CAPITULO 13: EL BRAZO DERECHO DEL INFIERNO
Después de la primera visión, Jesús y yo fuimos a una parte diferente del infierno. Jesús dijo, "Estas cosas que estás viendo son para el fin de los tiempos". Otra visión apareció delante de mi.
Caminamos por una colina alta y seca. Desde lo alto de la colina, miré hacia abajo y vi la corriente de un río. No habían fosas de fuego, ni demonios ni malos espíritus, solamente el río grande fluyendo entre orillas escondidas. Jesús y yo nos acercamos al río y vi que estaba lleno de sangre y fuego.
Al mirar de más cerca, yo vi muchas almas, cada una encadenada con otra. El peso de las cadenas las arrastraba debajo de la superficie del lago de fuego. Las almas en el infierno estaban en el fuego del infierno. También vi que estaban en formas de esqueleto con almas de un color de rocío gris.
"¿Qué es esto?, le pregunté al Señor. "Éstas son las almas de los incrédulos y de los impíos. Éstos fueron más amantes de sus propias carnes que amantes de Dios. Ellos eran hombres amando hombre, y mujeres amando mujeres, que no quisieron arrepentirse y ser salvos de sus pecados. Ellos se gozaron de su vida de pecado y despreciaron mi salvación".
Me paré junto a Jesús y miré adentro del lago de fuego. De pronto, el fuego comenzó a rugir como un gran horno, moviéndose y devorando todo lo que estaba en su camino. En poco tiempo llenó casi todo el brazo derecho del infierno.
El fuego se acercó a unos pies de nosotros, pero no nos quemó. El río estaba devorando todo lo que había en su camino. Miré el rostro de Jesús y se veía triste y tierno. Él todavía tenía escrito sobre su rostro amor y compasión por estas almas perdidas. Comencé a llorar y deseaba salir de ese lugar de tormento, el tener que continuar era casi insoportable.
Miré otra vez las almas en el fuego. Eran de un color de fuego rojo y sus huesos estaban negros y quemados. Escuché sus almas gritar de remordimiento.
El Señor dijo, "Éste es su tormento, amarrados juntos con cadenas tras cadenas. Éstos deseaban la carne de su propio sexo, hombres con hombres y mujeres con mujeres, haciendo lo que no era natural. Ellos llevaron a muchos jovencitos y jovencitas a actos de pecado. Ellos lo llamaban amor, pero al final era pecado y muerte".
"Yo se que muchos jovencitos y jovencitas, hombres y mujeres fueron obligados en contra de su voluntad para cometer actos tan terribles- yo lo sé y no contaré este pecado contra ellos". Acuérdense de esto, sin embargo, dijo Jesús, "Yo conozco todas las cosas, y las personas que causaron que estos jóvenes pecaran tienen el pecado más grande. Yo juzgaré con justicia. Al pecador le digo, `Arrepiéntete, y tendré misericordia. Clama a Mí y te escucharé".
"Tiempo tras tiempo les pedí a estas almas que se arrepintieran y que vinieran a mi. Yo los hubiera perdonado y limpiado; y en mi nombre podrían haber sido liberados. Pero ellos no me escucharon. Ellos deseaban la codicia de la carne antes que el amor del Dios vivo. Porque yo soy santo, tenéis que ser santo. No toquen las cosas inmundas y los recibiré", dice el Señor. Yo me sentí muy enferma, mientras veía las almas en el lago de fuego
Jesús continuó, "Si solamente se hubieran vuelto a mi antes que fuera muy tarde. Mi sangre fue derramada para que todos vinieran a mi. Yo di mi vida para que el peor de los pecadores viviera".
Multitudes de alma pasaron por río de llamas. Sobre y debajo las olas de fuego pasaron. No hay salida del quemarse y el nadar en el lago de fuego. Yo escuché gritos de remordimiento cuando el río de sangre pasaba delante de nosotros.
Caminamos por arriba por un camino cerca del río. Delante de nosotros, sentada sobre una colina, estaba una mujer grande. Se mecía para adelante y hacia atrás como si estuviera borracha. Escrita sobre ella estaban escritas las palabras "Misterio de Babilonia". Ahora sabía que la madre de las abominaciones en la tierra también venían del infierno. De ella emanaba una fuerza maligna, y vi multitudes, gente y lenguas debajo de ella. Ella tenía siete cabezas y diez cuernos. En ella se encontraba la sangre de los profetas y de los santos y de todos los que fueron muertos sobre la tierra.
