El
enemigo tenía control de mi voluntad, y había con ello hecho una cadena para
atarme fuerte. El deseo se había desarrollado en una voluntad distorsionada; y
cuando se satisface un deseo, se establece una compulsión. De estas ataduras
tan estrechas yo estaba preso...
La psicología popular y los medios de difusión insisten en que nos
demos todos los gustos, con frecuencia, en el caso de los medios de difusión,
para beneficio económico de alguien más. Para mí no se trata de un tema de
orden moral; es completamente de orden práctico, y Agustín establece sus
razones de manera concisa. Cada vez que cedemos ante un capricho, especialmente
ante caprichos que no benefician a nadie, nuestra voluntad se debilita un poco. Gradualmente, ceder se convierte en un
hábito; el hábito se transforma en condicionamiento; y el condicionamiento ata
nuestras reacciones de pies y manos.
Ceder a un capricho vuelve al tema de los gustos y fobias –“Me gusta
esto, entonces lo haré”, “No me gusta esto, entonces lo evitaré”-. En mi
opinión, como pasatiempo este no es un gran desafío. Disfrutar de pequeños absurdos placeres y evitar las tareas
desagradables es sólo una cuestión de bajar una cuesta en rueda libre; no
requiere esfuerzo o voluntad. Intentar perforar en cambio el monolítico hábito
de nuestros gustos y rechazos, es un desafío tremendo que hace surgir todo tipo
de recursos ocultos. Cuando uno lo intenta, se siente como si estuviera
abriendo un túnel a través de una montaña de roca sólida.
En las colinas de Sausalito, justo al Norte del Golden Gate hay un
túnel, llamado el Túnel Arco Iris desde que alguien pintó un arco iris sobre el
arco de la entrada, a través del cual serpentea hacia el norte la autopista
101. Para lograr una autopista de doble mano, tenemos que abrir túneles como
éste a través de nuestros gustos y rechazos. Perforar cada túnel puede llevar
meses de arduos trabajos; a veces tenemos que soportar largos períodos de
frustración. Seguimos tratando de perforar la masa de los hábitos desafiando
antiguos deseos y, por un largo tiempo, no hay ninguna evidencia de que algo
esté sucediendo. Aquí un guía experto puede constituir un enorme apoyo. “sólo
sigue cavando el túnel”, nos asegurará una y otra vez. “iSi no lo abandonas, con
seguridad lograrán atravesarlo eventualmente” y después de algunos meses – a
veces, en el caso de una compulsión realmente fuerte, incluso años .-
finalmente vemos un rayo de luz que proviene del otro extremo.
La mayoría de nosotros nos hemos acostumbrado tanto a ceder ante los
pequeños deseos que olvidamos el papel que representa la voluntad. Cuando
descuidamos la voluntad, como dice Agustín, y permitimos que el deseo se
fortalezca cada vez más, nos parece que las oportunidades para satisfacer ese
deseo nos salen al cruce con creciente frecuencia. Si observamos con atención,
descubrimos generalmente que nos hemos estado desviando del camino para
encontrar esas oportunidades. Si pudiéramos entrevistar a un poderoso deseo,
éste tendría una fascinante historia para contar: “¡El me ha estado
persiguiendo a mí! Yo no tengo nada que ver”.
Tal vez no pensemos que hemos tomado una decisión consciente de
perseguir un objeto de deseo en particular pero, a nivel inconsciente, un deseo
es una decisión. Una manera muy eficaz de fortalecer la voluntad, por lo tanto,
es estar extremadamente atento para no permitirnos caer en situaciones en las
que probablemente seamos arrastrados por nuestro deseo. “No nos dejes caer en
la tentación” significa precisamente esto: no te pongas en situaciones que
sobrepasen a tu voluntad.
En su juventud, Agustín tuvo todos
los deseos que tiene una personal normal. Es por eso que puede comprender y
simpatizar con nuestras dificultades y conflictos. Sus consejos son
prácticos. “No los culpo, ni los
critico” – dijo una vez a su congregación -. “Si lo que aman es la vida
terrena, pueden amarla todo lo que deseen, siempre y cuando sepan qué es lo que
deben elegir” – y yo agregaría, siempre y cuando tengan la voluntad con la cual
elegirlo -. Necesitamos ambas cosas: discriminación para ver qué es lo mejor a
largo plazo, y voluntad para tomar
decisiones prudentes