ENTREVISTA EN EL SET DE FILMACION DE LOONEY TUNES
La clase fuerte y callada
Por Jane Bussmann (dic 2002)
Brendan Fraser
me guió cortésmente a través de un portón tan alto como la catedral. "Esta es la
llamada puerta del elefante," él murmura. "El otro día entré verdaderamente
montado en una elefanta - Thai, la famosísima elefanta de películas. Había
estado con ella antes en
George de la selva. Me gusta pensar que ella me
reconoció - estuvo salpicándome moco tal como solía hacerlo. Habría la boca y le
acariciabas la lengua, que es como una gamuza dos veces el largo de mi brazo. He
estado montando elefantes en taparrabos, y te digo que es como montar un cepillo
para barbacoas."
Actualmente Fraser está en los históricos estudios de la Warner Brothers trabajando con las estrellas veteranas de Hollywood el Pato Lucas y Bugs Bunny (así como también con Steve Martin y John Cleese) en Looney Toons: The Movie, un largometraje de acción en vivo de los famosos dibujitos animados.
Una vez que pasamos el portón estamos en la jungla; miles de lianas cuelgan a ambos lados. Sobre nosotros, un telón de fondo de árboles desaparece en el infinito, y en frente, un templo de monos perdido - hecho laboriosamente con poli estireno tallado - se eleva 9 metros en el aire. Este no es un film de bajo presupuesto.
La escena tiene al pato Lucas, quien está presente sólo en la forma de la voz del actor Bruce Lanoil, corriendo a través de espigas de bambú con las tradicionales consecuencias ("Ou! Uuhh! Ablándense!" balbucea Lanoil) Un modelo de Bugs Bunny está parado en un claro. "Usamos los modelo para que sepamos a qué altura mirar luego se sacan para la toma. Y los vuelven a poner con las computadoras," explica Fraser.
El primer asistente de dirección ruge, "Deshacete del conejo! Brendan, estás todo el camino en tus zancos!"
Con un Pato Lucas invisible dando brincos hacia él, Fraser tambalea animosamente sobre sus zancos invisibles. "Y pensar" el actor dice luego, "que solían expulsarme de la clase por hablar con mis amigos imaginarios."
El viejo Hollywood tiene su stock de jugadores: estaban, por ejemplo, el líder macho, que se bamboleaba desde las arañas de techo, espada en mano. Después estaba el personaje sensible, generalmente borrado en el acto dos por parecer francés. Pero más exitoso que ninguno era uno más complejo - los irónicos héroes de acción.
Estos atractivos comediantes se chocaban contra las cosas pero aún eran considerados "sexy" porque estaban dentro de lo gracioso. Desde Cary Grant arremetiendo contra un leopardo hasta Harrison Ford esquivando gigantescas rocas de poli estireno y George Clooney deslizándose a través de inverosímiles lasers en un casino, un ídolo de matinée que se da cuenta que lo divertido es el oro de las boleterías. Este es el secreto del éxito de Brendan Fraser.
A la edad de 21, Fraser hizo una corta visita a Hollywood en su camino al colegio en Texas. Nunca llegó allí, pero en cambio ganó una pequeña parte en la película de River Phoenix Dogfight y terminó con una carrera de cine que ha ganado hasta ahora estimadamente 1,2 billones de dólares en entradas vendidas.
Mide 1,90 y es ilógicamente telegénico, pero así son la mayoría de los vendedores de revistas de Los Angeles. Aunque Fraser puede verdaderamente actuar. Lo más importante es que él mantiene su ingenuo sentido del humor sea lo que fuere que lo persiga, ya sea un faraón en estado de putrefacción, un Bugs Bunny generado por computadora o el señor Ian McKellen.
"No sobrepases al camarógrafo," dice cuando se le pide que resuma su técnica. "Ni demasiado rápido, ni demasiado lento, movete cuando lo necesitás - y así no tenés que hacer otra toma."
En medio de aventuras de poli estireno tallado como en La momia (1999) y su secuela (2001), la sátira de Tarzán George de la selva (1997) y la extraña fantasía Monkeybone (2001), Fraser regularmente pone su cuello en la cuerda con trabajo más riesgoso.