"Salid de ella y sean separados", dijo el Señor. "En su tiempo será destruida"
Caminamos hacia adelante pasándole a la mujer mala con los cuernos sobre su cabeza. Todo se comenzó a poner oscuro. Caminamos hasta que llegamos a otra colina. En la distancia podía ver llamas calientes en el aire. La atmósfera se puso opresivamente caliente. Dimos la vuelta alrededor de la colina y llegamos a una puerta grande con ranuras cortadas en ella. Estaba puesta al lado de esta colina. Una gran cadena estaba sobre la puerta y llamas salían de ella. La puerta estaba cerrada con candados grandes. Pensaba en lo que todo esto significaba.
De momento, la figura oscura de un hombre vestido con una larga y oscura capa, apareció delante de la puerta. Su cara se veía muy vieja y muy cansada. La piel de su cara estaba helada bien apretada en contra de los huesos de su calavera. Parecía que tenía mil años de edad.
Jesús me dijo, "Detrás de esa puerta está el abismo sin fondo. Mi Palabra es verdadera". Las llamas detrás de la puerta alcanzaban alto y más alto la puerta, y la puerta se hinchaba con la presión del calor.
Yo dije, "Señor Jesús, me alegraré cuando Satanás sea lanzado en el abismo sin fondo, y todas estas cosas cesen por un tiempo".
Él respondió, "Ve, oye lo que el espíritu dice a las iglesias. El fin está cerca y yo estoy llamando a los pecadores a arrepentirse y ser salvos. Mira ahora".
Estábamos parados en un lugar al aire libre y estaba con el Señor en el espíritu. Yo miré y contemplé una visión abierta. En la visión vi una serpiente de fuego rozando que la dejaron atacar el aire con su enorme cola. Yo miraba mientras esta serpiente espiritual se movía con terrible poder. Entonces la vi regresar al brazo izquierdo del infierno y esperar. Yo sabía que no podía atacar la tierra hasta que la Palabra de Dios se cumpla.
Vi fuego y humo subir de la tierra y vi un rocío extraño mientras éste se formaba sobre la tierra. Vi parches de oscuridad aparecer aquí y allá. Cuernos comenzaron a crecer sobre la cabeza de la serpiente de fuego. Éstos se esparcieron hasta que cubrieron toda la tierra. Satanás le dio órdenes a la serpiente de fuego. Estaban presentes espíritus malos y diablos. Entonces vi la serpiente maligna de fuego salir del brazo derecho del infierno, y comenzar atacar la tierra con gran fuerza hiriendo y destruyendo mucha gente. Jesús dijo, "Esto sucederá al fin de los tiempos. Ven más alto". Lector, si está haciendo algunos de los pecados de los cuales estoy hablando, por favor deja de pecar y clama a Jesús que te salve. No tienes que ir al infierno. Clama al Señor Jesús mientras está cercano. Él te escuchará y te salvará. Todo el que clame en el nombre del Señor será salvo.
CAPITULO 14:EL BRAZO IZQUIERDO DEL INFIERNO
Una Profecía de Jesús para Todos
Jesús dijo, "Estas cosas ya están sucediendo en la tierra, están por ser y pronto vendrán sobre la tierra. La serpiente de fuego es parte de la bestia. Las profecías que vas a leer son verdaderas. Las revelaciones son verdaderas. Velad y orad. Amaos los unos a los otros. Manténganse santos. Mantengan sus manos limpias.
Esposos amen a sus esposas como Cristo amó a su iglesia. Esposos y esposas, amaos los unos a los otros como yo os he amado. Yo ordené el matrimonio y lo bendije con mi palabra. Mantengan el lecho del matrimonio sin mancilla. Límpience de toda maldad y sean puros, como yo soy puro.
