 |
|

|
Numismática (del griego nomisma, 'moneda'), término
que designa el estudio y coleccionismo de monedas
y papel moneda emitido por una nación con el diseño
oficial del país. La numismática engloba también
el coleccionismo de insignias, medallas y piezas
afines. |
Durante siglos todas las monedas,
salvo las de valor ínfimo, poseían un valor intrínseco,
es decir, contenían una cantidad de oro o plata equivalente
a su valor. Sin embargo, la mayoría de los países
ha sustituido sus monedas de oro o plata por otras
fabricadas con metales baratos, que no poseen ningún
valor intrínseco.
En los tiempos antiguos las piezas de oro o plata se empleaban
como unidad de cambio para adquirir otros productos. Su
valor estaba determinado por su peso, y el peso y la pureza
del metal se examinaban minuciosamente cada vez que la pieza
cambiaba de manos. En Asia Menor, alrededor del 600a.C.,
en Lidia se utilizó el electro, una aleación natural de
oro y plata, para fabricar unas pequeñas cuentas en forma
de riñón con un peso y una pureza fijas, sobre las que se
estampaban los símbolos oficiales. Hacia el año 550a.C.
la acuñación de moneda era una práctica común en todas las
ciudades comerciales del mundo. La mayoría de las monedas
griegas llevaban la imagen de sus dioses o diosas, mientras
que en las monedas de la antigua Roma (desde el siglo I
A.C. al siglo V D.C.) se grababan con el retrato del emperador.
Como el islam prohibe la representación de la figura humana,
las monedas árabes sólo llevaban en su anverso y su reverso
inscripciones del Corán, el libro sagrado de la religión
islámica.
La plata ha sido el metal más usado para el comercio en
el Lejano Oriente. Se fundía en pastillas o lingotes de
diversas formas que llevaban grabado el nombre del mercader,
así como la denominación y la pureza del metal. Las monedas
redondas de tipo occidental no aparecieron hasta 1870 en
Japón y 1889 en China.
Salvo en Oriente, la mayoría de las monedas del mundo se
acuñaron a mano hasta aproximadamente el año 1500. Los italianos
inventaron entonces unas prensas capaces de producir discos
de metal perfectamente redondos, en los que posteriormente
se grababa el dibujo. El descubrimiento de América, con
su riqueza de metales preciosos, permitió aumentar considerablemente
la producción de monedas, entre las que figuraban grandes
piezas de plata. En esta época cada reino, ducado, principado
o ciudad libre del mundo occidental emitía sus propias monedas.
La acuñación de monedas en el Nuevo Mundo comenzó en 1535,
en Ciudad de México, tras la conquista española. Se produjo
entonces el real de a ocho que circulaba por Europa y el
Nuevo Mundo, dominando el comercio mundial.
- Colecciones de monedas
|

|
Las monedas, tanto las antiguas como las modernas, se coleccionan
bien por su valor artístico, o como mero pasatiempo. El
número de coleccionistas en todo el mundo se eleva a millones.
Los historiadores consideran las monedas como un espejo
de la historia; en ellas aparece el retrato de los monarcas
y gobernantes de cada época. Las inscripciones y dibujos
de las monedas romanas aludían por lo general a acontecimientos
importantes. Los arqueólogos se sirven de las monedas para
reconstruir la economía, las formas de comercio, las costumbres,
las religiones, la historia política y el arte de todas
las épocas. Los coleccionistas de monedas buscan ante todo
la belleza, la rareza y la historia que encierra cada una
de estas piezas. A esto se añade la emoción que entraña
buscar una determinada moneda, o el reto de identificar
un ejemplar poco común. También disfrutan organizando y
mostrando su colección. El mayor atractivo del coleccionismo
reside en la posibilidad de encontrar monedas raras a buen
precio y la esperanza de que la colección aumente de valor
con el paso del tiempo.
El valor de mercado de cualquier moneda, es decir, el precio
que se paga por ella, está determinado por la ley de la
oferta y la demanda: la cantidad de monedas disponible y
el número de coleccionistas interesados en adquirirlas.
