Ciudad de lo futuro
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sus poros son la primera resurrección debajo de la tierra las mujeres cuentan historias que bendicen a los hijos su piel es una montaña de música para los muertos las palomas de sus templos salpican a las limosneras desde lejos un aeroplano emite destellos lunares evocando con eso la melodía que menciona el nombre de la tierra la palabra que antecede la bendición es una fábula el entresijo que deparan los días venturosos sus piernas anuncian la entrada de héroes renovados la tristeza de sus ojos plantea la inmediata duda y la cama es una promesa para las lágrimas de mujeres que duermen solas en sus calles el vocablo destino es la única advertencia, el juramento de volver. sus brazos se elevan para implorar a las diosas prematuras el momento de posar ante los hombres adivinar es la necesidad del agua a las afueras del pueblo los amantes que se besan aprehenden el destino las promesas borran las aristas de los edificios los ferrocarriles viajan hacia noches que pronto habrán de terminar mis pasos viven la distancia que media la separación de los muslos de algún lugar aprendí la rabia de seducir con un bosque abro los ojos y siento con mucha tristeza el paso de las secretarias y entonces permanezco sentado en la plaza sin sonreír y todos los nombres de las calles terminan.
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Este registro se añadió el 28 de
octubre 2009
| El autor nació en Frasnillo, Zacatecas, México en 1967. Estos poemas corresponden a un nuevo libro que lleva por título Ciudad de lo Futuro.
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