El santo pueblo de Dios ha sido extraviado por engañadores. No se dejen engañar, Dios no puede ser burlado. El entendimiento te será dado si abres tus oídos y me escuchas. Éste es el mensaje de Cristo a las iglesias. Cuídense de los falsos profetas que se paran en mi lugar santo y engañan con piropos. Oh tierra, mi santo pueblo se ha quedado dormido al sonido de la falsa doctrina. ¡Despertad, despertad!. Yo te digo que toda maldad es pecado. Límpience de todo pecado de la carne y del espíritu. Mis santos profetas vivan una vida santa. Pero ustedes se han revelado contra mi y mi santidad. Han traído el mal sobre vosotros. Ustedes han pecado y se han hecho esclavos de la enfermedad y de la muerte.
Ustedes han cometido iniquidades y han hecho lo malo y se han revelado contra mi. Se han apartado de mis preceptos de mis juicios. Ustedes no han escuchado las palabras de mis siervos, los profetas y las profetisas. Maldiciones en vez de bendiciones han venido sobre vosotros, y todavía rehúsan retornar a mi para arrepentirse de sus pecados.
Si ustedes regresan, se arrepienten y si me honran con el fruto de la justicia, yo bendeciré vuestros hogares y honraré la cama de vuestros matrimonios. Si se humillan y claman a mi, yo escucharé y los bendeciré.
Escuchen, ustedes ministros de mi Santa Palabra. No enseñen a mi pueblo a pecar contra Dios. Acuérdense que el juicio comienza por la casa de Dios; a menos que se arrepientan, yo los quitaré por los pecados que le enseñaron a mi pueblo. ¿Creen ustedes que estoy ciego y que no puedo ver, o sordo que no puedo oír?.
Tu que tienes la verdad con la mentira y llenas tus bolsillos con oro y plata a costa de los pobres- arrepiéntete, te digo, antes que sea muy tarde. El día del juicio te pararás solo delante de mí para dar cuenta de lo que hiciste con mi Santa Palabra, si clamas a mi en arrepentimiento, yo quitaré la maldición de tus tierras y os bendeciré. Si te arrepientes y te avergüenzas de tus pecados, yo tendré misericordia y compasión de ti y no me acordaré más de tus pecados. Ora para que seas un vencedor.
Despierta a la vida. Arrepiéntete a la gente que has guiado mal y les enseñaste falsa doctrina. Diles que has pecado y que has esparramado mis ovejas. Arrepiéntete delante de ellos.
He aquí, estoy preparando un ejército santo. Ellos harán grandes exploraciones para mí y destruirán tus lugares altos. Es un ejército de hombres, mujeres, niños y jóvenes santos. Ellos han sido ungidos para predicar el verdadero evangelio, para poner las manos sobre los enfermos, y llamar a los pecadores al arrepentimiento.
Este es un ejército de trabajadores, esposas, hombres y mujeres solteras y niños escolares. Son gente sencilla, pues no muchos nobles han respondido a mi llamado. En el pasado fueron mal entendidos y maltratados, abusados y rechazados. Pero yo los he bendecido dándoles denuedo en santidad y en Espíritu. Ellos comenzarán a cumplir mis profecías y a hacer mi voluntad. Yo caminaré en ellos, hablaré en ellos y trabajaré en ellos.
Éstos son aquellos que se han tornado a mi con todo el corazón, alma, mente y fuerza. Este ejército despertará a muchos a la justicia y pureza del espíritu. Yo pronto me comenzaré a mover entre ellos, a escoger para mi ejército a los que deseo. Yo los buscaré en las ciudades y los pueblos. Muchos se van a sorprender con los que he escogido. Los van a ver moverse sobre toda la tierra y hacer hazañas por causa de mi nombre. Mirad y ver mi poder en obra.
Otra vez os digo, no manchen la cama del matrimonio. No manchen el cuerpo en el cual mora el Espíritu Santo. Los pecado del cuerpo llevan a pecados del Espíritu. Mantengan el lecho del matrimonio santo. Yo hice al hombre para la mujer y la mujer para el hombre, y he decretado que sean unidos en el santo matrimonio.
"Otra vez os digo, despertad".
* * * * * *
Yo vi muchas otras visiones en el brazo izquierdo del infierno. Yo fui instruida por el Señor que no debo de revelarlas ahora. Muchas de ellas eran visiones del mundo en los últimos días. Cuando muchos del pueblo de Dios se apartarán y se perderán.
