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Tributo a Brendan Fraser

 

The Sunday Times - 16 de septiembre de 2001

 

Fueron muchas las horas que ocupé traduciendo estas entrevistas para hacerlas llegar a todos los fans de Brendan Fraser hispano parlantes. Les ruego que respeten mi trabajo mencionando este sitio web en caso de que quieran copiarlos en otras páginas.  (A.V.V.)

 

Un hombre cuya hora ha llegado

Brendan FraserLa exhausta estrella de cine tiene los ojos como el oso panda, y una voz susurrante entregada en los pliegues de su linda camisa azul, tan calmo que no tengo idea de lo que está diciendo. Algo acerca de que el rol de Brick en una nueva producción de "La gata sobre el tejado de zinc caliente" de Tennessee Williams es justo para él ahora. ¿Podrías hablar un poquito más alto? "Oh, claro", se disculpa Brendan Fraser, el retrato de chico atractivo más lindo que podrías esperar encontrarte, cuyo murmullo es más modestia que melancólico machismo. Los modales en este muchacho son casi más impresionantes que los músculos, la suave piel, y el físico que lo hicieron lucir perfecto en taparrabos como el George de la selva de Disney.

Cuatro años atrás, la nueva estrella importada por West End, estaba jugando el papel de un desventurado dibujito animado que se bambolea de árbol en árbol, sólo uno de los tantos personajes inocentes de películas como "Hombre de California" y "Dudley es la policía montada", las que podrían haberlo sepultado como un muchacho dulce sin cerebro, pero que en cambio lo hicieron rico. Luego las películas de la momia lo convirtieron en el nuevo Indiana Jones. Ahora, con un estómago más redondeado y un yeso, él es el joven maravilla alcohólico de Williams, malhumorado y quejumbroso mientras llora la muerte de su compañero. "Ocurrió en la edad justa y en el momento justo de mi vida", dice Fraser de 32 años. Al igual que  Brick, Fraser es encantador y atlético pero no es un alcohólico perdido, y seguramente no tiene problemas de ambigüedad respecto de su sexualidad.

"No estoy convencido de que él sea un homosexual reprimido", dice frunciendo el ceño. "Williams no es claro en eso... de todas maneras, este tipo es peligroso. Es una persona que está esperando en el callejón para golpear a alguien."

Si La Gata refleja las viejas costumbres de Mississipi, su estrella se siente mal al establecer sus propios criterios liberales; las mujeres de la obra pueden ser todas avaras, histriónicas y manejadas por el "monstruo de la fertilidad", pero al menos Fraser insistió en el casting de dos actores negros para representar a los sirvientes de la familia - roles que frecuentemente son sacrificados por cuestiones económicas en los elencos de teatro. "En mi opinión, son las personas más dignas y equilibradas de la obra. Tengo problemas con el uso de la palabra que comienza con ene (1), y la mención de la prostitución de niños... eso fue una píldora difícil de tragar para mí."

(1) N del T : Brendan se refiere a la palabra "nigger" que quiere decir "persona de raza negra" pero para los norteamericanos es una palabra excesivamente despectiva. Es prácticamente innombrable para ellos.

El suyo fue un hogar más civilizado y sin prejuicios. Hijo de un oficial de gobierno canadiense, tuvo una niñez itinerante como el hijo más pequeño de cuatro hermanos, cubriendo Norteamérica, Francia y Holanda, lo que le dio entrenamiento para la interminable ronda de nuevos comienzos de su profesión. A lo mejor, como resultado él no parece haber formado las mágicas amistades íntimas masculinas que Williams enaltece a través de Brick. En "Código de honor", una historia de antisemitismo en la preparatoria, él es protagonista junto a los famosos buenos amigos Matt Damon, Ben Affleck  y Chris O'Donnell, pero no demuestra deseos de revalidar el hecho de ir por la vida en grupo. "Voy a todos lados con Afton, ella es mi pandilla," dice suavemente de su esposa desde hace tres años. "La gente siempre la llama Smith, pero ella usa el nombre Afton Fraser. Hace mucho tiempo, ella actuaba, pero ahora ella es quien me hace posible, ella es mi productora." También es su principal ancla permanente a lo hogareño, las raíces a las que se aferra a medida que la fama va creciendo, y apenas puede dejar de mencionarlo, tan poco ducho que está en lo referente a la privacidad estrictamente custodiada de las estrellas.

