11. ¿Cómo Curar a los Infractores?
11. ¿Cómo curar a los infractores?
Hasta hoy, las instituciones penales, tan caras a los abogados, han sido un compromiso
entre la idea bíblica de venganza, la creencia medieval en el dominio, la idea del poder
del terror de los abogados modernos y la de la prevención del crimen por medio del
castigo.
No deben construirse manicomios para subsistir a las cárceles. Nada mas lejos de mi
pensamiento que idea tan execrable. El manicomio es siempre cárcel. Lejos también de
mi pensamiento esa idea, que los filántropos airean de cuando en cuando, de que debe
ponerse la cárcel en manos de médicos y maestros. Lo que los presos no han hallado hoy
en la sociedad es una mano auxiliadora, sencilla y amistosa, que les ayude desde la niñez
a desarrollar las facultades superiores de su inteligencia y su espíritu; facultades estas
cuyo desarrollo natural han obstaculizado o un defecto orgánico o las malas condiciones
sociales a que somete la propia sociedad a millones de seres humanos. Pero si carecen de
la posibilidad de elegir sus acciones, los individuos privados de su libertad no pueden
ejercitar estas libertades superiores de la inteligencia y el corazón.
La cárcel de los
médicos, el manicomio, sería mucho peor que nuestras cárceles presentes. Sólo dos
correctivos pueden aplicarse a esas enfermedades del organismo humano que conducen al
llamado delito: fraternidad humana y libertad.
No hay duda de que en toda sociedad, por muy bien organizada que este, aparecerán
individuos que se dejen arrastrar fácilmente por las pasiones y que pueden cometer de
cuando en cuando hechos antisociales.
Pero para impedir esto es necesario dar a sus
pasiones una dirección sana, otra salida.
Vivimos hoy demasiado aislados. La propiedad privada nos ha llevado al individualismo
egoísta en todas nuestras relaciones mutuas. Nos conocemos muy poco unos a otros; los
puntos de contacto son demasiado escasos. Pero hemos visto en la historia ejemplos de
vida comunal mucho más integrada: la "familia compuesta" en China, las comunas
agrarias, por ejemplo.
Estas gentes si se conocen entre sí. Las circunstancias las fuerzan a
ayudarse recíprocamente en un sentido material y moral.
La vida familiar, basada en la comunidad primigenia, ha desaparecido. Ocupará su lugar
una nueva familia, basada en la comunidad de aspiraciones. En esta familia, los
individuos se verán forzados a conocerse mutuamente, a ayudarse entre sí y a apoyarse
unos en otros moralmente en toda ocasión. Y esta colaboración mutua impedirá el gran
número de actos antisociales que vemos hoy.
Se dirá, sin embargo, que habrá siempre algunos individuos, los enfermos, si queréis
llamarles así, que serán un peligro para la sociedad. ¿No será necesario, pues, liberarnos
de ellos, o impedir al menos que hagan daño a otros?
Ninguna sociedad, por muy poco inteligente que sea, necesitará recurrir a una solución
tan absurda, y ello tiene un motivo. Antiguamente se consideraba a los locos posesos de
demonios y se les trataba en consecuencia. Les mantenían presos en sitios como establos,
encadenados a la pared como animales peligrosos. Luego Pinel, hombre de la gran
revolución se atrevió a eliminar aquellas cadenas y probó a tratarles como hermanos. "Te
devorarán", gritaron los guardianes. Pero Pinel no tuvo miedo. Aquellos a quienes se
consideraba bestias salvajes se reunieron alrededor de Pinel y demostraron con su actitud
que él tenía razón al creer en el mejor aspecto de la naturaleza humana, aun cuando la
enfermedad nublase la inteligencia.Y gano la causa. Se dejo de encadenar a los locos.
Luego, los campesinos del pueblecito belga de Gheel encontraron algo mejor. Dijeron:
"Mandadnos vuestros locos. Nosotros les daremos libertad total". Les adoptaron en sus
familias, les dieron un sitio en sus mesas, oportunidad de cultivar con ellos sus campos y
un puesto entre sus jóvenes en bailes y fiestas. "Comed, bebed y bailad con nosotros.
Trabajad y corred por el campo y sed libres." Este era el sistema, esta era toda la ciencia
que sabían los campesinos belgas. (Hablo de los primeros tiempos. Hoy el tratamiento de
los locos en Gheel se ha convertido en profesión y, siendo profesión y persiguiendo el
lucro, ¿qué significado puede poseer?) Y la libertad obró un milagro. Los locos se
curaron. Incluso los que tenían lesiones orgánicas incurables se convirtieron en miembros
dóciles y tratables de la familia, como el resto. La mente enferma podía seguir trabajando
de un modo anormal pero el corazón estaba en su sitio. Se proclamó el hecho como un
milagro. Se atribuyeron estos notables cambios a la acción milagrosa de santos y
vírgenes. Pero la virgen era la libertad y el santo, trabajo en el campo y trato fraternal.
En uno de los extremos del inmenso "espacio que media entre enfermedad mental y
delito" del que Maudsley habla, la libertad y el trato fraternal obraron su milagro.
También lo obrarán por el otro extremo.
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CONCLUSION