En las visiones se me dieron revelaciones sobre el cuerpo de Cristo, el ministerio de los hijos de Dios, los hijos de las bestia, y la eminente venida de Cristo. "Más tarde la puedes revelar", dijo Él, "pero no ahora".
"Este ejército", dijo el Señor, "que fue hablado por el profeta Joel, saldrá de la tierra y hará grandes obras para Dios". El Hijo de Justicia se levantará con santidad en sus alas. Él acabará con los malignos y será cenizas debajo de las plantas de sus pies".
"Serán llamados el ejército del Señor. Yo les daré dones y ellos harán mis grandes obras. Ellos harán maravillas para el Señor de la gloria. Yo derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán
Este ejército peleará contra las fuerzas de maldad y destruirá muchas obras de Satanás. Ellos alcanzarán a muchos para Jesucristo antes que llegue el día cuando se levante la bestia, dice el Señor.
Jesús dijo, "Ve, ya es hora de irnos". Al fin dejamos las visiones y el brazo izquierdo del infierno. Yo estaba muy alegre Cuando salimos, Jesús dijo, "Dile a tu familia que los amo y corrígelos con amor. Diles que los libraré del mal si ponen su confianza en mi".
CAPITULO 15:LOS DIAS DE JOEL
Escuché una voz que me dijo, "Escribe, pues estas cosas son fieles y verdaderas". Otra vez estaba con el Señor en el espíritu. Él estaba alto y exaltado, y su voz era como de trueno.
"He aquí, oh tierra, estas cosas son, eran y están por venir. Yo soy el primero y el último. Sírvanme, el Creador, pues yo doy vida y no muerte. Levántense de su maldad y clamen a mi, y yo os sanaré y os libertaré. Las cosas que lees en este libro son verdaderas y sucederán pronto.
Arrepiéntanse, pues el tiempo está cerca, y el Señor de la gloria pronto aparecerá. Estad listos, porque no sabéis el día ni la hora. Grande será la recompensa de aquellos que han guardado la fe y me han servido en verdad y en justicia. Antes que lo sepan, yo estaré sobre ellos. Yo he preparado una bendición para aquellos que han sido fieles a su llamamiento y para aquellos que no han negado mi nombre.
Yo digo, que si mi pueblo que se llama por mi nombre, se humillan y oran, yo los perdonaré y los sanaré, y les restauraré. Yo deseo escuchar, libertar y salvar a todos los que creen y claman en mi nombre.
Santificar un ayuno. Llamar a una solemne asamblea. Reunid a todos los ancianos y a todos los habitantes de la tierra en mi casa y clamen a mi. Ay, pues, el día del Señor viene como un ladrón en la noche- el día está cerca.
Confíen en mi, y yo restauré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta.
El gran ejército que he llamado no romperán su lugar o su marcha. Ellos harán exploraciones maravillosas, y no serán conquistados, pues yo soy su fortaleza. Sus voces sonarán como la trompeta, como el trueno sonarán y todos escucharán y sabrán que yo soy el Señor vuestro Dios.
*****
Amado Señor Jesús, es mi oración ser encontrada digna de ser parte de este ejército. Yo quiero estar en este ejército, pero sé que tengo que ser pura y santa, como Jesús es puro y santo. Con la sangre que Cristo derramó, límpiame de toda maldad. Ayúdame a mantener un corazón arrepentido, libre de todo odio y amargura.
Padre, yo sé que mucha de tu gente está dormida. Yo temo que vas a tener que romper nuestro vaso de barro y humillarnos para que pueda haber fruto de justicia.
Señor, yo no quiero tener que regresar al infierno otra vez y tener que quedarme allí. Oh Señor, ayúdame a amonestar a la gente. Dame poder para impedir que el infierno siga creciendo. Ayúdame a mi, y a tu pueblo a ser buenos, de buen corazón, perdonándonos y amándonos los unos a los otros. Ayúdanos a hablar la verdad todo el tiempo.
Yo se que Jesús regresa pronto y sus recompensas con Él. Yo sé que mi mensaje al mundo es "Arrepentíos, pues el día del Señor está cerca". Padre, yo no quiero la sangre de esta gente sobre mis manos.
