A la mayoría de los gatos y a algunos perros les encanta el sabor a pescado. Las campañas publicitarias realizadas por algunos fabricantes de alimentos para animales de compañía han convencido a la gente de que los gatos prefieren el pescado sobre muchos otros alimentos. El pescado es una buena fuente de proteínas para perros y gatos, pero no aporta una nutrición completa. Por lo general, la mayoría de los pescados sin espinas tienen deficiencia de calcio, sodio, hierro, cobre y algunas vitaminas. Algunos tipos de pescado también contienen pequeñas espinas, que son difíciles de eliminar después de la cocción, y pueden introducirse en la garganta o en el tracto gastrointestinal del animal produciendo una obstrucción o una perforación.
El atún es el tipo de pescado utilizado habitualmente en la alimentación de los gatos, debido a que es muy accesible y barato. El atún enlatado en aceite contiene grandes cantidades de ácidos grasos poliinsaturados, por lo que la ingesta excesiva de este tipo de aceite puede producir deficiencia de vitamina E, debido a su alto contenido en grasas poliinsaturadas y bajo en vitamina E. En el gato , esto ocasiona una situación denominada Panesteatitis* o “Enfermedad de la grasa amarilla”. La signología de la panesteatitis son: a)disminución del apetito, b) letargia, c) aumento de la temperatura, d)alergia, e) dolor en tórax y, f) dolor en el abdomen (17)(18)(19). No debería administrarse nunca pescado crudo a los animales de compañía. Ciertos tipos de pescado, tales como las carpas y los arenques, contienen una sustancia que destruye la Tiamina (Vitamina B1), lo que puede producir deficiencia de Tiamina (20)(21). Asimismo, la alimentación con pescado crudo también puede transmitir parásitos ocasionalmente(22). Por lo tanto, si se añade cualquier tipo de pescado a la dieta del animal, debe cocerse muy bien y administrar, tan sólo, pequeñas cantidades.