Lago de Atitlán: el destino al que todos llegan
Sin lugar a dudas, el mayor atractivo turístico de Sololá es el Lago de Atitlán.
Su increíble belleza escénica domina el campo visual desde el ángulo que se le
vea. Las laderas que lo bordean, trazadas casi a plomo, son el labio de la
colosal falla geológica que formó la cuenca. Los volcanes, de silueta casi
perfecta, parecen guardar a las cristalinas aguas de un potencial despeñamiento
hacia el mar. Laderas y volcanes proveen el marco montañoso, agreste y único del
espléndido cuerpo de agua.
Inimaginable es la cantidad de atractivos turísticos que giran alrededor del
Atitlán. Debido a la existencia de 10 pueblos en las orillas, la diversidad de
parajes en cada uno significa multiplicar las oportunidades de gozar de un gran
viaje. Ejemplo claro es Panajachel, el prototipo, corazón y alma de las visitas
al lago. Temprano en la mañana, entre cantos de cenzontles, guardabarrancas y
sharas, no hay mejor cosa que un ascenso al mirador de La Piedra del Zope. La
fresca vereda penetra un húmedo y fragante bosque de encinas; puede seguirse
hasta donde se desee o parar en donde se quiera admirar el soberbio panorama.
Las caminatas de la tarde (aquellas que se hacen después de haber ido a nadar,
esquiar, remar, pescar o atravesar en lancha el lago) pueden dirigirse a admirar
la catarata del Tzalá. Algunos prefieren caminar por la carretera hacia Sololá,
hasta alcanzar la catarata de San Jorge; muy cerca de ella está el mirador del
mismo nombre, con excelentes vistas y un sitio ideal para la fotografía. Desde
aquí, un corto descenso permite llegar a La Cueva de los Brujos, enigmática,
opresiva pero excelente motivo para pasear y conocer.
Una buena opción, para quienes no deseen caminar después del almuerzo, es
pedalear hacia Santa Catarina y San Antonio Palopó, pero ¡cuidado! muchos
conductores de vehículos motorizados son temerarios y poco cuidadosos. Ésta es
una ruta panorámica que corre, con poca elevación, a lo largo de ocho kilómetros
de la ribera norte del lago. Con un buen bloqueador solar encima y ropa cómoda,
esta gira es más que un paseo. Es deporte, experiencia, conocimiento, relajación...
Luego de las caminatas o del pedaleo, volver al lago es una feliz decisión.
Cuando el día empieza a despedirse y las brisas frescas de las montañas
principian a cubrir el valle, disfrutar del ocaso junto a un oleaje
extremadamente lánguido y tibio resulta inolvidable. Los colores del horizonte
vespertino son tan intensos como el inexplicable chorro de energía vital que
parece venir de todas partes y llegar a todos lados.
Severas restricciones de espacio impiden seguir explorando el conjunto de
atractivos y oportunidades en otros municipios. Nos limitaremos a considerar una
breve nómina de sitios que permanecen a la espera de ecoturistas.
Guatemala cuenta con hermosos e inigualables lagos y ríos. Uno de ellos, ubicado
a 144 Km al oeste de la ciudad de Guatemala se caracteriza por su belleza
natural rodeada de varios pueblos altamente cargados de folklore y tradiciones
muy antiguas. Este hermoso espejo natural está custodiado por los volcanes de
Atitlán, Tolimán y San Pedro.
Uno de los lagos más bonitos del mundo. De origen volcánico, situado a 1.560
metros por encima del nivel del mar, alcanza una profundidad de 318 metros y en
la misma costa es difícil hacer pie. Está rodeado por tierra altas purpúreas y
montañas verde aceituna, con una docena de pueblos repartidos por sus orillas.
Los visitantes pueden quedarse en Panajachel o en sus cercanías. En el lago se
puede practicar la pesca, el esquí acuático, la natación y montar en barca.
El Lago de Atitlán tiene 18kms de largo por 13kms de ancho. Alrededor de él, los
indígenas tzutuhiles han desarrollado diversas formas de vida extendiendo hasta
nuestros días una infinidad de tradiciones, desde costumbres para ganarse la
vida, hasta impresionantes mitos religiosos en torno a "Maximón".
