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EL QUINTO MANDAMIENTO

 

 

Introducción:   “Hemos tratado aquí”, dice Lutero (Cat. May., Mandamientos, #180), “Lo concerniente al gobierno espiritual y secular, o sea, lo relativo a la autoridad divina y paterna y a la obediencia que a ambas se deben.   Salgamos ahora de nuestro hogar para dirigirnos a nuestros vecinos y para aprender cómo hemos de convivir mutuamente; es decir, cómo han de ser las relaciones de cada uno de nosotros con el prójimo.”   Dios en efecto nos muestra cómo debemos considerar a nuestro prójimo en su persona. Nuestro cuerpo y vida es el El más grande bien terrenal más grande que tenemos, y es este beneficio queque tenemos nosotros los humanos es nuestro cuerpo y vida.  Dios protege este bien en el quinto mandamiento.

 

1.   Primero vemos lo que Dios nos prohíibe en este mandamiento.   Pregunta 47.

 

Dios nos dice: “No matarás.” Con este mandato Dios se dirigehabla a ti y a mí y a todos los humanos.   Cuando nos Dios tiene que prohibprohíbeir el asesinato a todos los humanosel asesinato,.  Con eso Dios demuestra que todos necesitamos eltal mandamiento, porque por naturaleza todos somos asesinos delante de él.   Y todos nos reconoceremos que tenemos que confesarnos culpables de esto cuando preguntamos aquí qué significa matar.

 

a.   Dios nos dice que no debemos matar.   Ustedes saben lo que comúnmentecomunmente se entiende conpor matarello.   Lo vemos en la historia de Caín, Gén. 4:8;.   Caín mató a su hermano Abel, dele dio un golpe mortal.   Matar quiere decir en primer lugar dar a alguien un golpe mortal a alguien, o quitarle a alguien la vida.   Sin embargo, Dios no quiere que le quitemos al prójimo su vida,.  sinoDios en este mandamiento protege la vida de los hombres.   La vida es un gran beneficiobien.   Todos los demás bienes terrenales dependen de élesto.   Nuestra vida es un tiempo de gracia que tenemos aquí en la tierra,.  Dios ha dado este un gran beneficiobien que Dios ha dado a los hombres.   Si Dios ha dado la vida, solamente sólo él tiene el derecho de quitarla otra vez cuando le plazca a él.   El que mata, el que quita a otro su vida, roba a su prójimo la más grande posesión en la tierraun gran, sí, el más grande bien terrenal e invade y hace incursión en lo que es el derecho de Dios, lo cual.  Eso luego es un horrible pecado. -- Dios ha establecido un castigo terrenal especial para este grave pecado del asesinato también un castigo terrenal especial.   Gen. 9:6; Mat. 26:52.   El El que quitea a su prójimo la vida también debe ser castigado debe ser castigado con la muerte por los hombres, y eso por los hombres.  .Para llevar a cabo este castigo y quitarles a los asesinos la vida, Dios ha establecido la autoridad civil para aplicar este castigo.   Rom. 13:4.   Al hacer estoTambién en esto es un siervo de Dios.   Lleva la espada; lo cual quiere decir que tienetiene luego el poder y el derecho dea imponer el castigo capital.   Y no lleva la espada en vano, sino.   dDebe ejercer este derecho y castigar al homicidaasesino que ha derramado sangre humana.   Así cuando la autoridad civil castiga con la muerte a un asesino convicto, no comete violaciónviola del quinto mandamiento, sino actúa según el mandato de Dios como su siervo.   Pero aparte de esto nadie debe quitarle la vida a su prójimo.   Tampoco debemos quitarnosponer mano a nuestra propia vida.   No somos señores sobredueños de nuestra vida, sino la hemos recibido de Dios.   El suicidio es un pecado abominable.   El que se quita la propia vida, como Saúl y JudasJudás, arbitrariamente acorta su tiempo de gracia y se echa a sí mismose arroja al infierno.

 

Porque Dios es el autor de la vida, Jeremías 1:5, y nos la ha dado aun antes de nacer, Salmo 139:13, con el fin de que tengamos el tiempo de gracia que él determine para nosotros, el aborto es también asesinato, y una grave ofensa contra el quinto mandamiento. Tampoco debemos intervenir para quitar la vida a los que estén incapacitados o tengan el dolor, sino dejarle la decisión de cómo y cuándo quitar la vida al Señor que ha dado la vida. Hechos 17:25; Proverbios 6:16-17.

 

Sin embargo, no solamente comete asesinato sólo el que con su propia mano se quita la vida de sí mismo o la de su prójimo.   David también es llamado un asesino en la Escritura, 2 Sam. 12:9.   David no había quitado con su propia mano la vida de Urías, pero había dado el mandato de que se le matarafuera muerto, 2 Sam. 11:15.   También es aAsesinar es también hacer algo por el cual se quita la vida del prójimo.

