Los chocoanos queremos el Puerto en Tribugá

Por Edgar Eulises Torres

Me refiero al editorial del señor Oscar Collazos, publicado en El Tiempo, el pasado 7 de octubre, donde de manera no acorde a la realidad de las cosas se opone a la construcción del Puerto de Tribugá.

El columnista lanzó la siguiente afirmación: "El Ministro de Transporte ha dicho que se 'ha mostrado interés de los asiáticos (...)por el oleoducto trasversal de Venezuela al Pacífico, que podría ubicarse para abastecimiento de buques petroleros con destino a Asia'. Se lo dijo a la prensa pero no se lo dijo a los nativos de Nuquí y Tribugá, cuyo sentido de pertenencia territorial ha venido acompañado de una conciencia ambiental que riñe con la falaz idea de 'progreso' que tienen por lo general los grandes negociados".

Sus palabras no pueden pasar desapercibidas. Máxime si, tal como él lo dice, sus antepasados son chocoanos. Al señor Collazos y a todos los colombianos les consta que el Chocó es el más pobre del país. Y es pobre, precisamente, en razón de que ha sido olvidado por los gobiernos de turno y por muchos paisanos ingratos que ostentando importantes cargos en la esfera de lo nacional ignoran los problemas que atraviesan sus coterráneos para sobrevivir en condiciones dignas.

Que no quede asomo de duda. Más del 95% de los chocoanos quieren que construyan no solo a Tribugá sino que se hagan realidad obras tan importantes como la carretera al mar, la carretera Panamericana y, en general cualquier obra que nos saque del atraso en que nos han tenido.

Ahora resulta, como reza el adagio popular, que todo lo del pobre es robado. So pretexto de un negociado se olvida que existe el concepto de desarrollo sostenible y que puede haber un debido equilibrio entre medio ambiente y progreso. Un progreso que los chocoanos hemos venido exigiendo, con autoridad y con pleno conocimiento de causa, no solo a los distintos gobiernos sino a sus hermanos que sin razones de peso se oponen

a toda propuesta que lleve inmersa la anhelada prosperidad. Nadie puede jugar con la cuchara del otro. Los temas concernientes con las necesidades y expectativas del departamento, el cual tiene los índices de necesidades básicas insatisfechas más altos del país, deben ser abordados con el mayor rigor.