Panajachel se ha convertido en uno de los más importantes centros turísticos de
la región de Atitlán, albergando actualmente hoteles de altos estándares,
restaurantes lujosos y mayoritariamente, destinos para turismo conocido como de
"low budget" (bajo presupuesto). Por otro lado, Santiago Atitlán es el foco de
atención para todos aquellos que desean conocer las costumbres de los indígenas
tzutuhiles en su mayor expresión. Así también, San Pedro, San Marcos y Santa
Cruz La Laguna son actualmente los más atractivos para aquellos que buscan
relajación mental y física así como habitar dentro de las comunidades indígenas
o inclusive en hoteles sin mayores comodidades pero que ofrecen hermosos
paisajes y la riqueza de esta cultura.
En el lago de Atitlán y los diversos pueblos que lo rodean, cualquier
visitante puede enamorarse de su vista, su gente y el misticismo que se
encuentra en el lugar. Indígenas con sus trajes típicos, paisajes con hermosos
celajes cubriendo los imponentes volcanes a la orilla del bello lago, su muy
peculiar fauna y hermosa flora alojada en la cadena montañosa que rodea el
anillo de pueblos que habitan en torno al lago, y muchos otros atractivos hacen
que de este destino un “imperdible” de Guatemala.
El recorrido es reconfortante y a medida que avanzamos, la vista va cubriéndose
de verde. Millares de pinos, viveros y cartuchos marcan el borde del camino,
donde suelen aparecer vendedores ambulantes vestidos con tejidos teñidos de
vivos colores. Desde que se llega a los Encuentros empieza a percibirse una
sensación de paz que sólo el magnético pueblo de Atitlán ofrece. Descender por
su serpenteante carretera es aproximarse a un mundo diferente. En donde hace
muchos años según una antigua leyenda, la tierra vibró con tal intensidad que
lanzó hacia el aire la mayor explosión volcánica de la historia. Luego de la
caída de las piedras incandescentes, del derramamiento de lava y fuego todo
quedó en silencio.
Muchos años después de esa violencia terrenal surgió un espléndido paisaje, los
ríos empezaron a llenar la caldera gigantesca que se había forjado y tres
impetuosos volcanes se erigieron como toque final a una obra maestra.
Cada uno de los poblados del departamento de Sololá encierra una mística
particular, un colorido diferente y una maravillosa visión del mundo y su
firmamento que se pueden entender sólo si se vive la experiencia.
El volcán de Atlitán
El volcán Atitlán se encuentra situado entre los departamentos de
Suchitepéquez y Sololá, en el municipio de Tolimán. Tiene una altura de 3,557
metros.
En su base se encuentra unido al volcán Tolimán que es su volcán gemelo. La
unión de estos dos volcanes se conoce como La Horqueta o Chanán y tiene una
altura de 2,530 metros. El cono del volcán Atitlán es empinado y tiene profundas
barrancas por diversos lados. Además está cubierto de bosques.
El cráter tiene un diámetro de 250 metros y una profundidad de 50 metros. Está
abierto hacia el sur rodeado por hendiduras y grietas concéntricas de las que
emanan pequeñas fumarolas. En el período hispánico este volcán estuvo activo en
repetidas ocasiones. La última erupción registrada fue el 3 de junio de 1853, y
las cenizas provocaron un oscurecimiento del área. Este volcán está ligado con
el nacimiento del lago de Atitlán que es una caldera volcánica. ésta estalló
hace millones de años, creando una explosión tan grande que según datos
obtenidos por geólogos, la arena llegó hasta México. Posteriormente, crecieron
más focos eruptivos y nacieron los volcanes de San Pedro, Atitlán, Tolimán y el
Cerro de Oro, entre otros.
Panajachel
Panajachel o Pana, una comunidad con una vista espectacular del Lago de
Atitlán a solo 3 horas de la Ciudad de Guatemala, es el sitio perfecto para
despedirse. Localizado en la orilla del Lago de Atitlán, Panajachel ofrece una
amplia gama de actividades que pueden cubrir perfectamente las expectativas de
un viajero individual o acompañado. Un turista puede escalar, caminar, nadar,
bucear, comprar artesanía, comer bien y bailar sin gastar una fortuna.
