Brendan: "Había un niño
parado justo en la salida del estacionamiento que tenía un montón
de estos perros, y tenía la cara más triste que la que tenía la
perrita. Yo no sabía si la chihuahua se llevaría bien con
Wiley,
mi otra perra, entonces para probar hice un trato... le di todo el
dinero que tenía en mi billetera, que eran unos sesenta dólares, y
dije, '¿Puedo simplemente rentar un perro?' . Entonces la perrita
se vino a casa conmigo y
Wiley y Lucy son grandes amigas."
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