CAPITULO 16: EL CENTRO DEL INFIERNO
Otra vez, el Señor y yo fuimos al infierno. Jesús me dijo, "Mi hija, para este propósito tu naciste, para escribir y contar lo que te he dicho y enseñado. Pues estas cosas son fieles y verdaderas. Yo te he llamado para decirle al mundo por medio de ti que hay un infierno, pero que yo he preparado un medio de escape. Yo no te enseñaré todas las partes del infierno. Y hay cosas escondidas que yo no puedo revelar. Pero te enseñaré mucho. Ahora, ven y ve, los poderes de las tinieblas y su fin.
Regresamos otra vez al vientre del infierno y comenzamos a caminar hacia una pequeña apertura. Me puse a mirar por donde estábamos entrando y encontré que estábamos en una repisa cerca de una celda en el centro del infierno. Nos paramos delante de una celda en la cual estaba una hermosa mujer. Sobre la parte alta de la celda estaban las iniciales `A.C'.
Escuché a la mujer que dijo, "Señor, yo sabía que un día vendrías. Por favor déjame salir de este lugar de tormento".
Ella estaba vestida con la ropa del tiempo antiguo y era muy hermosa. Yo sabía que había estado aquí por muchos siglos y no podía morir. Su alma estaba en tormento. Comenzó a jalar las barras y a llorar. Suavemente Jesús dijo, "Sea la Paz". Él le habló a ella con tristeza en su voz. "Mujer, tú sabes porque estás aquí".
"Si", dijo ella, "pero yo puedo cambiar". Yo me acuerdo cuando dejaste salir a los otros del Paraíso. Yo me acuerdo de tus palabras de salvación". Ella exclamó, "yo seré buena ahora y te serviré". Ella apretó las barras de la celda con sus puños y comenzó a gritar, "¡Déjame salir!, ¡Déjame salir!".
Después de eso, comenzó a cambiar delante de nuestros ojos. Su ropa se comenzó a quemar. Su carne se le cayó y todo lo que quedó fue un esqueleto negro con agujeros quemados por ojos y un cascarón hueco por alma. Yo miré con terror mientras la mujer anciana caía en el suelo. Toda su belleza desapareció de momento. Se me estremeció el entendimiento al pensar que ella había estado allí desde antes del nacimiento de Jesús.
Jesús le dijo, "Tú sabías en la tierra cual sería tu fin. Moisés te dio
la ley y tu la escuchaste. Pero en vez de obedecer mi ley, escogiste ser
un instrumento en las de Satanás, una adivina y una bruja. Amaste las tinieblas en vez de la luz, y tus obras eran malas.
Si te hubieras arrepentido de corazón, Mi Padre te hubiera perdonado. Pero ya es muy tarde", le dijo Él.
Con tristeza y gran pena en nuestros corazones, nos apartamos de ella. Nunca terminará su dolor y sufrimiento. Mientras nos alejábamos, sus delgadas manos trataron de alcanzarnos.
"Mi hija", dijo el Señor, "Satanás usa muchas artimañas para destruir hombres y mujeres buenas. El trabaja día y noche, tratando de conseguir que la gente le sirvan".
Si usted fracasa en escoger servir a Dios, usted a escogido servir a Satanás. Escoge la vida y la verdad te hará libre.
Después de caminar una corta distancia, nos paramos delante de otra celda. Escuché la voz de un hombre que llamaba, "¿Quién está allí?, ¿Quién está allí?". Yo me pregunté la razón por la cual llamaba.
Jesús digo, "Él está ciego".
Escuché un sonido, y miré a mi alrededor. Delante de nosotros estaba un demonio grande con alas largas que parecían estar rotas. Él pasó sin mirarnos. Yo me paré cerca de Jesús.
Juntos nos paramos a mirar al hombre que había hablado. Él también estaba en una celda y nos daba la espalda- él tenía la forma de un esqueleto en fuego y tenía el olor de muerte sobre él. Él estaba dando golpes en el aire y gritando "Ayúdenme, alguien, ayúdenme".
Jesús dijo tiernamente, "Hombre, sea la paz". El hombre se volvió y dijo, "Señor, yo sabía que vendrías por mi. Yo me arrepiento ahora. Por favor, déjame salir. Yo sé que fui una persona horrible y que usé mi impedimento para ganancias egoístas. Yo sé que fui un brujo y que engañé a muchos para Satanás. Pero Señor, yo me arrepiento. Por favor, déjame salir".
