Vía al mar: Eje de integración y desarrollo

Herman Julio Mosquera

No existe la menor duda de que las vías de transporte, y entre ellas las carreteables, al lado de la energía, el agua potable y otros servicios públicos, juegan un papel trascendental en el progreso de los pueblos, ya que dinamizan el comercio y promueven valores agregados a la economía. En la antigüedad, a falta de ellas, fueron las vías marítimas y fluviales las principales arterias de comunicación.

En la modernidad, querer prescindir de la carretera a mar y otras obras de infraestructura en el departamento, con el señuelo de que se destruye la biodiversidad, hace parte de un rito macabro que le hace culto a la ignorancia y al atraso; pues tal postura, nos convierte en guardabosques sempiternos de aquellos multinacionales que depredaron vastas regiones de Europa, Asia, África y América, y hoy pretenden actos de contrición con nosotros, financiando algunas organizaciones que en determinados lugares les sirven a sus velados intereses.

La carretera al mar Ánimas–Nuquí será una vía que integrará a las dispersas subregiones del Chocó, permitiendo aprovechar mejor sus incuestionables recursos naturales de una manera sostenible, hoy cuando las legislaciones y procedimientos ambientales existentes no permiten hacer uso irracional de dichos recursos, de manera que no se debe seguir aturdiendo a los coterráneos en algunas zonas del departamento con el prurito de que si se hace esta o otra obra se va a destruir la biodiversidad.

En esta dirección nos corresponde asumir con mucha responsabilidad el desafío que implica superar el aislamiento y propender por la inserción de nuestra territorialidad en los procesos de generación de empleo productivo, ahora cuando políticas neoliberales de reducción del tamaño del Estado, privatizaron, suprimieron y menguaron entidades oficiales.

La tarea conlleva por tanto, a preparar sujetos con elevada autoestima y sentido de pertenencia, comprometidos con el desarrollo de la región para enfrentar con decisión estos retos en los que ya vienen trabajando organizaciones étnicas y comunitarias.

Corresponde a la administración departamental y a las municipales orientar a través de un proyecto pedagógico específico, liderado por nuestra Alma Mater –la Universidad Tecnológica del Chocó–, la capacitación de los docentes para que estos la repliquen en la comunidad educativa de todo el departamento, y con ella le salgamos al paso a las angustias infundadas de algunos en torno a lo vital de este controvertido y estigmatizado proyecto.