 

b.   El Señor prohíbe Hay todavía más que el Señor prohibe.   Nuestro Catecismo nos dice que matar quiere decir hacer daño a nuestro prójimo y amargar su vida.   Hacer daño a nuestro prójimo enDañar su cuerpo quiere decir herirlole en su cuerpo.   Eso hizo pPor ejemplo, Pedro hirió a Malco, hiriéndolo en su cuerpo.   Mateo 26:51.  Eso eEs lo que sufrió aquel el hombre que cayó entrede parte de los ladrones quienesque lelo golpearon y lo dejaron medio muerto (Luc. 10:30.)   HacerHaciendo tal ese daño a nuestroal prójimo no siempre inmediatamente le quita la vida de inmediato, pero muy frecuentemente sucede que como resultado del daño que ha sufrido la personase muere más pronto;, su vida se le ha acortado su vida.   El que hace daño a su prójimo en su cuerpo y con eso acorta su vida es un asesino a los ojos de Dios.   Tampoco debemos acortar nuestra propia vida, hacernos daño a nosotros mismosafligiéndonos con las preocupaciones, las pasiones, etc. -- Tampoco debemos amargar a nuestro prójimo ;en su cuerpo, eso es, no debemos hacerle nada por medio del cual su vida se amargadaamargue.  Así Faraón sobrecargó a los hijos de Israel con trabajo y les hizo amarga suamargó la vida (Ex. 1:14).  Así lLos hijos de Jacob le amargaron a sula vida de su viejo padre la vidaanciano con su la maldad que cometieron contra su hermano José, de modo que se quejó de que con amargura tendría que bajarse al sepulcro.   Gén. 37:31-34.  Así fFrecuentemente sucede, que uno por medio de lasmediante palabras, por hablar mal, uno agravia al prójimo por medio decon insultos y calumnias y así amarga su vida.   Jer. 18:18.   El que deen cualquier manera amarga la vida a su prójimo es a los ojos de Dios es un asesino.

 

c.   Pero Sin embargo, no debemos ver solamentesólo a la obra externa.   Dios mira elal corazón.   El Señor dDice que el asesinato procede del corazón, Mat. 15:19. El caso del primer asesino, Caín, especialmente  muestra cómo se Cómo finalmente se llega al homicidio, ves especialmente en el caso del primer asesino, Caín.  Caín estaba eEn su corazón estaba celoso de su piadoso hermano Abel porque Dios había miradomiraba con favorbien la ofrenda de Abel.   Debido aPor tales sus celos, se enojóse puso enojado, se airó contra su hermano.   Y cuando a pesar de toda advertencia de Dios no dejó a un lado su ira, éstasu ira se convirtió en odio, de modo que al fin mató a su hermano, motivado por el enojo y el odio.   ÉEsos son los amargos sentimientos del corazón, de los cualesdonde proeceden eal homicidio.   Lutero dice en el Catecismo Mayor, Mandamientos, #186:, “Al estar prohibido el asesinato, queda prohibido también todo motivo que pudiera originarlo;... Dios desea desaparecer así el origen y la raíz, por las cuales nuestro corazón está amargado con el prójimo.”   Así Dios también prohíibe en este mandamiento que nosotros guardemos ira y odio contra el prójimo en el corazón.   Eso lo dice el Señor deen una forma clara ye comprensibleintendible, Mat. 5:21-22.   Enojarse es una transgresión del contra el quinto mandamiento.   Juan dice:   Ttodo aquel que aborrece a su hermano es homicida”, 1 Juan 3:15.   Dios considera Llos pensamientos malvados pensamientos de odio comoson asesinato delante de Dios.   Aun cuando el prójimo nos haya hecho alguna injusticia no debemos tener ira ni odio contra el prójimoél.   Rom. 12:19.   No debemos vengarnos, sino más bien debemos dar lugar a la ira de Dios.   ÉEl quiere castigar la injusticia y tomar la venganzavengarse.   Dios quiere, como Lutero dice (Cat. May., Mandamientos, #188):, “que el corazón no sea enemigo de nadie ni desee el mal por ira o por odio, de tal modo que el cuerpo y el alma sean inocentes con respecto a cualquiera y especialmente con respecto a quien te desea o haga el mal, pues hacer el mal al que te sea y hace el bien para ti, no es humano sino diabólico” -- Con estoAsí ya tenemos todos sin excepción tenemos que reconocer que hemos cometido transgresión contra el quinto mandamiento y somos todos somos culpables del pecado.

 

2.   Luego vemos lo que Dios nos manda en este mandamiento.   Pregunta 48.   Nuestro catecismo lo expresa de esta forma:   Debemos temer y amar a Dios de modo que le ayudemos a nuestro prójimo y le protejamos en todo peligro y necesidad.”