Día y noche soy atormentado en estas llamas, no hay aguas. Él exclamó, tengo mucha sed, ¿no me puedes dar una poca de agua?". El hombre seguía llamando a Jesús mientras nos alejábamos. Yo miré hacia atrás con tristeza.
Jesús dijo, "Todos los hechiceros y obradores de maldad tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre. Esta es la segunda muerte.
Llegamos a otra celda que estaba ocupada por otro hombre. Él dijo, "Señor, yo sé que tu vendrías a soltarme, me he arrepentido hace mucho tiempo". Este hombre también era un esqueleto lleno de flamas y gusanos.
"Oh hombre, estás todavía lleno de mentiras y de pecado. Yo sé que tú eras un discípulo de Satanás, un mentiroso que engañaste a muchos. La verdad nunca estaba en tu boca y la muerte fue siempre tu recompensa. Tú escuchaste mis palabras muchas veces y te burlaste de mi salvación y de mi Santo Espíritu. Tu mentiste toda tu vida y no me escuchaste. Tú eres de tu padre el diablo. Todos los mentirosos tendrán su parte en el lago de fuego. Tú has blasfemado contra el Espíritu Santo".
El hombre comenzó a maldecir y a decir muchas cosas malas en contra del Señor. Seguimos hacia adelante. Esta alma estaba perdida para siempre en el infierno.
Jesús dijo, "todo el que quiera puede venir en pos de mi y el que pierde su vida por mi causa encontrará vida, y vida en abundancia. Pero los pecadores tienen que arrepentirse mientras están vivos en la tierra; es muy tarde para arrepentirse cuando llegan aquí. Muchos pecadores quieren servirle a Dios y a Satanás o se creen que tienen tiempo ilimitado para aceptar la gracia que ofrece Dios. Los verdaderamente sabios escogerán hoy a quien servir".
Pronto llegamos a la próxima celda. Un grito desesperado de dolor salió de adentro. Miramos y vimos el esqueleto de un hombre acurrucado en el suelo. Sus huesos estaban negros del fuego y su alma por dentro era de un color gris sucio. Observé que le faltaban partes de su cuerpo. Humo y flama subían a su alrededor. Los gusanos se arrastraban adentro de él.
Jesús dijo, "los pecados de este hombre fueron muchos. Él fue un asesino y tenía odio en su corazón. Él no se quería arrepentir o aún creer que yo lo perdonaría. Si solamente hubiera venido a mi.
Le pregunté al Señor, "¿Tú quieres decir que él pensó que tú no lo perdonarías de su homicidio u odio?".
"Si", dijo Jesús, "Si solamente hubiera creído y venido a mi, yo le hubiera perdonado todos sus pecados, grandes y pequeños. En vez, él continuó pecando y murió pecando. Por eso es que está donde esta hoy. Le dieron muchas oportunidades para que me sirviera, para que creyera al evangelio, pero él rehusó. Ahora es muy tarde.
La próxima celda a la cual llegamos estaba llena de un terrible olor. Yo podía escuchar los gritos de los muertos y sus ayes de remordimiento en todo lugar. Me sentí tan triste que estaba casi enferma. Yo sentí que iba a hacer todo lo que pudiera para decirle al mundo de este lugar.
La voz de una mujer dijo, "Ayúdame". Miré a un par de ojos reales, no las cuencas quemadas que eran señal de haberse quemado. Yo estaba tan triste que me dio escalofrío y sentí gran pena y dolor por esta alma. Quería intensamente sacarla de la celda y correr con ella. Ella dijo, "Es tan doloroso, yo haré lo correcto ahora. Yo te conocí una vez y tu eras mi salvador". Sus manos apretaron la barra de la celda. "¿Porqué no quieres ser mi salvador ahora?". Grandes pedazos de carne en fuego caían de ella y solamente huesos apretaban las barras.