Por cada Al diablo con el diablo (2000) - una comedia con la diabólica Elizabeth Hurley - hay un Código de Honor (1992), en la cual Fraser sensiblemente juega el rol de un prodigio del fútbol americano a quien se le promete un lugar en Harvard con la condición de que no diga que es judío.
In la película nominada al Oscar Dioses y Monstruos (1998), Fraser se mantiene firme frente a un exitado sexualmente McKellen; y en el nuevo estreno The Quiet American, la adaptación de la novela de Graham Greene por Phillip Noyce, Fraser se enfrenta a un cruel Michael Caine.
Fraser ya había aprendido la forma de trabajar de Caine del mismo Caine antes de encontrarse. "En la escuela de actuación, siendo un traga, compré su libro sobre actuación en cine," dice. ¿Practica Caine lo que enseña?
"¿Sabés qué? De todas las técnicas que mencionó en el libro, no usó ninguna. Como lo de que los ojos vivos y no vivos." Fraser demuestra matices de estados de alerta visuales. "Algo, nada. Después me encontré con él, y está en "algo" todo el tiempo."
Si bien es de ojos enormes y sonrisa amplia tanto fuera de la pantalla como dentro de ellla, Fraser es una cosa rara: un actor que en verdad es más alto en la vida real. Apoyándose sobre su "Starwagon" (una especie de cochecito de golf para que los actores se muevan de un lugar a otro) bajo el feroz sol de Los Angeles, hoy está vestido como una versión de una persona mañosa de Looney Tunes, con un chaleco blanco inmaculado.
"Yo hago de el doble de Brendan Fraser, el actor," dice inexpresivamente. "Es la viva imagen de él. Brendan no ha estado trabajando últimamente - algo pasó en La momia regresa con lo que la gente no estuvo demasiado conforme... Brendan Fraser es un poquito engreído. Creo que se va a comer una piña de mi personaje."
Fraser habla tan bajito que uno comienza a preguntarse si uno se está quedando sordo. Sus modales son muy del viejo Hollywood, como que automáticamente sostendrá la puerta abierta mientras paso o que tomará mi mano cuando bajo las escaleras; parece haber un acuerdo tácito entre nosotros, como que si 400 nazis aparecen repentinamente del estudio 10, Fraser me subiría rápidamente a un camello y me sacaría de allí.
Aparte de tal galante comportamiento, tiene el encanto del hermano menor (Fraser es el más chico de cuatro hermanos) que hace que su último rol como el villano de dos caras de Graham Greene sea genuinamente siniestro. Después de todo, él generalmente juega papeles de tipos buenos.
"¿Me creerías como un tipo que no es bueno?" pregunta. "Probablemente sea la razón por la cual Phillip Noyce me llamó - aquí hay un tipo al que nunca te imaginarías que haga algo tan atroz como Alden Pyle."
Pyle es el americano tranquilo en el Vietnam ocupado por franceses en 1950 quien arrastra al reportero británico Fowler (Michael Caine) a un agónico triángulo amoroso que lleva a una serie de sobrecogedoras revelaciones, y finalmente al homicidio.
Pyle es un enviado de ayuda norteamericana que trae la vista a los ciegos, mientras que el mundo de Fowler está poco claro por la adicción al opio. La visión, o la falta de ella, es el tema central de la historia.
"Fowler es el europeo aburrido del mundo - nada nuevo, nada va a cambiar, está allí simplemente para beber hasta la muerte y para estar con esta jovencita," dice Fraser.
"Luego un joven idealista e inmaculado llega vistiendo un chaqueta de lana, representando a los intereses norteamericanos: las mejores de las intenciones, pero por debajo hay algo peligroso que no se puede dilucidar. Este es un cuento aleccionador."
El libro de Greene pide a gritos que Europa se despierte y que haga que Norteamérica deje de llevar a otros países a la guerra. Justamente como Norteamérica lo tiene catalogado como un chico bueno, Fraser ha elegido un momento interesante para situarse en la línea de fuego.
"Tengo problemas con mi nacionalidad," dice. "Soy un canadiense que 'nació en el exterior', nacido en los Estados Unidos, pero mis padres eran canadienses. Me crié como un canadiense - eso probablemente sueno como Tarzán que se crío entre los monos - y tengo esa mentalidad liberal canadiense, una mentalidad de 'che, vamos a hablar del asunto'. En los Estados Unidos simplemente se matan entre sí."
