salió otra vez panzona pero luego ya no tuvo corazón, o a lo mejor le dio remordimiento de lo que había hecho, y decidió tenerlo.

Pero me ha de disculpar usted si estoy de rejega pero es que ando bien apurada y si no es mucha molestia le voy a pedir que me deje trapiar el pedacito en donde está parado, porque tengo que terminar y cerrar que ya mero es hora de irme a la nocturna que a ésa todavía no le pierdo la fe, ya ve que por recomendación del maestro me dieron este trabajito fijo y hasta me dan de comer, y no le prometo nada, pero si tengo una chancesita me doy una vuelta por allá el domingo en la misa de doce, pero ¿no cree usted que ya estuvo bueno y que no es justo?

Es maestra de Literatura en la Universidad de Texas, en Brownsville.

Este cuento se publicó por primera vez en el Novosantanderino. Publicación editada por esa universidad para conmemorar los 250 años del establecimiento del Nuevo Santander.