"En la mitad de mi adolescencia, he vivido en tantos lugares, que me preguntaba quién era realmente. Me golpeó duro. Yo pensaba, creo que tendré que ser un poquito de todo, y siendo actor, eso ayuda." En el Cornish Collage of Arts, en Seattle, estudió los films de Sir Ian McKellen de Actuando a Shakespeare, y comenzó a admirarlo profundamente. "Hay un momento al final cuando él pone su mano sobre el cañón, y para mí fue como un sacramento." Cuando McKellen estaba haciendo "Ricardo Tercero" en 1995, Fraser le escribió, y una amistad, sin bien no pudo ser un rol, nació, basada en adulación por un lado y, sin duda, respeto por el poder de lo bello por el otro. En la película ganadora de un Oscar "Dioses y Monstruos" de Bill Condon, él representó al jardinero Clay Boone, musa y fantasía del director representado por McKellen. "No gané mucho dinero, pero al finalizar el film, sentí que obtuve el respeto de Ian. Fue como haber ganado una distinción."

Fue otro rol  que explora la disconformidad de su personaje con la homosexualidad. ¿A Fraser - quien rechazó el requerimiento de Condon de último minuto de hacer una escena de desnudo - le preocupa ser la imagen de un gay? "No estoy allí para cautivar, nunca, pero en esta obra, por ejemplo, la gente puede enamorarse de Maggie, y si quedan cautivados con Brick también, mejor para mí. Estoy ahí tratando de hacer lo que Ian me dijo, realizar cada actuación como si fuera la última." Si hubiera sido menos pragmático, menos exitoso y si le gustara menos su casa en las colinas de Hollywood, Fraser se habría convertido en un actor de teatro frustrado, una víctima de su manifiesto respeto hacia los grandes del teatro clásico. El ama los ideales del teatro, pero ha hecho poco desde que dejó el colegio. Estuvo "Four Dogs and a Bone" (Cuatro perros y un hueso), dirigido por Lawrence Kasdan, pero se ríe de la experiencia de estar de cara al público representando una obra acerca de Hollywood para una audiencia de Los Ángeles. "Cuando uno de los personajes tiene que sostener una copia de Time con Steven Spielberg en la tapa, la audiencia estaba mirando a Steven para ver como reaccionaba."

Brick (la gata en el tejado de zinc caliente)Por suerte él conoce sus fuerzas. En tanto que las películas populares le permitan cambiar el ritmo y seguir aprendiendo, no ofenderán su sensibilidad ni activará la presunción que tiene su escuela de drama con respecto a las audiencias masivas. "Cuando egresé, aprendí que debería haber algo de celos en todo eso." Principalmente, uno asume, cuando sus compañeros pudieron ver el destino escrito en un rostro encantador. Sin embargo, hablale de apariencia física a la criatura que es un  dios de Maggie la gata y sentirá vergüenza. "Oh, no creo realmente que..." Vamos, insisto, es un hecho. "Bueno, es muy amable de tu parte, pero es un don. Tengo mucho más para ofrecer que eso. Lo que estoy buscando es la diversidad. Los actores que me gustan se reinventan a sí mismos. Quiero decir, Bob Hoskins, ¿dónde está?"

Si a Fraser le falta algo como actor, es un indicio de intimidación creíble; aún en su momentos de mal genio o cuando arroja con violencia su muleta como el borracho Brick, él parece como un cupido a quien le duele la muela más que un marido golpeador. Créanme, dejarían a sus hijos a su cuidado sin pensarlo dos veces. (Lo cual es una buena noticia para esa niñera electrónica, la industria del video.) La sinceridad brota de él en cálidos ademanes,  y lo más conmovedor de todo es el contraste entre su robusto marco de 1,92 mts de altura y su dulzura. El encanto en la pantalla es nauseabundo cuando es fingido pero no tiene precio cuando es real, como en este caso. "Cuando los niños de seis años vienen y me abrazan en los aeropuertos y dicen: '¿Cómo estás, George?'", él sonrie, "mi corazón simplemente se derrite."