"Tú hasta me sanaste de cáncer", dijo ella. "Tú me dijiste me fuera y no pecara más, no sea que me viniera algo peor. Yo traté, Señor; tú sabes que traté. Yo hasta traté de edificar en tu nombre. Pero, Señor, pronto aprendí que los que predican tu palabra no son populares. Yo quería que la gente me quisiera. Lentamente regresé al mundo y la concupiscencia de la carne me devoró. Los club nocturnos y la bebidas alcohólicas se hicieron más importante que tú. Perdí el contacto con mis amigos cristianos y pronto me encontré siete veces peor de lo que estaba antes.
Y aunque llegué a ser amante sexual de hombres y mujeres, no era mi intención perderme. Yo no sabía que estaba poseída por Satanás. Todavía sentía tu llamamiento a mi corazón que me arrepintiera y fuera salva, pero no quise. Seguí pensando que todavía tenía tiempo. Mañana regresaré a Jesús, y Él me perdonará y me libertará. Pero yo esperé demasiado tarde y ahora es ahora es demasiado tarde", exclamó ella.
Sus triste ojos se derramaron en fueron. Y desapareció. Yo grité y me apoyé de Jesús. Yo pensé, "Oh Señor, cuán fácil pude yo, o uno de mis seres queridos, haber sido esa!. Por favor pecadores, despierten antes que sea muy tarde.
Caminamos a otra celda. En ésta había otro hombre con una forma de esqueleto y un alma por dentro de color gris sucio. Gritos de dolores agudos y remordimiento salían de hombre, que yo sabía que jamás los olvidaría.
Jesús dijo, "Mi hija, muchos de los que van a leer este libro lo van comparar a una historia de ficción o a una película que han visto. Dirán que esto no es verdad. Pero tú sabes que estas cosas son verdaderas. Tú sabes, que el infierno es real, pues yo te he traído aquí muchas veces por mi espíritu. Yo te he revelado la verdad para que des testimonio de ella".
Alma perdida, si no te arrepientes y te bautizas y crees en el evangelio de Jesucristo, seguramente que éste será tu fin.
El Señor dijo, "Este hombre está aquí debido a su rebelión. El pecado de rebelión es como el pecado de hechicería. Es más, todos los que conocen mi Palabra y mis caminos y han escuchado el evangelio y todavía no se arrepienten, están en rebelión contra mí. Muchos están en el infierno hoy debido a este pecado".
El hombre le dijo a Jesús, "Una vez pensé en hacerte el Señor de mi vida, pero no quería caminar por tu camino derecho y angosto. Yo quería el camino ancho. Era mucho más fácil servir al pecado. Yo no quería tener que ser justo. Yo amaba mis maneras pecaminosas. Yo deseaba beber bebidas intoxicantes y hacer las cosas de este mundo más que obedecer tus mandamientos. Pero ahora quisiera haber escuchado a los que me enviaste. Al contrario, hice lo malo y no quise arrepentirme".
Grandes sollozos estremecieron su cuerpo, mientras gritaba de remordimiento. "Por años he sido atormentado en este lugar. Yo se lo que soy y se que jamás saldré de este lugar. Soy atormentado día y noche en estas llamas y estos gusanos. Yo lloro pero nadie viene a ayudarme. Nadie se interesa por mi alma aquí- nadie se interesa por mi alma".
se cayó al piso en un montón y continuó llorando.
Jesús exclamó, "Mi padre, mi padre ten misericordia"
Caminos hacia otra celda. Una mujer estaba sentada quitándose los gusanos de sus huesos. Ella comenzó a gritar cuando vio a Jesús, "Ayúdame Señor", dijo ella. "Yo seré buena. Por favor, déjame salir" Ella, también se paró y apretó las barras de la celda. Yo sentí gran pena por ella. Mientras ella lloraba, sus sollozos estremecieron su cuerpo.
Ella dijo, "Señor, cuando yo estaba en la tierra, yo adoré al Dios de los Hindú y muchos ídolos. Yo no creí en el evangelio que los misioneros me predicaron, aunque los escuché muchas veces. Un día morí, yo clamé a mis dioses para que me salvaran del infierno- pero no podían. Ahora, Señor, yo deseo arrepentirme".
Jesús le dijo, "Ya es muy tarde".
Las llamas cubrían su forma, mientras nosotros seguíamos hacia adelante; todavía sus gritos se sienten en mi alma. Satanás la ha engañado.
Con tristeza en su voz, Jesús dijo, "Ven, regresaremos mañana. Ya es hora de irnos".