Cuando una moneda se considera una pieza rara, su valor
aumenta cada vez que cambia de manos. Un elemento esencial
a la hora de determinar el valor de una moneda es su estado
de conservación. Cuando la pieza se encuentra en perfecto
estado, esto es, como en el momento de su emisión, su valor
puede llegar a multiplicarse con respecto al de otra pieza
igual pero gastada. La mutilación y el deterioro reducen
notablemente el valor de la moneda. Los coleccionistas y
vendedores de monedas tienen su propia terminología para
describir el estado de conservación de las mismas: como
nueva (FDC, del francés Fleur de Coin, 'moneda flor'), sin
poner en circulación, extremadamente valiosa, muy valiosa
y valiosa.
Los coleccionistas comienzan por lo general su colección
con las monedas de su país, que son las más asequibles.
En este tipo de colección cada fecha o variación en el diseño
cuenta como una moneda diferente: el objetivo es no sólo
adquirir un ejemplar de cada variedad emitida, sino también
ir consiguiendo piezas en mejor estado que las monedas ya
encontradas. Sin embargo, el número de monedas en circulación
es bastante limitado y el coleccionista debe recurrir al
intercambio o la compra para completar una serie.
 |
- Otra modalidad de coleccionismo muy popular
consiste en reunir monedas antiguas. En lugar
de buscar un ejemplar de cada fecha y variedad
dentro de una serie, el coleccionista busca
una sola moneda como símbolo de cada periodo
o reinado. Este tipo de coleccionismo tiene
especial interés, pues cada pieza es diferente
y posee su propia historia.
- Cuando el coleccionista se interesa también
por las monedas emitidas en otros países,
su campo de acción puede abarcar decenas de
miles de piezas. Las colecciones pueden ser
también de series o tipos de monedas de un
mismo país.
|
Determinadas fechas y variedades de monedas extranjeras
resultan muy difíciles de encontrar, por lo que el coleccionista
puede optar por reunir una colección formada por una moneda
de cada país, o centrarse únicamente en las monedas de carácter
conmemorativo. Cada vez son más populares las colecciones
temáticas. En este tipo de colección las monedas se clasifican
por su diseño y las personas u objetos que llevan grabados.
Animales, plantas, barcos, mapas, monumentos y motivos religiosos
son algunos de los temas más representados. La colección
puede ampliarse con las nuevas emisiones lanzadas en todo
el mundo que comparten un mismo diseño o tema.
Antes de adquirir una moneda cara, los coleccionistas deben
sopesar y analizar su compra con sumo cuidado, como se hace
al comprar cualquier otro objeto de valor. Es preciso determinar
su valor real en el mercado, es decir, la facilidad para
venderla y a qué precio, así como su valor potencial. El
coleccionista debe tener el conocimiento necesario para
saber si una moneda es auténtica, o confiar en el criterio
y la honradez del vendedor.
Los catálogos numismáticos proporcionan datos sobre los
precios de las monedas; sin embargo, la información más
actualizada y fiable es la que facilitan los vendedores
que se anuncian en las revistas especializadas, así como
la que aporta la Comisión internacional de numismática y
la Asociación internacional de expertos numismáticos. Los
coleccionistas pueden así comparar las ofertas de diversos
vendedores. Para estar al tanto de las nuevas tendencias
del mercado y compartir intereses y experiencias con otros
aficionados, los numismáticos pueden adherirse a una asociación
o club local. En España existen tres asociaciones: Círculo
filatélico y numismático, Asociación numismática española,
ambas en Barcelona, y la Asociación numismática madrileña.
El modo más elegante de exhibir la colección de monedas
es el mueble con bandejas extraíbles. Lo más adecuado, sin
embargo, es recurrir al sistema de álbum, con páginas de
plástico dotadas de compartimentos individuales para cada
moneda. Cuando la colección es muy grande lo mejor es emplear
unas cajas especiales con estuches. Para conservar la colección
en perfectas condiciones de seguridad es preciso tomar las
mismas precauciones que con cualquier otro objeto de valor. |
FUENTE: Enciclopedia
Encarta
|
|
|
|