Él no tiene deseos de sondear las oscuras profundidades de la psiquis, de jugar papeles matones y fanáticos de la droga tan apreciados en las escuelas de actuación en la pantalla post metódicas en las que De Niro es Dios. "El público me acepta más en roles en los que hay un sentido de la justicia triunfando sobre el mal, puede ser porque trato tanto de ser honesto. Siento que realmente tengo algo para decir cuando llega el momento de hacer la elección correcta. Vos sabés, decir: no, lo que estás haciendo es absolutamente incorrecto. No se de dónde viene, es algo que está en mi."

Es fácil ver a Fraser como un Tom Hanks con músculos, o un Val Kilmer sin ego, pero entonces las reglas son eternas y básicas. Para "La momia regresa" se le requirió que corra cuesta arriba en el Tower Bridge (famoso puente en Londres) mientras se estaba abriendo. "Mi doble me dijo que el último actor en hacer eso fue John Wayne. Así es que ya tengo motivos para jactarme de ello. ¿Cómo decir que tenés demasiado miedo para hacerlo? Quedás obligado a arriesgar tu vida." ¿Mira él esas películas de brabucones? "Miraba más cuando era más joven. Son grandes juguetes para grandes niños, son divertidos y de un trabajo arduo." Aunque la película, derivada de "La Momia", que está por venir, "El rey escorpión", se ha hecho sin él, podría ser tentado para hacer otra de la serie de la momia.

Antes de eso, protagoniza junto a otro de sus héroes, Michael Caine, cuyo libro sobre la actuación en cine ha devorado junto con los soliloquios de McKellen, en la adaptación de la novela de Graham Greene dirigida por Phillip Noyce, "El americano", ambientada en los últimos días de Indochina, Fraser personifica a Alden Pyle, un miembro del equipo de ayuda humanitaria en busca del bien. Mientras filmaba en las calles de Saigón, Fraser se hizo el amigo de un estafador callejero quien trató de venderle una fotocopia de la novela."Le dije a ella: 'Mirame y recordá mi cara, porque verás que yo soy el americano tranquilo'. Ella dijo: 'No creo que sea así, sos muy chillón.'" Se rió por dentro, lo extraño fue que no se la llevó a su casa.

¿El estrellato es tan bueno como él necesitaría que fuera? A pesar de la seguridad, aquellos quienes enloquecen por él y los momentos difíciles, él es muy optimista como para no amarlo. "Si alguien está gritando mi nombre mientras saca algo de su cartera, me descontrola, pero hay momentos en que en alguna parte de mi mente flamean serpentinas que obtuve aquí. Soy un buen tipo, y puedo soportar ser maltratado. Puede ser que no sea muy inteligente a veces, pero soy fuerte, y necesito sentir que el trabajo está bien hecho. En el futuro, quiero tener hijos, y mi esposa y yo soñamos con un hermoso y feliz futuro juntos. Estar en esta obra en estos momentos es el paraíso."

El se abre camino sólo. Oculto en su equipaje para Londres había un DVD de "When We Were Kings" (Cuando éramos reyes), la historia del Murmullo en la Selva (la pelea de box de 1974 entre Muhamad Ali y George Foreman en Zaire), que es su inspiración. "Es esa idea de que podés superar las posibilidades, de que podés decir: 'vamos, muchacho, podés hacer esto'. Y podés." Después me cuenta, aunque yo nunca le pregunté, que Afton prefiere los clásicos en blanco y negro, y ella está enamorada de James Dean. "Cuando salí, ella me dijo que se iba a una cita con un corpulento muchacho de ojos marrones, que hace lo que ella le dice sin protestar." Este rival resultó ser un caballo llamado Cedric, que la señora Fraser había estado montando en el parque. "Afton es maravillosa. Ella me enseño a amar, pero yo aún tengo mucho camino que recorrer."

No es la clase de cosas que un joven dice en las entrevistas, pero Fraser no tiene ninguna vergüenza en mostrar sus sentimientos, ese es su atractivo en esta industria cínica. "Rescata a la doncella en apuros, mata al chico malo, salva al mundo," es como el héroe de La Momia resume el trabajo. El actor no discrepa demasiado de esa opinión.

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