Chocó 7 días
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ARMADURA Un colegio para mostrar Amilcar Cuesta Torres Para
resumir en forma sencilla la idea que tenemos del Instituto Femenino de Enseñanza
Media Profesional (IFEMP) digamos simplemente: excelencia académica y
pulcritud administrativa. No de otra manera se puede definir una institución
educativa que ha sido modelo de eficiencia pedagógica en el Chocó durante
los últimos 70 años. En
estas siete décadas de actividad educativa, y gracias al denuedo de sus
orientadores en las diferentes áreas, el instituto ha extendido a la
chocoanidad un museo natural e histórico único en el departamento, un jardín
medicinal y una sala de bilingüismo envidiables, amén del legado ético y
humanístico reflejado en cada una de sus egresadas. El
colegio funciona como un reloj gracias al empeño y sacrificio de su
rectora, la Hermana Ángela María Vélez Restrepo. Su administración rueda
con el motor de una divisa: “Lo de cada uno es tan importante, que sin lo
de él la estabilidad del todo entra en crisis”, mediante la cual pretende
explicar a sus dirigidos los fundamentos de una sociedad justa. Esto se ve
reflejado en la calidez que transmiten los empleados del colegio, las señoras
encargadas del servicio general, el personal de celaduría y las
secretarias. Otro
aspecto importante y de merecido reconocimiento es la habilidad profesional
del profesorado. Tiene el IFEMP un elenco magisterial de lujo con el cual
pudimos compartir una corta pero rica experiencia docente, tratando de
reemplazar a la irremplazable profesora Maritza Perea Leudo. Un grupo
concentrado en la sala de profesores, conocida como la “Sala Nápoles”,
nos brindó la comprensión y solidaridad que en más de una ocasión
vencieron nuestras recurrentes inhibiciones. Nos
inspiran gran respeto e infinito agradecimiento la profesora Luisa González
Quejada, cuya bonomía y don de gentes nunca le dejan a uno sentirse solo;
Carolina Peña de Cuesta, nobleza y rectitud que representan los pilares de
la buena educación que allí se imparte; Pérsides Hinestroza, ejemplo de
solidaridad y sencillez; Arcadio Torres, aplomo, decencia e investigación
son palabras que hablan por él; Rosalba Valencia, emprendedora y dinámica;
Zulia Ríos, a quien conocimos como extrovertida, despierta y recursiva; Rubén
Santacoloma, prudencia y timidez creativa; Carmen Klinger, de buenas maneras
y corazón abierto; Mirza Mena, cuya espiritualidad y paciencia contagian y
la hermana Leonor González, todo un híbrido costeño-religioso que va de
bloque en bloque por todo el colegio llevando educación como si fuera de
vereda en vereda llevando el mensaje de Cristo. Loas pues a esta excelente institución y nuestros deseos de que su desempeño sea perenne. |
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