Panajachel es un poblado del período precolombino que se encuentra emplazado
en uno de los costados del río del mismo nombre. Hace mucho tiempo fue una
pequeña aldea de indios Cakchiqueles. Es el punto más bulliciosos y turístico de
toda Guatemala, especialmente los fines de semana y en la época seca o de verano,
de noviembre a febrero. En Panajachel se concentran la mayoría de hoteles,
restaurantes, centros de diversión y comercios. En sus muelles pueden abordarse
las lanchas que visitan diariamente los pueblos vecinos.
Fundado en 1547, por San Francisco de Asís un Padre Español, Pana es un
microcosmos de cultura. Para Cakchiqueles y Tzutuhiles es su casa, el lugar
donde nacieron y donde quisieran morir. Pero Panajachel es también la casa de
muchos extranjeros, desde ladinos de distintas partes del país, hasta
comunidades de Norteamericanos, Italianos, Ingleses, Alemanes, por nombrar unos
cuantos-El orden de mención en modo alguno representa orden de importancia-. Es
por ello que en los 70´s y 80´s se dio por llamarlo "Gringotenango". Tanto así
que es muy común caminar por las calles de este pueblo y escuchar gente
conversando en 8 o nueve diferentes lenguajes.
Panajachel constituye el principal punto de atracción del lago de Atitlán,
quizás porque en él se concentran la mayoría de hoteles, discotecas,
restaurantes, bares y ventas de artesanías.
Al empezar la calle Santander, un sinfín de artesanías se ofrecen al encuentro
del turista, así como el exquisito sabor de la comida sazonada casi siempre con
ajo, albahaca y salvia.
Otros poblados alrededor del lago Santa Catarina
Cuenta la leyenda que Santa Catarina llegó a Atitlán en compañía de San Andrés.
Sin embargo, como ella tenía que lavar ropa y acarrear agua, decidió asentarse
en la orilla del lago, mientras que San Andrés se fue a lo alto de la montaña.
Así fue como surgió Santa Catarina Palopó y cómo la Virgen de Santa Catarina de
Alejandría se convirtió en su patrona.
Los habitantes de este municipio se diferencian del resto de los sololatecos por
la vistosidad de su traje color turquesa en las mujeres y pantalones bordados en
los hombres. Al llegar a este paraje vale la pena visitar su antigua iglesia y
darle un vistazo al hermoso campanario que data de 1726.
Santiago Atitlán
Así se conoce a la figura más enigmática y representativa de Santiago Atitlán,
a quien cientos de devotos ofrecen licor, tabaco y dinero como pago por sus
favores. Llegar a este colorido lugar y no visitar a Maximón es desperdiciar la
oportunidad de conocer la idiosincrasia de un pueblo repleto de tradiciones e
historia.
Santiago Atitlán es también un recorrido zigzagueante de pequeñas casas de
piedra y caña, donde en lugar de humo de fogón brotan arte y sensibilidad. De
ello, nada mejor que la obra del maestro Juan Sisay, cuyas pinturas han dado ya
la vuelta al mundo. Además, las galerías de arte improvisadas en las mismas
casas o en la calle, los grupos musicales que cantan en tz'utujil y las
esculturas en madera, demuestran la enorme habilidad de un pueblo espectacular.
San Lucas
Situado en una rampa de lava, al margen del volcán Tolimán, se encuentra el
pintoresco municipio de San Lucas Tolimán. Antes de ingresar a su bahía se
aprecian las pequeñas casitas de lepa con una ventana mirando hacia el lago.
Este poblado de origen prehispánico, constituido como tal desde 1540, posee uno
de los mercados más grandes de la zona y debido a su inigualable posición
geográfica ofrece una vista maravillosa de la naturaleza y su gente.
Un éxodo hacia San Marcos
Según una vieja leyenda, los antepasados de los pobladores de San Marcos La
Laguna vagaron durante casi 300 años buscando un lugar donde residir y no fue
sino hasta después de ser rechazados en varias poblaciones que lograron
asentarse en esta región. Debido a su posición geográfica ha sido destruido en
varias ocasiones por corrientes de agua. Pero la belleza de su zona aumenta cada
día. Además, la luna llena no se contempla mejor en ningún otro poblado de
Atitlán.
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