Poniéndose una chaqueta con un distintivo que dice 9-11, Fraser me guía hasta una especie de restauran en el medio del set de filmación de la Warner Brothers. Los nudillos de la estrella de acción están todavía sangrando. Brendan hace alusión a la pintura que tiene en su mano y sonríe haciendo una mueca.
Puede que sufra por su arte, pero Fraser está errado en cuanto a lo que el arte es: entretenimiento. Puede que Fraser tenga en su haber muchísimo material para pre-adolescentes, pero es trabajo del cual está orgulloso.
"Termino pareciendo un poco tonto mientras estoy haciéndolo y simplemente confío en que estoy realmente haciendo feliz a la gente con los resultados. Las películas para niños crean buenos beneficios."
Brendan y su esposa Afton ahora tiene un hijo, nacido en septiembre y llamado Griffin "porque parecía un dragoncito volador". Fraser, 33, ha estado con Afton desde los comienzos de los años 90 y se casaron en 1998.
Para parafrasear a Michael Caine acerca de Shakira (esposa de Caine), él dice que se siente como un clavadista de mares profundos explorando y que ella está en cubierta para asegurarse de que él tenga aire.
Siendo el devoto esposo y buen muchacho que es, Fraser es uno de los pocos hombres líderes que luego de trabajar con Elizabeth Hurley en Bedazzled ha salido libre de rumores de haber tenido un romance en el set de filmación (Denis Leary y Matthew Perry no escaparon tan fácilmente)
¿Se sintió rechazado? "En realidad me siento halagado de que a ella le importo lo suficiente como para no hacer eso. Me llevé realmente bien con ella."
Pero eso no quiere decir que Fraser no esté arriba jugando con su estatus de potro sex symbol - aunque seguro, aniñado y amigable. Lo cierto es que una de las mejores bromas en George de la selva, la maravillosa historia de un Tarzán que se bambolea de árbol en árbol, ("él es veloz, es fuerte, es inteligente, es un inconsciente!"), muestra una fiesta de la alta sociedad desierta de damas invitadas porque afuera George está persiguiendo caballos luciendo una camisa desabotonada.
Sin duda Fraser se sintió lo suficientemente seguro al hacer el homo erótico Dioses y Monstruos de bajo presupuesto, la historia del director de películas de terror de 1930 James Whale que se encapricha con su jardinero, representado por Fraser.
"El proyecto fue rechazado por todos los grandes estudios de Hollywood. Fue filmada en 28 días por algo de 2,8 millones de dólares," dice el hombre al que se le pagó mas de cuatro veces esa cifra por su trabajo en La momia regresa.
"Si teníamos una toma sin que haya un avión sobre nuestras cabezas, decíamos, '¿Hay cinta en la cámara? Bueno! ¡Muévanse!'. Yo llevaba a McKellen en mi Volvo porque lo subían a una camioneta pick-up. ¡No se le hace eso a un Señor!"
McKellen era, aparentemente, travieso y con tendencia a hacer bromas. "Dejaba una gran cantidad de incienso prendido en mi trailer. Yo lo habría y el humo salía. Todos decían, 'Che, no la critiques, legalizala'"
La conversación retorna al trabajo de la tarde y la próxima escena de Fraser con el pato. De repente Fraser se pierde en los dibujos animados nuevamente. El pato Lucas salta - hay un trozo de soga y él dice, uh-oh, una trampa - y la salta - uuuuhhh! - y aterriza en el lomo de un camello. Muuuurgh! En estas cuchillas tipo licuadora que son realmente malignas - grrrfff! Escupe plumas y porquería y algo le pasa a su pico.
Se seca la frente, deleitado. Hay algo cautivador que tiene que ver con el placer que experimenta Fraser en hacer su trabajo - un antiguo y casi ingenuo disfrute.
Cuando lamentablemente le digo que se me hace tarde para una cita, Fraser salta de su asiento sin pensarlo un segundo. Deja su pescado a medio comer, paga el almuerzo y me pone en una limosina, mientras se va esquiva piezas de poliestireno tallado y miniaturas porque es un héroe de acción.