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Pero David está hecho de hierro moldeado
por el fuego de ese odio y fanatismo. Enfrenta a sus acusadores, se sostiene en
sus valores y rescatando la estrella de David se fortalece frente a nuestros
ojos. Un crítico dijo: "Gradualmente se endurece sin venderse", frase
que podría ser aplicada a casi todas las caracterizaciones de Brendan Fraser:
todas son diferentes, pero todas tienen una coraza de integridad que nada puede
romper.
 Gin B, cuando escribe su ensayo sobre
"Código de Honor" en el BFFC (y del cual acaban de leer algunas
partes traducidas) habla del arribo de un nuevo arquetipo en la pantalla:
"El Príncipe de los Solitarios", el héroe que ha llegado para
aquellos que no encajan, los diferentes.
Fuente (inglés): http://bffc.org/real/schoolties.htm
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Aunque "Código de Honor" fue
injustamente dejada de lado por lo críticos contemporáneos que la consideraron
demasiado parecida a "La sociedad de los poetas muertos", su elenco de
jóvenes actores fueron reconocidos por su buen trabajo de grupo. Casi todos
ellos continuaron su carrera con gran éxito, incluyendo entre otros, premios y
nominaciones a Oscars y Globos de Oro. Ningún otro film de los 90 puede
adjudicarse la distinción de producir a tantas futuras estrellas. Con el
tiempo, "Código de Honor" ha ido ganando respeto a medida que la
gente se da cuenta de su mensaje universal: la necesidad de ser honesto con uno
mismo aún cuando se corra el riesgo de ser odiado por ser meramente diferente.
Desafortunadamente, la figura del fanatismo y el odio de un grupo poderoso hacia
cualquiera de afuera que se atreva a irrumpir en su mundo es tan real hoy como
lo fue en 1955 (época en que se desarroya la película) o en 1992 (año en que
fue filmada).
David Greene se encuentra frente a un
gran dilema: si revela su religión a sus compañeros del San Mateo, lo
discriminarán y le harán la vida imposible hasta hacerle perder su beca y su
posibilidad de ingresar a la universidad de Harvard. Pero si oculta su identidad
judía, estará violando su propio código y deshonrando a sus padres y a su fe.
Dilema que los adultos complican aún más con sus mensajes: ingresa al grupo
pero recuerda la fe de tus padres; no le digas más de los que tengan que saber;
gana el juego pero no reveles tu secreto.