¿Hay una alternativa política? (Jorge Fuentes) |
Independientemente de si tenemos vocación política o no, tenemos el deber de pensar la política, ya que es un aspecto que no por ser parcial es menos importante y es ahí que cuando vemos la actual realidad mundial, nos preguntamos si una alternativa política puede ser todavía pensada. Veamos en primer lugar cuál es la oferta política del mundo actual. Por un lado se ven sociedades abiertas cuyo paradigma son los Estados Unidos. Por otro lado se ven sociedades cerradas: China e Irán serían sus ejemplos más característicos. A la sociedad abierta podríamos también llamarla democracia liberal. Aquí el reino de la cantidad constituye su esencia. La mayoría gobierna y la minoría constituye la oposición. No importa el contenido de verdad o falsedad que constituya los postulados de la mayoría, mientras sea mayoría esa será su única fuente de legitimidad para gobernar. La sociedad cerrada funda su existencia en torno a una idea. En el caso de China es la idea marxista; y en el caso de Irán la idea islámica. En Irán hay pluralismo político, pero ese pluralismo está circunscrito a la idea islámica, aunque se tolera la existencia de algunas comunidades religiosas no musulmanas. En estas sociedades la mayoría gobernante tiene que estar subordinada a la idea, que es la única fuente de legitimidad. A nuestro juicio, el único régimen legítimo sería el que funda su existencia en torno a una idea, pero no a cualquier idea, sino a una Idea Verdadera, y ésta no es otra que Dios. Por lo tanto el modelo estadounidense o el modelo chino carecen de cualquier legitimidad. En cambio el modelo iraní es, tal vez, el único que actualmente tiene legitimidad. Irán es el único Estado en el mundo que le rinde culto oficial a Dios, por lo tanto la casi totalidad de los Estados del mundo son Estados ateos, aunque la mayoría de sus ciudadanos profesasen una religión determinada. Hoy en Occidente pareciera que el modelo estadounidense es el único viable, y aquí está Chile –este pequeño Estados Unidos tercermundista- para demostrarlo. Pero no nos dejemos encandilar por los cantos de sirena de este sistema que parece inconmovible. Si este sistema está construido sobre falsos pilares, su eficacia aparente sólo puede venir del Padre de la Mentira: El Diablo. Debemos elegir la Verdad aunque esta parezca irrealizable. Como dice Eliade: "Me dicen: hay que ser solidario con el momento histórico...Hay pues que responder, con la propia obra, de una forma u otra, al momento histórico en el que se vive. Sí, pero intentaré responder como lo han hecho Buda y Sócrates: superando sus momentos históricos, y creando otros, o preparándolos". No hay que confundir el realismo con la deserción: nuestro diagnóstico de la realidad tiene que ser realista, y si la realidad es mala, nuestra respuesta tiene que ser heroica, porque cualquier cesión en los principios, representa nuestra ruina. La crítica a los fundamentos de la democracia liberal debe ser tarea prioritaria. Sin esa crítica habríamos cedido en lo fundamental. Frente a la situación actual hay dos posturas entre las fuerzas de la resistencia tradicional en el Occidente supuestamente cristiano: 1) Hay algunos que ven al enemigo tan poderoso que, sin una intervención sobrenatural, es imposible la recuperación de los Estados y las sociedades. Por lo tanto hay que resistir y salvar lo que pueda ser salvado a nivel de individuos, familias y de comunidades de familias. No habría nada que hacer en el plano de la política. Este punto de vista es apocalíptico y lo resumió muy bien el Padre Leonardo Castellani: "Tenemos que luchar por todas las cosas buenas que han quedado hasta el último reducto, prescindiendo de si esas cosas serán todas "integradas de nuevo en Cristo", como decía San Pío X, por nuestras propias fuerzas o por la fuerza incontrolable de la Segunda Venida de Cristo. "La Verdad es eterna, y ha de prevalecer, sea que yo la haga prevalecer o no"... "Dios no nos pide que venzamos, Dios nos pide que no seamos vencidos". ¡La Iglesia es eterna!, dicen los democratacristianos. La Iglesia es eterna en el sentido que Jesucristo habló; pero la organización externa de la Iglesia, digamos el Vaticano, no es eterna: esa organización ha sido quebrada y reformada muchas veces. Y la Iglesia será quebrada al fin del mundo. Lo que es eterno es el alma del hombre unida a Dios...unida a Dios para ser usada". 2) Otros piensan que hay que actuar en el plano político para ocupar cierto espacio en el plano de lo público, aunque la influencia que se logre sea pequeña. Nunca hay que perder la esperanza de que una crisis coyuntural permita ganar posiciones y eventualmente conquistar el Estado. El ejemplo iraní puede servir de ejemplo, pero la fuerza religiosa tradicional del pueblo iraní, y de los pueblos musulmanes en general, es de lo que carecemos. A nuestro juicio, en el mundo "cristiano" occidental, la construcción de una política alternativa que no tenga ningún tipo de compromiso con el mundo moderno parece cada vez más utópica. Las destrucciones espirituales son tan grandes, que habría que resolver primero la cuestión religiosa. Ulteriormente habría que resolver el problema político. Como conclusión podría señalar que estoy más inclinado a favorecer la primera postura. Si esa es la posición correcta, la política actual debería ser mirada con gran desconfianza ya que vemos a los Estados y sociedades ser instrumentos del Anticristo y, por lo tanto, lo que debemos hacer es esperar en el Arca de Noé de la Tradición, que comience el último y aterrador diluvio apocalíptico, después del cual un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra emergerán definitivamente. ©Jorge Fuentes E-mail: jorgefuentes40@hotmail.comURL de esta página: https://www.angelfire.com/zine/BLH/nueve9.html |