La Castañeda
el reciclaje musical de la locura urbana
Ramón Arredondo M.
La Castañeda fue el nombre de el antiguo hospital - asilo - cárcel - manicomio, construido a principios del siglo XX por órdenes de Porfirio Díaz.Cuenta una leyenda urbana que el día que fue clausurado el manicomio de La Castañeda en 1968, todo el sufrimiento y angustia que se acumuló tras sus paredes, fue liberado, envenenando para siempre a la gran metrópoli.
Veinte años después, un grupo de rock le rinde tributo y rescata toda la locura que tenía dentro de sus paredes y que se encontraba liberada y decide reciclarla adoptando el nombre de La Castañeda. Salvador Moreno en la voz, Juan Blendl en batería, Edmundo Ortega en los teclados, y los hermanos Osvaldo de León y Omar de León en el bajo; cinco músicos que trituran en ese entonces ideas musicales a través de distintas herencias artísticas bajo el lente de la locura creativa.
Desde sus primeras apariciones con el nombre de Café de Nadie en 1989, el grupo se ganó el respeto de cuantos los vieron, su concepto; aún en embrión proyectaba una idea inteligente y novedosa de cómo hacer rock en México.
Con la experiencia de Salvador quien fuera cantante de la última etapa de La Caja (derivación de lo que había sido La Caja de Pandora), y Juan quien fuera parte de Alquimia y Helicón, y los otros tres integrantes que no tenían algún antecedente importante, lo que hacía una rara mezcla de madurez y pureza.
Para La Castañeda, la locura ha sido la forma natural de expresión desinhibida y pura, "La locura es la otra mitad de la verdad humana", y con esta bandera recorrieron desde 1989 el subterráneo mundo de concreto y asfalto, convocando a ritos y catarsis colectivas, cada vez más concurridas.
En sus alucinantes conciertos aparecían extraños personajes surgidos de las fantasías esquizoides de sus integrantes. Este andar por extraños caminos los llevó a festivales europeos, aun antes de ser firmados por una compañía o siquiera tener una grabación.
Su primer disco —de tiraje limitado—, aquel cuya portada es de color rosa mexicano y que fue editado en LP en el año de 1992, titulado Servicios Generales, fue absolutamente independiente, grabado y producido por ellos mismos y que fuera presentado en el famoso LUCC (la última carcajada de la cumbancha), y al que asistimos para constatar la energía y la locura de La Castañeda en vivo, en este disco quedó plasmado el espíritu de una banda poseída por una exquisita locura, un grupo dispuesto a contagiar de esta enfermedad a todos los que oyeran su música. "Inyectar dosis de anormalidad a la cuadratura imperante."
Esquizofrenia contenida en temas como Cautivo de la calle, Viejo veneno o La fiebre de Norma; demostraban que la locura también puede ser música. Un año más tarde es cuando firman contrato con BMG-Culebra y editan sus cantos de locura con el nombre de Servicios Generales II, que no es otra cosa que mas que el primer disco con inclusión de algunos temas nuevos. Un CD que sería considerado como uno de los mejores discos de rock mexicano de 1993. Los adictos a la locura se multiplican, las llamas de la incordura encienden aún a muchos que sreían totalmente cuerdos.
Para 1995 se edita El Globo Negro, disco en donde el grupo decide realizar un viaje fantástico al interior del inconsciente colectivo, perderse en el espacio neuronal en busca de "El Globo Negro". "La zona más oscura y desconocida dentro del cerebro, donde convergen telepatías, clarividencias y los planes más ambiciosos del sueño humano". En este exaltado viaje, La Castañeda sufrió una notable metamorfosis sonora, aunque la esencia siguió siendo la misma, su locura delirante que estallaba como TNT se volvió más refinada y sutil, recreando una nueva forma de manifestar su perturbación. Con temas como Gris normal, Tloque Nahuaque, La confusión; que nos demuestran esa locura sutil.
A fines de 1996 nos dan a conocer El Hilo de Plata, otro trabajo conceptual, esta vez creado a partir del libro del mismo nombre escrito por el periodista Cayetano Guerrero, quien narra las experiencias que vivió en 1929 al estar recluido un año en el manicomio de La Castañeda, fingiendo demencia para eludir un proceso legal. Las letras intentan seguir un concepto basado en la descripción de tres diferentes facetas o niveles del alma humana: el lado oscuro, el plano terrenal, y el etéreo. En cuanto al plano musical, se trata de la obra más íntima del grupo, aunque no exenta de sobresaltos eléctricos en temas como El total y La última noche; nos confirman que los hilos de la locura unen a los tres niveles: el lado oscuro de la realidad social, del inframundo individual, del lado destructivo que existe en la esencia del hombre; el segundo, el plano terrenal, físico, la interrelación del individuo con el medio que lo rodea, sus acciones-reacciones y sus diferentes interpretaciones; el tercero se desarrolla hacia lo etéreo, manifiesta lo invisible, la totalidad de las cosas y la vida misma, la espiritualidad como salida del caos, y del bien como complemento del mal, dualidad inevitable en todo.
Después de este disco, La Castañeda deja las filas de BMG-Culebra por un desgaste en la relación, motivo que los alejó de los escenarios y de las grabaciones por espacio de tres años, suficientes para reflexionar y componer lo que al parecer fue su último disco Trance, realizado en 1999 para discos Pentagrama. Con este disco, La Castañeda muestra un crecimiento en su sonido, involucrando elementos inéditos en sus discos anteriores; por un lado, secuencias, samplers, loops; y por el otro, instrumentos acústicos como flauta, acordeón, cuerdas y percusiones; todo esto sin perder la esencia, la personalidad musical característica de La Castañeda. Con un lenguaje oscuro, abstracto, en el que la realidad a veces se transforma en cierto tipo de ciencia ficción, en donde la locura se funde con la poesía, la metáfora, para darnos un sonido lleno de locura y ponernos en trance a todos los que no somos como el común de los mortales, ya que nuestro estado "normal" es la locura.
Con temas como Frenopatía, Cénit, y Nancy llaga, La Castañeda cerró un ciclo en donde la locura fue lo más importante, quien los vio en vivo no me dejará mentir, pero cada uno de sus conciertos era como estar encerrados dentro del manicomio individual de cada quien y así poder darnos cuenta de qué tan cuerdos estamos cuando somos locos.
La Castañeda se despidió de su público en el 2000, y con esto dan por concluida toda una página dentro del rock hecho en casa y también cerró definitivamente las puertas de la locura hecha música.
Recordemos que: "De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco".
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