 

a.   Lo que eso significa e incluyeincluye lo aprendemos mejor de en la historia del buen samaritano,.   Luc. 10:30,31,.  dDe la cualesta historia podemos ver cuálesqué son las necesidades del cuerpo.   Ese El hombre que cayó entre en manos de los ladrones se encontrabaó con en necesidad en su cuerpo.   Fue herido y dejadoLo hirieron y lo dejaron medio muerto.,   al robarleSe le habían despojado, se le habían quitado todo lo que era necesario para mantenerse su con vida.   La necesidad del cuerpo es todo lo necesario para protegernos contra lo quetoda necesidad que amenaza a nuestro cuerpo y a nuestra vida.   Y hay un sinnúmero de tales esas necesidades:   la pobreza, la enfermedad, estar sin casa, etc.   Para prevenirlas tales necesidades tenemos necesidadnecesitamos de una variedad de medios terrenales.   El peligro y la necesidad del cuerpo es todo lo que amenaza o hace daño al cuerpo. -- Cuando existanEn tales esas necesidades del cuerpo debemos ayudar al prójimo.   Eso es lo que hizo el samaritano;.  Vvendó las heridas del pobre hombre, lo llevó al mesón y lo atendió.   Loe ayudó a salir del peligro en que estaba.   De manera semejanteAsí Abraham ayudó a Lot, Gén. 14:12, 13.   Así nNosotros también debemos ayudar al prójimo en todos los peligros que amenazan de su cuerpo y vida.   El Señor quiere que actuemos así. Esa es la voluntad del Señor para nosotros.  Is. 58:7.   Debemos hacerlo, así no porque el prójimo lo haya merecido, sino porque es de la misma carne que nosotros, es un ser humano como nosotros. -- Pero No obstante, no debemos solamente sólo ayudar a nuestro prójimo, sino también protegerlo a nuestro prójimo en todos los peligros y necesidades del cuerpo.   Proteger es prevenir que nuestro prójimo entre esté en peligro.  Eso lo El samaritano también ha hecho  esoel samaritano.   Si hubiera dejado al pobre hombre a sus propios recursos, así como estaba él, muy pronto hubiera estado en peligro otra vez.   Pero Más bien, el samaritano se preocupó de que el hombre fuera atendido también en su ausencia.   Así nosotros debemos proteger al prójimo en las necesidades de su cuerpo, eliminar el mal a fondo, no cansarnos, no dejar de ayudar hasta que realmente sea ayudado. -- Tal ayuda dDebemos dar ayudar a todos los hombres.   El Samaritano demostró ayudaayudó a un enemigo de su pueblo, a un judío.   Hacer bien en una forma cristiana será ayudar en tal forma que lo demostremos a nuestros enemigos, a los que nos han hecho mal.   Rom. 12:20.   Por medio de tal hacer bienAsí amontonamos ascuas de fuegocarbones encendidos sobre su cabeza, es decir,  tal vez hacemos que se avergüencenaverguenzen y se entristezcan por sus malas obras. -- El que niega ayudar a su prójimo en el peligro y la necesidad de su cuerpo, cuando puede ayudar, comparte la culpa si su prójimo no es librado de su daño y amargura, y ante Dios es un asesino, un transgresor del quinto mandamiento.   (“Con razón Dios llama asesinos a todos aquéllosaquellos que no aconsejan ni ayudan en sus calamidades y peligros corporales y de la vida en general.”   Cat. May., Mandamientos, #191.)   Y así como no debemos cometer asesinato, Dios también nos manda que nosotros nos ocupemos y cuidemos debidamente nuestra propia vida, nuestro propio cuerpo (Rom. 13:13,14.)

 

b.   Hemos oído que todo asesinato procede del corazón, peroasí también toda buena obra que es conforme a este mandamiento también tiene que salir del corazón.   Se nos dice del que el samaritano que fue movido a misericordia hacia su prójimo.   Lucas 10:37.   Debemos ejercer misericordia, debemos ser movidos a misericordia hacia nuestro prójimo.  La misericordia es lLa actitud del corazón que Dios exige de nosotros aquí es la misericordia, que tengamos un corazón misericordioso, un corazón que demuestre tal actitudmuestre misericordia frente a las necesidades del prójimo.   Debemos ayudar al prójimo por amor del corazón y por misericordia, y beneficiarlo en toda necesidad de su cuerpo. -- No debemos guardar ira y ni odio contra el prójimo;, sino por lo contrario, debemos guardar una actitud generosamansa y pacífica hacia él.   Si él nos ha hecho daño, debemos reconciliarnos, estar listos apara perdonarlo.   ÉEsta es la actitud que el Señor desea verquiere ende nosotros.   Mateo 5:25.   El que no se reconcilia, el que no quiere perdonar al prójimo, tampoco recibirá el perdón de Dios.   Por otro lado Dios dará a los misericordiosos, a los mansos y a los pacificadores un glorioso galardóngalardon de gracia.   Mateo 5:5,7,9.

 

Finalmente debemos ejercernos estar constantes en realizar todas estas obras por el temor y amor a Dios, hacer todo por causa de Dios.   Entonces por los méritos de Cristo Dios se agradará de tales esas obras, tanto que en el último día los presentará como obras que se le hanque han sidos hechos a él mismo.   Mateo 25:31-46.